?Ser¨¢ Sheinbaum un ant¨ªdoto contra el ¨¦xodo de los j¨®venes hacia la extrema derecha?
La presidenta electa de M¨¦xico es una cient¨ªfica, una intelectual, con importantes t¨ªtulos universitarios, que sabe hablar con autoridad y a la vez con calor humano
Casi al mismo tiempo he le¨ªdo la noticia de la elecci¨®n de la nueva presidenta de M¨¦xico, le¨ª la que dec¨ªa que los j¨®venes est¨¢n emigrando hacia los dogmas de la extrema derecha, algo que desconcierta si se piensa que el mundo juvenil se ha colocado casi siempre bajo las banderas de la izquierda, de las ideas revolucionarias y modernas de las libertades.
Han sido los j¨®venes quienes han convertido en ¨ªdolos personajes de la extrema izquierda revolucionaria. Baste recordar el culto de los j¨®venes a un Che Guevara y en Brasil al revolucionario Lula. Dif¨ªcilmente en el pasado los j¨®venes, incluso de las familias m¨¢s tradicionales, parec¨ªan conservadores.
El joven lleva en la sangre la vocaci¨®n revolucionaria, la ruptura de las tradiciones, la b¨²squeda de lo nuevo. Y por ello ha tendido siempre a identificarse m¨¢s bien con las ideas y los mitos de la extrema izquierda. ?Por qu¨¦ hoy ese ¨¦xodo de repente hacia los dogmas m¨¢s degradados que combaten todo lo que huela a izquierda?
Seg¨²n los analistas pol¨ªticos m¨¢s serios, ese ¨¦xodo de los j¨®venes a la ultraderecha, incluso fascista, se debe a que ya no ven en la izquierda tradicional y revolucionaria el ideal que les inspiraba. Y hacen a la izquierda de hoy acusaciones graves, empezando por aqu¨ª en Brasil, de haber perdido su vigor revolucionario, de haberse aburguesado, de carecer de los grandes ideales del pasado a favor de los m¨¢s abandonados, de militar en la pol¨ªtica para enriquecerse ellos y sus familias, por haber ca¨ªdo en las redes pecaminosas de la corrupci¨®n. Se quejan de que los nuevos pol¨ªticos de la izquierda han perdido la fuerza de la ilusi¨®n que los caracteriz¨® y viven, como confes¨® el mismo Lula en un momento de sinceridad, para obtener cargos para ellos y para enriquecer sus familias.
A ello hay que a?adir que para los j¨®venes de hoy la vieja izquierda no supo captar ni preparar a los j¨®venes para tomar el relevo. Y as¨ª los partidos de izquierda se han convertido muchas veces en clubes de conservadores incapaces de dar paso a las nuevas generaciones que adem¨¢s son las m¨¢s modernas porque han nacido en la era digital, mientras la izquierda, sigue aferrada a la anal¨®gica.
La p¨¦rdida de las caravanas de j¨®venes tentadas a ver en la extrema derecha ideales nuevos de lucha contra un sistema que ellos consideran viejo, necesita con urgencia de l¨ªderes que sepan conectar con los grandes ideales, capaces de respetar la competencia de sus pol¨ªticos, la fuerza de sus desaf¨ªos y su honestad personal.
Este pr¨®logo me lo ha inspirado, como una ducha de esperanza la novedad mexicana de haber elegido como presidenta no solo a una mujer, algo ins¨®lito en un pa¨ªs at¨¢vicamente machista, sino una mujer que tendr¨ªa al parecer todas las caracter¨ªsticas para entusiasmar, atraer y admirar la nueva generaci¨®n de j¨®venes siempre en busca de experiencias de ruptura con el status quo, de sue?os revolucionarios.
Claudia Sheinbaum, la nueva presidenta de M¨¦xico, de familia jud¨ªa, en estos momentos tormentosos de Israel y de la matanza de Gaza, presenta un rosario de cualidades que podr¨ªan atraer a los j¨®venes desilusionados a las tentaciones de una derecha radical que se presenta como revolucionaria. Y eso porque buena parte de la izquierda aparece a sus ojos burgu¨¦s.
En este caso, Claudia Sheinbaum tendr¨ªa todas las cualidades que hoy como ayer buscan los j¨®venes desilusionados de una izquierda que parece haber renunciado a sus esencias pasadas que entusiasmaban a chicos y grandes. Sheinbaum re¨²ne esa serie de cualidades que los j¨®venes siempre han buscado en las izquierdas hasta en las m¨¢s revolucionarias.
Su elecci¨®n casi plebiscitaria indica que tantos j¨®venes desilusionados de los pol¨ªticos tradicionales, aburguesados, corruptos y tantas veces sin alg¨²n bagaje cultural, han visto en ella una serie de cualidades que les han devuelto una pizca de esperanza. Y es que la nueva mandataria re¨²ne una serie de cualidades que parecen coincidir con los sue?os de los j¨®venes que empiezan a desconfiar de los pol¨ªticos o se sienten atra¨ªdos por los m¨¢s radicales de la derecha que se presentan como la nueva soluci¨®n para nuestro futuro incierto.
Y es que Sheinbaum es cient¨ªfica. Es una intelectual, con importantes t¨ªtulos universitarios, que sabe hablar con autoridad y a la vez con calor humano. Es abiertamente de izquierdas, pero de una izquierda moderna que abraza todas las causas m¨¢s progresistas del mundo de hoy, desde la ecolog¨ªa, a la defensa ardiente de los derechos pisoteados de las mujeres. No coquetea con las nuevas falacias de la derecha fascista. No oculta su l¨ªnea pol¨ªtica abierta a todos los desaf¨ªos del momento hist¨®rico que vive la humanidad y tiene los ojos y los o¨ªdos atentos a los sue?os y a las desilusiones de los j¨®venes con una democracia en jirones y una derecha destructiva.
?Ser¨¢ la nueva presidenta mexicana, mujer, cient¨ªfica, preparada culturalmente con pulso pero que tambi¨¦n sabe escuchar y sonre¨ªr, que no se averg¨¹enza de confesar que es de esa izquierda, que siempre atrajo a los j¨®venes por sus utop¨ªas? La pol¨ªtica que no conoc¨ªa la corrupci¨®n. ?Ser¨¢ ella una nueva ventana abierta en Am¨¦rica Latina y una esperanza para ese mundo hoy desconcertado de los j¨®venes que necesitan de nuevos l¨ªderes, que se ven zarandeados por la tentaci¨®n demoniaca de emigrar hacia los extremismos castradores de ilusiones?
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