Mancha en el plan
El pulso de poder en el Gobierno enturbia la gesti¨®n de los fondos europeos
El borrador de decreto de medidas urgentes para modernizar las administraciones y absorber con eficacia las ayudas del plan de recuperaci¨®n europeo exhibe cualidades: busca una loable combinaci¨®n del papel del sector p¨²blico y el privado con interesantes f¨®rmulas para sustanciarlo (los PERTE); abre el paso a agencias independientes de gesti¨®n; y lanza reformas legislativas para agilizar los tr¨¢mites y procurar as¨ª que Espa?a logre ejecutar en un calendario ¨²til las subvenciones y cr¨¦ditos de la UE contra la crisis pand¨¦mica. Algo esencial, dado su habitual retraso en aprovechar los fondos estructurales europeos ¡ªsolo solventado con las pr¨®rrogas oficiales¡ª y la extraordinaria cuant¨ªa y urgencia en el uso de las ayudas que se recibir¨¢n.
Estos elementos apuntan en la direcci¨®n correcta. Sin embargo, una densa mancha pol¨ªtica ensombrece el alumbramiento de la gobernanza espa?ola de los fondos europeos: el pulso de poder en el seno de la coalici¨®n gubernamental. El borrador de decreto, ya en su estadio final, preve¨ªa la constituci¨®n de una comisi¨®n gubernamental para la ¡°aprobaci¨®n, direcci¨®n y coordinaci¨®n¡± del Plan de Recuperaci¨®n nacional, compuesta por el presidente y 11 ministros responsables de ¨¢reas concretas involucradas. En ese marco, la ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, era la ¨²nica representante de la coalici¨®n de Gobierno adscrita al sector de Unidas Podemos. A tenor del borrador, esa se hab¨ªa considerado en los trabajos previos la configuraci¨®n m¨¢s eficaz. Pero el descontento del l¨ªder de UP, Pablo Iglesias, al verse excluido y el vendaval medi¨¢tico suscitado forzaron un cambio de parecer abrupto a comienzos de esta semana que otorg¨® la gobernanza al Consejo de Ministros en su conjunto.
El episodio es inquietante, porque los fondos europeos constituyen la m¨¢xima oportunidad de modernizaci¨®n de Espa?a en d¨¦cadas. A diferencia de los presupuestos ordinarios ¡ªen gran medida atados a gastos fijos no innovadores como pensiones o salarios de funcionarios¡ª, los ingentes fondos europeos estar¨¢n enteramente disponibles para una reorientaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola posiblemente sin parang¨®n desde la feliz entrada en el proyecto europeo com¨²n. Esta oportunidad debe ser aprovechada con m¨¢xima eficacia en el inter¨¦s colectivo, con una m¨ªnima interferencia de c¨¢lculos de poder. Pueden entenderse los argumentos a favor de directorios reducidos para asegurar agilidad; en otra direcci¨®n, puede argumentarse que, ante semejante proyecto transformador, es mejor que est¨¦ representado en el puente de mando el liderazgo pol¨ªtico de un partido que representa una parte relevante de la coalici¨®n gubernamental. Pero lo que no pueden entenderse son las piruetas pol¨ªticas abruptas que huelen a improvisaci¨®n.
En mayor o menor medida, todos los Gobiernos vecinos est¨¢n enhebrando esquemas similares en los que ellos ¡ªresponsables jur¨ªdicos de cada Estado ante la UE¡ª ostentan un papel determinante o dirimente, pero comparten muchas funciones con sus regiones, los agentes sociales empresariales y sindicales y todos los actores privados. Este engarce es fundamental; tambi¨¦n lo ser¨¢ que la agilizaci¨®n burocr¨¢tica no derive en debilidad de evaluaci¨®n previa y control posterior. Espa?a se juega su futuro en este proyecto. Puede lograr una extraordinaria modernizaci¨®n como lo hizo tras su ingreso en el proyecto com¨²n. No se admiten improvisaciones.
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