La compleja y preocupante situaci¨®n de los refugiados en M¨¦xico
Mientras el mundo se enfrenta a una oleada de desplazamientos forzosos sin precedentes, debe dar prioridad a una respuesta humanitaria eficaz frente a la disuasi¨®n
En un mundo cada vez m¨¢s acosado por la movilidad forzada, M¨¦xico se ha convertido en uno de los cinco principales receptores de solicitudes de asilo en todo el mundo, con esto no solo es un pa¨ªs de origen y tr¨¢nsito, sino tambi¨¦n un destino cada vez m¨¢s importante para las personas refugiadas. Solo entre enero y mayo de 2024, el Instituto Nacional de Migraci¨®n (INM) inform¨® de casi 1,4 millones de personas que viajaban por M¨¦xico en condici¨®n irregular, la mayor¨ªa con el objetivo de cruzar a Estados Unidos o solicitar asilo en M¨¦xico. Sumado a esto, se estima que unos 392.000 mexicanos fueron desplazados internos a finales de 2023, pero la cifra real probablemente es mucho mayor. M¨¢s de la mitad de las personas en movilidad en M¨¦xico afirman haber huido de sus hogares y pa¨ªses debido a la violencia y la inseguridad que ponen en peligro sus vidas.
Las pol¨ªticas para impedir que los migrantes sigan su viaje hacia el norte no han funcionado como elemento disuasorio sostenible y a menudo acaban obligando a personas desesperadas y vulnerables a tomar rutas m¨¢s clandestinas y peligrosas, dej¨¢ndolas expuestas a m¨¢s explotaci¨®n y abusos.
Una mujer embarazada que habl¨® con el Consejo Noruego para los Refugiados, en un campamento improvisado en la ribera del r¨ªo Suchiate - frontera entre M¨¦xico y Guatemala¡ª, relat¨® que fue violada mientras atravesaba la selva del Dari¨¦n (Panam¨¢), y ahora ella y su esposo lidian con el trauma mientras luchan por encontrar atenci¨®n prenatal, comida y agua. ¡°Ninguna mujer ni ninguna ni?a m¨¢s deber¨ªan sufrir estas condiciones¡±, dijo.
Desde 2021, M¨¦xico ha recibido anualmente m¨¢s de 119.000 solicitantes de asilo. El a?o pasado se bati¨® un r¨¦cord con 141.000. Y la diversidad de quienes emprenden este peligroso viaje es sorprendente: m¨¢s de 100 nacionalidades diferentes. Muchas personas proceden de pa¨ªses como Honduras, Venezuela y Hait¨ª, pero las llegadas recientes tambi¨¦n incluyen naciones lejanas como Afganist¨¢n, Ucrania y Angola. Esta preocupante tendencia refleja el creciente n¨²mero de desplazados en todo el mundo. Aunque ha habido fluctuaciones en el n¨²mero de solicitantes de asilo en M¨¦xico, debido a cambios pol¨ªticos y contextuales en 2024, la cifra sigue siendo elevada y preocupante.
Para enfrentar el r¨¢pido aumento de la demanda, la autoridad de asilo de M¨¦xico ha cuadruplicado su capacidad de procesamiento desde 2018, cuando contaba con cuatro oficinas, a un total de 13 en todo el pa¨ªs y ha ampliado el apoyo en la programaci¨®n de la integraci¨®n local. Sin embargo, uno de sus principales obst¨¢culos para garantizar una respuesta integral sigue siendo el presupuesto limitado.
El Estado mexicano gestiona la migraci¨®n con un importante apoyo de la sociedad civil. La gran mayor¨ªa de los servicios de primera l¨ªnea en M¨¦xico los prestan organizaciones religiosas y locales. No obstante, los esfuerzos son insuficientes para satisfacer las crecientes necesidades, lo que somete a los sistemas a una presi¨®n extrema, deja a muchas personas sin acceso a servicios esenciales y subraya la urgente necesidad de una cooperaci¨®n internacional sostenida. NRC estableci¨® una nueva oficina regional para Am¨¦rica Latina en 2024 para fortalecer a¨²n m¨¢s las ocho operaciones en la regi¨®n y promover el reconocimiento y la respuesta a una creciente crisis de protecci¨®n.
La actual tendencia mundial favorece que los Estados m¨¢s ricos externalicen los controles migratorios y las responsabilidades asociadas a ellos a los pa¨ªses vecinos y recurran a pol¨ªticas cada vez m¨¢s restrictivas para gestionar la migraci¨®n. Esto significa centrar los escasos recursos en frenar los flujos de personas, en lugar de abordar las complejas din¨¢micas que provocan que las personas huyan de sus hogares en primer lugar. Esto tiene que cambiar. Las respuestas a los retos de la migraci¨®n masiva deben centrarse en abordar las necesidades humanitarias y facilitar el acceso a la protecci¨®n, as¨ª como en mejorar los esfuerzos nacionales de apoyo a los programas sociales en pa¨ªses como M¨¦xico, para permitir una integraci¨®n local efectiva.
La proximidad a Estados Unidos ha tenido un enorme impacto en la respuesta de M¨¦xico a la crisis migratoria. Estados Unidos es actualmente el mayor donante humanitario de M¨¦xico, pero tambi¨¦n ejerce una presi¨®n considerable sobre su vecino del sur para que disminuya el flujo de migrantes hacia su frontera. La politizaci¨®n de la migraci¨®n en un a?o electoral exacerba a¨²n m¨¢s esta din¨¢mica, de la que la orden ejecutiva estadounidense anunciada el 4 de junio es la ¨²ltima muestra. La orden significa que no se dar¨¢ prioridad a muchos de los m¨¢s vulnerables, haciendo que el acceso al sistema de asilo sea m¨¢s bien una loter¨ªa. De hecho, se bloquear¨¢ el acceso al asilo a algunos de los m¨¢s necesitados de protecci¨®n, dej¨¢ndolos sin opciones viables en situaci¨®n precaria y en lugares inseguros.
Para hacer frente a estos retos es imprescindible una respuesta mundial coordinada. Estados Unidos debe reflexionar sobre el impacto perjudicial de sus pol¨ªticas, al tiempo que da prioridad a una gesti¨®n humana de la migraci¨®n. La actual administraci¨®n ha impulsado iniciativas que, aunque defectuosas, han pretendido facilitar v¨ªas m¨¢s seguras para el asilo. Este discurso est¨¢ en contradicci¨®n con la ¨²ltima orden ejecutiva.
Por su parte, el nuevo Gobierno de M¨¦xico debe aprovechar los avances logrados en los ¨²ltimos a?os en materia de acogida y asilo, reforzar las pol¨ªticas migratorias de regularizaci¨®n e integraci¨®n local y destinar los fondos necesarios a los servicios de asilo. Tambi¨¦n debe priorizar la legislaci¨®n y la respuesta al creciente n¨²mero de mexicanos desplazados internamente.
De igual forma, los pa¨ªses europeos tienen un papel crucial que desempe?ar a la hora de apoyar a M¨¦xico y a otros pa¨ªses de la regi¨®n que dependen desproporcionadamente del apoyo financiero de Estados Unidos. Abordar este desequilibrio, as¨ª como ofrecer un mayor apoyo t¨¦cnico y opciones de reasentamiento para aquellos que no pueden reconstruir sus vidas en M¨¦xico, permitir¨ªa una gesti¨®n m¨¢s humana de esta crisis humanitaria a gran escala.
Mientras el mundo se enfrenta a esta oleada de desplazamientos forzosos sin precedentes, debe dar prioridad a una respuesta humanitaria eficaz frente a la disuasi¨®n, y asegurar el derecho de las personas a la protecci¨®n.
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