Obesidad en M¨¦xico: situaci¨®n irresoluble
En nuestro pa¨ªs el sobrepeso es un problema cr¨®nico, producto de la p¨¦sima distribuci¨®n de la riqueza y de los hurtos desmedidos de la ralea pol¨ªtica en los ¨²ltimos sexenios
El sobrepeso se ha convertido en un problema muy grave en muchas sociedades occidentales. Llama la atenci¨®n su frecuencia en pa¨ªses adinerados en donde informaci¨®n, econom¨ªa y ejercicio podr¨ªan ser elementos para evitarlo. Independientemente de las definiciones acad¨¦micas del t¨¦rmino epidemia, basta entrar a centros comerciales en M¨¦xico, en Estados Unidos o en otras naciones, o bien, observar en las calles de nuestras ciudades los puestos de alimentos, donde las guajolotas -bolillos con tamales en su interior-, por razones econ¨®micas, junto con atole o bebidas azucaradas constituyen parte crucial de la alimentaci¨®n.
Durante el sexenio pasado, la Secretar¨ªa de Salud dedic¨® parte de su tiempo a etiquetar alimentos con leyendas como ¡°Exceso grasas saturadas¡±, ¡°Exceso calor¨ªas¡±, ¡°Exceso az¨²cares¡± y otras similares. Tambi¨¦n invit¨® a la poblaci¨®n a comer una dieta sana consistente en pollo, pescado, frutas y verduras, en ocasiones, denominada canasta b¨¢sica. La idea previa es adecuada, pero la realidad econ¨®mica pesa m¨¢s cuando la pobreza asfixia las buenas intenciones: el salario m¨ªnimo no es suficiente para alimentar a una familia con productos sanos como los mencionados previamente. Basta formarse, por las noches, en las filas de tiendas de autoservicio y observar lo que compra la poblaci¨®n depauperada, sobre todo alba?iles: calor¨ªas y m¨¢s calor¨ªas.
Hace m¨¢s de cien a?os, Rudolph Virchow (1821-1902), pat¨®logo y polit¨®logo alem¨¢n, escribi¨®: ¡°Si la enfermedad es una expresi¨®n de la vida del individuo bajo condiciones no favorables, entonces las epidemias deben ser indicadores de alteraciones en los grupos humanos y en las vidas de las masas¡±. La obesidad en M¨¦xico y en el mundo bien retrata las palabras de Virchow. Las naciones tienen la obligaci¨®n de entender lo que sucede en las vidas de las masas, en nuestro caso, de la poblaci¨®n con escasos recursos econ¨®micos.
En M¨¦xico, de acuerdo a datos reportados por el Comit¨¦ Nacional de Evaluaci¨®n de la Pol¨ªtica de Desarrollo Social, aunque el n¨²mero de habitantes en condiciones de pobreza disminuy¨® en el ¨²ltimo sexenio -?enhorabuena!- sigue siendo alarmante: 46.8 millones de mexicanos la padecen. En cuanto a la pobreza extrema el n¨²mero se increment¨® en el sexenio amloista: 9.1 millones perviven bajo la tenazas de ese demonio.
En nuestro pa¨ªs el sobrepeso es un problema cr¨®nico, producto de la p¨¦sima distribuci¨®n de la riqueza y de los hurtos desmedidos de la ralea pol¨ªtica en los ¨²ltimos sexenios. La obesidad conlleva una serie de alteraciones en la salud con las cuales es imposible lidiar. De acuerdo a cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Salud P¨²blica, aproximadamente 38% de personas adultas vive con esa condici¨®n; atiza el fuego enterarse de que la cifra se duplic¨® a partir de la d¨¦cada de los a?os 80. La obesidad es el principal problema de salud en nuestro pa¨ªs.
Diabetes mellitus, hipertensi¨®n arterial, elevaci¨®n del colesterol y triglic¨¦ridos (dislipidemia), osteoartrosis (da?o articular, principalmente caderas y rodillas), h¨ªgado graso, apnea del sue?o (dejar de respirar mientras se duerme), y, entre otros, problemas cardiacos, forman parte del abanico del aumento de peso. Las enfermedades anotadas requieren atenci¨®n m¨¦dica especializada y grandes sumas de dinero. En M¨¦xico no contamos con ninguna de las dos.
Bien lo dice Carmen Mor¨¢n Bre?a en M¨¦xico tiene un problema gordo publicado en EL PA?S al referirse a los peque?os: ¡°En el 98% de los centros escolares se vende comida chatarra¡±. Y, agrega: ¡°¡m¨¢s de 16 millones de estudiantes de cinco a 19 a?os tiene obesidad¡±. Cruda verdad: los ni?os obesos ser¨¢n adultos con sobrepeso.
Virchow ha muerto. Sus admoniciones perviven. No hay dinero suficiente para tratar las consecuencias de la obesidad. El IMSS bienestar es una falacia. Lo viven sus usuarios. Lo niega el gobierno.
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