Chapuceros
Los errores gramaticales, faltas de ortograf¨ªa o erratas ensucian los textos y les restan credibilidad
En las redacciones se escucha este comentario con preocupante asiduidad: ¡°Es buen periodista, pero redacta mal¡±. A quienes dicen eso hay que recordarles la frase del fallecido fil¨®logo Fernando L¨¢zaro Carreter: ¡°Si alguien falla ante un problema simple como es el de escribir o hablar sin faltas, fallar¨¢ igualmente ante los problemas de su profesi¨®n o de su ciencia; las posibilidades de que sea un chapucero ser¨¢n muchas¡±. El lector Javier Mu?oz ?lvarez me ha remitido a esas palabras para quejarse de las pu?aladas que damos a la gram¨¢tica quienes debemos dominarla como herramienta b¨¢sica del oficio. Todos los d¨ªas hay en el diario erratas, faltas de ortograf¨ªa o errores gramaticales que ensucian textos y les restan credibilidad.
La portada del 26 de junio inclu¨ªa en la principal noticia de la portada de su edici¨®n impresa la palabra ¡°fenomeno¡± ¡ªsin acento¡ª, que ya auguraba mayores problemas en su desarrollo en el interior. Conten¨ªa una decena de erratas. Algunas tan feas como esta discordancia: ¡°No obstante, este libertad¡¡±; o esta frase incomprensible: ¡°¡debe realizarse esa compensaci¨®n, aunque abre los convenios establezcan f¨®rmulas para hacerlo¡±; o esta coma fuera de lugar: ¡°A las empresas les, exige¡¡±
Once d¨ªas antes, se public¨® en la web una informaci¨®n sobre Eusko Alkartasuna con 32 errores, erratas y comas mal puestas o inexistentes donde debieran estar. En la versi¨®n impresa ¡ªm¨¢s corta¡ª, los fallos fueron ocho en cinco p¨¢rrafos.
El pasado jueves por la ma?ana, en la principal noticia de portada en la web se le¨ªa textualmente: ¡°Esto hace que si se toman estas cifras se desluzca lo sucedido. porque sucedido entre el primer y el ¨²ltimo d¨ªa del mes hay un retroceso en la afiliaci¨®n de casi 100.000 empleos, provocado b¨¢sicamente por el tradicional desplome del ¨²ltimo d¨ªa, que sucede en ¨¦pocas de bonanza y de crisis¡±.
Ninguna secci¨®n se libra y los lectores escriben enfadados para decir que hemos puesto ¡°ciudadanos aireados¡± en lugar de ¡°airados¡± (Jos¨¦ Sarabia, el pasado 19); ¡°cultibo¡± en vez de ¡°cultivo¡± (Miguel Fern¨¢ndez F., el d¨ªa 20); ¡°tierra inc¨®gnita¡± donde era ¡°tierra ignota¡± (Mercedes S¨¢nchez, el 31 de mayo); ¡°bollante¡±, y no ¡°boyante (Puri Rodr¨ªguez, el 3 de mayo); ¡°correo posta¡± donde era ¡°correo postal¡± (Fernando Garc¨ªa Gonz¨¢lez)¡
La epidemia afecta a zonas que, como Opini¨®n, han sido mimadas siempre en el peri¨®dico. El pasado 30, un an¨¢lisis inclu¨ªa esta frase: ¡°?Un par de meses encerrados casa?¡± El 29, en una columna apareci¨® este inoportuno acento ¡ª¡±¡imaginar la Espa?a qu¨¦ queremos ser¡¡±¡ª, junto a esta frase incompleta: ¡°¡que est¨¦n mejor capacitadas para la exigente tarea definir el futuro y acelerar¡¡± El 28, se public¨® un an¨¢lisis con el t¨ªtulo de Pactos mefistot¨¦licos, en lugar de ¡°mefistof¨¦licos¡±; I. Irigorri afe¨® que en otra columna del 25 de mayo figuraba en alguna edici¨®n ¡°aboya¡± en lugar de ¡°abolla¡±¡
Hasta en Babelia aparecen errores intolerables en su suplemento cultural. En la entrevista al escritor Mart¨ªn Kohan del pasado 27, apareci¨® esta hache donde no deb¨ªa: ¡°Yo hecho todo de menos¡±.
Las fe de errores son otra fuente de problemas, de incumplimiento del Libro de estilo, que incluye esta entrada que intenta evitar las confusiones propiciadas por el uso de una coma tras un adverbio:: ¡°Como. El uso de una coma antes del adverbio ¡®como¡¯ cambia el significado en muchas frases (¡) Si se trata de subsanar un error, se incurre en otro en frases como la siguiente: ¡°El presidente de la empresa es Mario Mart¨ªnez y no Mariano Mart¨ªn, como se public¨® ayer¡±. Detr¨¢s de frases similares se adivina la intenci¨®n de escribir ¡®en contra de lo que se public¨® ayer¡¯, pero la coma cambia el sentido¡±.
Hay bastantes ejemplos de esa mala costumbre que confunde al lector, como ocurri¨® el pasado d¨ªa 15 con esta fe de errores: ¡°Olof Palme fue asesinado hace 34 a?os, en 1986, y no 36, como se public¨® en el editorial del pasado s¨¢bado¡±. Con esa coma detr¨¢s de 36, m¨¢s parece una fe de aciertos que una fe de errores.
Los lectores no perdonan tales fallos. Almudena Olmos y Jos¨¦ Sarabia proponen un buz¨®n para avisar de los errores. Puri Rodr¨ªguez se ofrece a ¡°revisar cada edici¨®n antes de su entrada en m¨¢quinas¡±. Irene Ramiro dice que hay tantas faltas que ¡°encontrarlas se ha convertido en un pasatiempo¡± para ella y su hermana. Javier Burgos a?ade: ¡°Nunca cre¨ª que peri¨®dicos como EL PA?S publicaran art¨ªculos repletos de faltas y errores¡±.
En su regreso como director, Javier Moreno dijo en su primer mensaje a la Redacci¨®n el pasado 18: ¡°Tenemos unos lectores exigentes, fieles, y tenemos que darles m¨¢s calidad¡±. Ellos no van a cambiar. Debemos hacerlo los periodistas.
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Correo: defensor@elpais.es
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