Cabeza fr¨ªa

¡°Me matar¨¢s, pero sobrevivir¨¦ en mi pueblo que es antes que el tuyo, en las Am¨¦ricas. Somos pueblos de los vientos, las monta?as, del mar Caribe y de la libertad. T¨²mbeme presidente y le responder¨¢n las Am¨¦ricas y la humanidad¡±. Esta es una breve cita del mensaje del presidente Gustavo Petro a Donald Trump. Es posible que Petro, un hombre de pocas luces y muchas consignas, haya escrito esto mientras entonaba canciones de Pablo Milan¨¦s, so?aba con ser el libertador de Am¨¦rica y se asum¨ªa como David enfrentando a Goliat. Poco le dur¨® el gusto. Fue aplastado de manera fulminante y ni ¡°las Am¨¦ricas¡± y mucho menos ¡°la humanidad¡± movieron siquiera un dedo para detener al norteamericano.

El caso Petro fue una lecci¨®n did¨¢ctica de que c¨®mo viene la ¡°era dorada¡± de Estados Unidos, que ciertamente ser¨¢ de chapopote para algunos pa¨ªses, pero es parte del nuevo orden. Trump ha decidido que si se es fuerte es para ser temido, no para hacer amistades improductivas con quienes te miran con recelo. Nadie en el mundo se hab¨ªa arriesgado a provocar al monstruo norteamericano hasta que se le ocurri¨® a uno de los latinoamericanos ideologizados que se siente el azote de la derecha internacional.

Nadie puede calificar lo hecho por Petro como osad¨ªa. Fue de principio a fin una estupidez. Y lo van a pagar miles de sus conciudadanos, muchos en territorio estadounidense pero tambi¨¦n en Colombia. El costo para ¨¦l ha sido la tremenda humillaci¨®n p¨²blica que se ha llevado a nivel internacional. Su imagen quedar¨¢ por los suelos y no solamente por lo disparatado de su mensaje sino por la velocidad de su capitulaci¨®n. Pero m¨¢s all¨¢ de eso, queda claro que el bloque ¡°de izquierda¡± latinoamericano es algo que pas¨® a mejor vida el 20 de enero.

Lamentable para quienes han hecho de la unidad latinoamericana una canci¨®n, una pancarta, una consigna para la plaza p¨²blica. Lo cierto es que cada quien debe velar por su inter¨¦s en estos momentos. Es la ¨²nica forma de m¨¢s adelante poder ver por los dem¨¢s. Es la ¨¦poca del monstruo y hay que ser lo suficientemente inteligente para no jugarle al h¨¦roe.

La presidenta Sheinbaum lo ha dicho con claridad: existe ¡°la obligaci¨®n de llevar una buena relaci¨®n¡± con Estados Unidos. Se trata evidentemente del inter¨¦s del pa¨ªs. Ella misma ha resaltado las palabras ¡°cabeza fr¨ªa¡±. A la mejor los amigos de la presidenta con quienes comparte ideolog¨ªa, cantan canciones y poemas, pero de eso se tratan las fogatas no la pol¨ªtica. Ahora la importancia es ver por los nuestros, de no perder, de no hacer da?o a los propios con mensajes ajenos. Es claro que la presidenta tiene el liderazgo de la zona, que es el que le corresponde a M¨¦xico. Que la presidenta anunciara que no asistir¨ªa a la reuni¨®n de CELAC (promovida por Honduras y el presidente colombiano), fue no solamente inteligente y prudente sino tambi¨¦n les hizo un favor a los dem¨¢s pues la reuni¨®n perdi¨® sentido con la ausencia de la presidenta mexicana y se cancel¨®. No es momento de fotos con los enemigos, ni de firmar documentos flam¨ªgeros. Es otra ¨¦poca, otra pol¨ªtica.

Hace poco en una entrevista, el pol¨ªtico e historiador canadiense Michael Ignatieff dec¨ªa con claridad: ¡°¡­no hay duda de que los problemas de Estados Unidos est¨¢n en la frontera mexicana. No me gustar¨ªa ser presidente de M¨¦xico en este momento, aunque la se?ora Sheinbaum es dura de pelar y sabr¨¢ como manejarlo. As¨ª que no le dar¨¦ ning¨²n consejo¡±. En efecto, la posici¨®n de Sheinbaum es compleja. Sin embargo, hasta el momento nadie puede decirle que no lo ha hecho bien y de manera inteligente. Adem¨¢s, a partir de ahora estar¨¢ a la mano el ejemplo de Petro para enfriar la cabeza.

@juanizavala