Recalentado electoral (I): PAN (el eterno vencido)
La alianza del PAN con sus enemigos hist¨®ricos, el PRI y el PRD, y el sacrificio identitario que aquello implic¨®, podr¨ªan no tener cura
El bochornoso declive con el que abre este art¨ªculo no es fruto de exageraciones ni excesos literarios. La realidad se muestra tal como aconteci¨® durante estos d¨ªas de atm¨®sfera extra?a que rodean a la elecci¨®n.
En la pantalla de Atypical Te Ve ¡ªun canal por internet donde el sol nace por el oeste¡ª aparecen Javier Lozano y Marko Cort¨¦s. El primero llama al segundo cobarde por rechazar a Genaro Garc¨ªa Luna como uno de los suyos. ?El segundo? Lo niega. Despu¨¦s, el exsecretario del trabajo calderonista cuestiona a Cort¨¦s sobre su primera posici¨®n en la lista plurinominal al Senado. ?El segundo? Arrogante, se regodea. Presume torpemente haber ganado la gubernatura de Guanajuato y promete defender la Constituci¨®n. Un compendio de humor involuntario en donde todo se niega o se confunde.
El resto de la jornada se registrar¨¢ en los anales de la historia. Felipe Calder¨®n, a trav¨¦s de sus redes sociales, se?ala a Marko Cort¨¦s como el responsable de la ca¨ªda del PAN. Afirma que ha utilizado su posici¨®n para beneficio propio y le recuerda el agandalle de pluris y de (al menos) seis notar¨ªas. Cort¨¦s, por su parte, le responde al expresidente con una gr¨¢fica ¡ª ?c¨®mo decirlo? ¡ª asoladora. En ella se muestra c¨®mo el porcentaje de votaci¨®n del Partido Acci¨®n Nacional se ha desplomado sin elegancia ¡ªen ca¨ªda libre¡ª desde el a?o 2000. Cada elecci¨®n ha sido m¨¢s garrafal que la anterior. En el PAN, se llevan pesado.
La votaci¨®n presidencial m¨¢s alta del partido la lograron en la elecci¨®n del 2000. Aquel a?o tocaron las nubes (43%). Seis a?os despu¨¦s ¡ªpara la cuestionada elecci¨®n del 2006¡ª afirman haber obtenido 36% de la preferencia ciudadana. Ya para 2012, el porcentaje hab¨ªa descendido a un modesto 26%, id¨¦ntico a la elecci¨®n de 1994. En 2018, la votaci¨®n baj¨® a 18% y en 2024, a 16%. El PAN remonta vuelo a sus or¨ªgenes: el eterno vencido.
Los espect¨¢culos medi¨¢ticos narrados no son gratuitos ni casuales. Hoy, Dami¨¢n Zepeda (operador de Anaya), Jorge Romero (el favorito de Marko Cort¨¦s y l¨ªder de Los Ocean ¡ªgrupo al que se imputa el cartel inmobiliario de la CDMX¡ª) y Adriana D¨¢vila se disputan la dirigencia de Acci¨®n Nacional. Se han lanzado escaleras arriba. Seg¨²n los estatutos del partido, el liderazgo debe renovarse durante el segundo semestre del a?o en que se celebren elecciones federales ordinarias.
Reimprimiendo remedio: el mismo que en 2018.
Para aquel a?o electoral ¡ªtras la derrota 2 a 1 de Ricardo Anaya frente a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador¡ª diversos grupos se enfrentaron por el control del blanquiazul: los Conservadores, el grupo Anaya, el grupo Puebla, el grupo calderonista y la Asamblea de Gobernadores de Acci¨®n Nacional. ?El objetivo com¨²n? Terminar con la presidencia interina de Dami¨¢n Zepeda.
Reimprimiendo: Dami¨¢n Zepeda.
En ese repetitivo entonces, Marko Cort¨¦s se hizo con la dirigencia del PAN. Un tiro desafortunado: el 79% de la militancia del partido decidi¨® entreg¨¢rselo a un contador de virtudes escasas y ma?as diversas. Un tipo que ¡ªdir¨ªa Bioy Casares¡ª sirve pare traer el caf¨¦ frio y tibio el refresco.
Tres incapacidades y una condena purgar¨¢ el partido que llev¨® a Fox a la presidencia.
Primero, pagar¨¢ por su torpeza cr¨®nica para aprender. Ni el partido ni sus dirigentes supieron construir en unidad en 2018, y es evidente que no lo har¨¢n ahora, cuando han dejado de ser la segunda fuerza pol¨ªtica. Su destino parece ser desintegrarse en pedazos peri¨®dicamente.
Segundo, la avaricia que frena la formaci¨®n de nuevos liderazgos. En lugar de renovar, reciclan. Mientras Morena impulsa un relevo generacional y realiza esfuerzos considerables para la creaci¨®n de cuadros, el PAN perpet¨²a el carrusel de m¨¢scaras repetidas. Zepeda por aqu¨ª, Zepeda por all¨¢.
Tercero, su exigua militancia y su capacidad de movilizaci¨®n comprometida. El Partido Acci¨®n Nacional ¡ªcon apenas 277 mil afiliados¡ª es el partido con menos militantes registrados. La mitad que el PT y la tercera parte que el PRD. Tradicionalmente enfocado en electores de clase media y alta, el PAN no ha sabido forjar una militancia activa; ha confiado, en cambio, en la participaci¨®n electoral espor¨¢dica. Una apuesta insuficiente.
Finalmente, la condena. La alianza del PAN con sus enemigos hist¨®ricos ¡ªel PRI y el PRD¡ª y el sacrificio identitario que aquello implic¨®, podr¨ªa no tener cura. Si bien Jorge Romero sue?a con regresar a un PAN fiel a su esencia ¡ªuna visi¨®n conservadora de la familia, la lucha contra el aborto, la oposici¨®n f¨¦rrea a la permisi¨®n del consumo de estupefacientes¡ª, es posible que la traici¨®n a sus ra¨ªces haya trazado un camino sin retorno. Tal vez, el PAN nunca m¨¢s ser¨¢ pan y el vino nunca m¨¢s ser¨¢ vino.
Donde fuiste feliz alguna vez, no debieras volver jam¨¢s. Ya lo advirti¨® el poeta.
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