Se acab¨®
Van a votar por los que representan la antidemocracia, la zafiedad, el insulto y la destrucci¨®n de instituciones. O m¨¢s claro: ganan los que est¨¢n en contra de los valores democr¨¢ticos que tanto ten¨ªamos en estima
De un tiempo a la fecha, la democracia es una forma del desencanto. Sobre todo, para quienes hemos vivido bajo la democracia liberal y que vimos crecer pa¨ªses bajo ese modelo. Es claro que ese sistema ha quedado atr¨¢s. Se ha derrumbado como el muro de Berl¨ªn hace tres d¨¦cadas. As¨ª empez¨® todo y ha terminado con el ¡°muro¡± liberal derribado. Cuesta trabajo aceptarlo. De ah¨ª esa suerte de necedad de negar elecci¨®n tras elecci¨®n lo que sucede. ?C¨®mo es posible que hayan votado por fulano o sutana? ?No se dan cuenta que ponen en riesgo la democracia? ?No saben que atentan contra las instituciones que tanto trabajo cost¨® construir? ?Van a votar por alguien que se expresa de esa manera, sin ninguna capacidad de di¨¢logo? ?Les parece atractivo un sujeto que agrede a los periodistas? ?C¨®mo lo van a votar si el tipo incita al odio? La respuesta a todas estas preguntas, una y otra vez, es: s¨ª, van a votar por los que representan la antidemocracia, la zafiedad, el insulto y la destrucci¨®n de instituciones. O m¨¢s claro: ganan los que est¨¢n en contra de los valores democr¨¢ticos que tanto ten¨ªamos en estima.
El martes pasado Trump triunf¨® ampliamente en las elecciones de Estados Unidos. Ante la estupefacci¨®n liberal que imaginaba unos comicios cerrad¨ªsimos, todo se cay¨® estrepitosamente el mismo d¨ªa de la elecci¨®n. ¡°El hombre naranja¡± gan¨® todo: la presidencia, el voto popular, el voto electoral, el Senado y la C¨¢mara de Representantes. Es obvio que algo sali¨® mal de un lado y muy bien del otro. El mismo martes, en M¨¦xico, el Gobierno, que cuenta tambi¨¦n con las mayor¨ªas legislativas y aplasta a quien tiene enfrente, decidi¨® acabar con el equilibrio de poderes y arras¨® al poder judicial.
Los dos eventos del mismo d¨ªa son una especie de nocaut. Al levantarse de la lona habr¨¢ que ver, efectivamente, que nada es como antes del golpe. Que lo que hab¨ªa antes verdaderamente no importa, que ya no hay nada que defender y que ni siquiera quedan ganas de hacerlo. El INAI, el IFT y los aut¨®nomos sobreviven ser¨¢n eliminados sin problema alguno. La Corte era la ¨²ltima trinchera.
Todo indica que estamos en una nueva ¨¦poca, s¨ª. Pero gestionada por gente que viene de la anterior, por eso el resentimiento. Nos se trata de un oleada juvenil y refrescante, sino de una agria y avejentada. No tiene caso siquiera esperar prudencia o respeto de quienes han encontrado en el descont¨®n su mejor recurso pol¨ªtico. Con el gobierno mexicano hasta ahora hemos visto poca ciencia y mucha ideolog¨ªa.
Mientras tanto, ser¨¢ lo que la presidenta o su grupo quiera porque es claro que todo el poder est¨¢ de ese lado. El asunto es saber si es el gobierno el que llevar¨¢ las riendas o ser¨¢ la triada sic¨®tica del legislativo (Noro?a, Ad¨¢n Augusto L¨®pez y Monreal) la que lleve la batuta. Si la presidenta decide presentar un gran programa de salud con un funcionario t¨¦cnicamente competente como lo es el se?or Eduardo Clark, Noro?a escenifica un pleito de callej¨®n con Alito Moreno para matarles la nota; si la presidenta quiere mostrar seriedad en sus intenciones, un hombre cercano a Monreal decide votar desde un partido de beisbol a miles de kil¨®metros. Todo le arruinan y boicotean. Ahora que la pelota qued¨® completamente del ladodel oficialismo, veremos qu¨¦ es lo que hacen: les corresponde operar los efectos de sus acciones. Ya es solo suyo lo que cuente en el escenario.
?Y la oposici¨®n? Solamente le queda la radicalizaci¨®n que, como se ha podido comprobar repetidamente, es lo que funciona. Lo dem¨¢s ya se acab¨®.
@juanizavala
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