En defensa de la t¨®mbola
La selecci¨®n aleatoria de perfiles que cumplen ciertos requisitos t¨¦cnicos disminuye la captura pol¨ªtica de las instituciones
Hay un grupo de personas indignadas con la idea de que los jueces mexicanos ser¨¢n seleccionados por t¨®mbola. La aleatoriedad les parece una ofensa que permitir¨¢ el empoderamiento de incompetentes y que no respetar¨¢ la paridad de g¨¦nero.
Me parece que estas personas se equivocan. Y lo hacen por la falta de informaci¨®n.
Decir que los jueces mexicanos ser¨¢n electos por t¨®mbola es inexacto. Los jueces ser¨¢n electos por voto popular en una elecci¨®n en donde el INE implementar¨¢ criterios de g¨¦nero. M¨¢s aun, para poder ser candidato a juez, la persona tendr¨¢ que ser una de las seis mejores evaluadas por un Comit¨¦ de Evaluaci¨®n. La t¨®mbola entra a proceso solo para depurar ese listado y ajustarlo al n¨²mero de nominaciones que hay disponibles para cada cargo.
El mecanismo aleatorio es sin duda sui generis, pero no por ello es perverso. Por el contrario, la insaculaci¨®n rompe los pactos pol¨ªticos que puedan darse entre miembros del Comit¨¦ y los nominados, pues la ¨²ltima palabra no ser¨¢ de las personas que integran el comit¨¦, sino del azar.
El azar es un mecanismo de selecci¨®n reconocido como democr¨¢tico por muchos pensadores cl¨¢sicos, desde Arist¨®teles, pasando por Montesquieu y Rousseau. En su momento, todos estos consideraban a diferencia de la insaculaci¨®n, que da igual la oportunidad a todos los ciudadanos de obtener un cargo, las elecciones ten¨ªan una naturaleza olig¨¢rquica porque le daban ventaja a aquellos que eran m¨¢s conocidos, que tienen m¨¢s dinero o alguna caracter¨ªstica sobresaliente a ojos del resto.
Como ha mostrado el trabajo del polit¨®logo Bernard Manin, las loter¨ªas fueron parte integral de muchos arreglos institucionales democr¨¢ticos hasta bien entrado el siglo XVIII. En Florencia, una cantidad importante de magistrados y puestos de gobierno eran seleccionados por loter¨ªa. En Roma, se utilizaban loter¨ªas para seleccionar a las clases que votar¨ªan en asamblea. En Italia, los oficios se asignaban por loter¨ªa para evitar el faccionalismo. Y en Venecia, los candidatos al Gran Consejo eran seleccionados por loter¨ªa.
Considerando esta larga tradici¨®n, lo que es sorprendente es que en las democracias actuales no haya mayor discusi¨®n sobre si se deben o no incluir loter¨ªas en ciertos procesos.
En parte esto se debe al cambio de paradigma que sucedi¨® durante la revoluci¨®n francesa y la independencia estadounidense, seg¨²n el cual un gobierno proven¨ªa del consentimiento de los gobernados y tal consentimiento se validaba mediante un voto.
Aun as¨ª, no puede decirse que el uso de loter¨ªas sea completamente ajeno a la actualidad. Como tambi¨¦n documenta Manin, en Melbourne, Australia, el plan financiero actualmente en operaci¨®n se dise?¨® con la participaci¨®n de 43 ciudadanos elegidos al azar. En Irlanda, la loter¨ªa sirve para crear asambleas que deliberan p¨²blicamente antes de un refer¨¦ndum. Ahora, en M¨¦xico se usar¨¢ para depurar listados de personas previamente evaluadas para ser juzgadores.
Por todo lo anterior, considero un desprop¨®sito que los juzgadores, ofendidos por la insaculaci¨®n, se nieguen a participar como candidatos. El boicot solo fortalecer¨¢ al partido gobernante. Tal y como lo hizo en Venezuela.
Me parece que gran parte del rechazo a la insaculaci¨®n proviene de una falta de cr¨ªtica al concepto de m¨¦rito. En una noci¨®n francamente infantil y poco actualizada, los actuales jueces defienden que los t¨ªtulos, premios y diplomas evidencian que una persona es m¨¢s capaz o le ech¨® m¨¢s ganas que el resto. Con ello en mente, se piensa que es posible elegir ¡°al mejor¡±.
Lamentablemente, en un pa¨ªs tan desigual como M¨¦xico los t¨ªtulos dicen poco. Como ha mostrado el trabajo del economista Luis Monroy G¨®mez Franco, cerca del 50% de los resultados observables en la carrera de una persona se explican, no por cu¨¢nto talento tiene o cu¨¢ntas ganas le echa, sino por una franca loter¨ªa: la cuna en donde se nace. En M¨¦xico, quien nace rico logra acumular m¨¢s m¨¦ritos por el simple hecho de que tiene m¨¢s oportunidades de hacerlo.
El mecanismo de selecci¨®n de jueces por voto puede ser criticable, pero sin duda de que le abrir¨¢ la puerta a juzgadores m¨¢s diversos de origen y clase. Llegar¨¢ gente que anteriormente ten¨ªa las puertas cerradas. Eso es algo positivo.
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