El coste oculto del presupuesto
Las nuevas cuentas dar¨¢n estabilidad al precio de abonar una peligrosa polarizaci¨®n
Espa?a necesita nuevos presupuestos para luchar contra la grave recesi¨®n. Tambi¨¦n requiere estabilidad pol¨ªtica para adoptar reformas clave. Debe volver al crecimiento sobre nuevas bases, ecol¨®gicas, digitales y de cohesi¨®n social, con ayuda de los fondos europeos. Los anunciados apoyos de PNV, ERC y Bildu a las cuentas para 2021 despejan el camino en esos sentidos. El proyecto que cobra forma ¡ªcorrecto por expansivo y por su impulso de protecci¨®n social; discutible en aspectos de gasto clientelar o burocr¨¢tico¡ª sit¨²a al pa¨ªs en mejor posici¨®n que ayer en t¨¦rminos de recursos, y de su gesti¨®n. Pero tiene costes ocultos: proyecta al futuro los riesgos de la polarizaci¨®n en la pol¨ªtica espa?ola. El objetivo del presupuesto y la estabilidad se logra a cambio de concesiones que, sin ser trascendentales en s¨ª mismas, ahondan el abismo en el carril central del hemiciclo, el lugar necesario del consenso sobre las pol¨ªticas de Estado y las reglas del juego.
De las cesiones del Gobierno a Esquerra no es cuestionable alargar el pago a los aut¨®nomos hasta marzo. El fin del control de los gastos de la Generalitat se conecta con cierta normalizaci¨®n tras la turbulenta etapa de Joaquim Torra, pero aconsejar¨ªa contrapartidas sobre la renuncia efectiva y rotunda a la actuaci¨®n unilateral. Resulta rechazable, en cambio, la disposici¨®n del Gobierno a tratar de forma bilateral con ese partido la cuesti¨®n de la armonizaci¨®n de la fiscalidad auton¨®mica. Puede haber argumentos s¨®lidos para proceder a esa reforma, pero no los hay para abordarla de forma bilateral entre un Gobierno y un partido. Es cierto que una mesa de debate no compromete a nada, pero una vez m¨¢s el mensaje que se env¨ªa resulta n¨ªtido y pernicioso para la arquitectura institucional. El asunto deber¨ªa abordarse en el seno del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera.
Esta cesi¨®n, junto con el pacto de Podemos con Bildu y Esquerra para forzar al PSOE en el tema de los desahucios, proyecta una sombra preocupante sobre la gobernanza en Espa?a. El eje Podemos, Esquerra y Bildu cimienta una alianza sobre un proyecto desarticulado de pa¨ªs que los socialistas no pueden ni deben avalar. Tratar de desinflamar conflictos largamente enquistados es positivo. Pero hacerlo a costa de dinamitar el di¨¢logo con la otra mitad del espectro pol¨ªtico no lo es. El coste de hacerlo ser¨¢ mayor a largo plazo, en t¨¦rminos de gobernanza y estabilidad institucional. Mientras, resulta evidente que estas tres formaciones se han apresurado a avalar el presupuesto, con la gesticulaci¨®n adecuada, para cerrar el paso a cualquier pacto con Ciudadanos. Su deseo ¡ªy el gran riesgo de fondo para el conjunto del pa¨ªs¡ª es que los Presupuestos consoliden esa geometr¨ªa pol¨ªtica, haciendo imposible cualquier otra.
Pese a ello, el primer tramo de enmiendas ha sugerido que la mejora del proyecto de presupuesto y la ampliaci¨®n de alianzas es posible. Ah¨ª est¨¢ la que aplaza el impuesto al di¨¦sel (promovida por el PNV) y la que implanta la tarjeta sanitaria ¨²nica (por Cs). El PSOE deber¨ªa insistir en esa v¨ªa: la que entiende el presupuesto como un documento abierto, susceptible de mejoras ahora en las enmiendas y despu¨¦s, en su ejecuci¨®n. En el otro lado de la ecuaci¨®n, igualmente, Cs no deber¨ªa rendirse en su apuesta por el di¨¢logo. De momento sigue en la mesa. Es improbable que acabe dando su apoyo, pero ya ha marcado el presupuesto y puede influir todav¨ªa m¨¢s.
Esa din¨¢mica constructiva por ambas partes debe seguir en el inter¨¦s de la colectividad. La coalici¨®n PSOE-Podemos es leg¨ªtima y sus planes de pol¨ªtica social pueden ser coherentes. Pero no dispone de la visi¨®n compartida y la fuerza suficiente para un proyecto de pa¨ªs. La cooperaci¨®n con ERC y Bildu no puede vertebrar ese proyecto. En consensos de Estado debe tambi¨¦n acometer su parte el PP: puede entenderse que quiera ser alternativa en materia presupuestaria. Pero en lo dem¨¢s es hora de que sustancie el giro anunciado y abandone la oposici¨®n destructiva que ha practicado desde que perdi¨® el poder.
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