El derecho a opinar sobre los opinadores
Suscriptores del peri¨®dico se sienten agredidos por columnistas habituales como F¨¦lix de Az¨²a
Lionel Barber, exdirector del Financial Times, sostiene que ¡°un peri¨®dico tiene que ser capaz de desafiar a sus lectores naturales, darles de vez en cuando alg¨²n codazo¡±. Alude as¨ª a la conveniencia de publicar a veces opiniones contrarias a la l¨ªnea editorial del medio y al sentir general de sus lectores. Suscriptores de EL PA?S creen recibir de ciertos columnistas no alg¨²n que otro codazo, sino constantes rodillazos y patadas en las espinillas.
Las quejas por columnas de opini¨®n han sido las m¨¢s habituales en 2020. Suelo responder de oficio que las opiniones son libres y que EL PA?S admite todas, salvo las que defienden la violencia. Con el mismo argumento, tambi¨¦n deben conocerse las opiniones de los lectores.
Esas quejas se centran en dos o tres columnistas y especialmente en F¨¦lix de Az¨²a, a quien ya cit¨¦ en otra columna hace a?o y medio por motivos similares. En sus textos ha calificado de ¡°mujer talluda¡± y ¡°cuarentona indocta¡± a la dirigente socialista Adriana Lastra (1 de diciembre); ha llamando ¡°ca¨®tico y trapacero¡± al Gobierno y ha abogado por sustituirlo por otro ¡°de t¨¦cnicos, con mucha experiencia y ninguna ideolog¨ªa¡± (7 de abril); a los integrantes del Ejecutivo los ha denominado ¡°rancios ide¨®logos del chavismos del peronismo y del nacionalismo¡± (24 de marzo); y ha dicho que ser progresista, como se define este peri¨®dico, es ¡°apoyar a los herederos del terrorismo¡, cobrar en negro de matarifes como Maduro¡¡± (8 de septiembre).
Hay lectores que se sienten agredidos. Como Sergio-Ernesto Santill¨¢n: ¡°Los insultos contra la se?ora Lastra est¨¢n te?idos de machismo y mala voluntad¡±. Para ?ngel Alda, De Az¨²a se comporta como ¡°machista y clasista¡±. Miguel V. Freire observa ¡°sectarismo agresivo¡± y agrega que De Az¨²a y alg¨²n otro columnista no dicen ¡°nada negativo de los dirigentes pol¨ªticos de la derecha salvo alabanzas y paneg¨ªricos, ni tampoco nada positivo de los de izquierdas¡±. F¨¦lix Rebollo: ¡°Insulta a los que no somos de su opini¨®n¡±. Laura Gonz¨¢lez: ¡°?Esto es libertad de expresi¨®n? No, esto es amarillismo puro y duro¡±. Julio Villanueva: ¡°Las columnas de Az¨²a son un insulto a la moderaci¨®n, indignas de un diario de calidad¡±. Juan Ochoa: ¡°?No pueden ustedes bajar esos decibelios alarmistas?¡±
F¨¦lix de Az¨²a responde: ¡°Comprendo la irritaci¨®n de algunos lectores que s¨®lo quieren leer aquellos textos que confirmen sus creencias, de manera que me excuso, pero no por eso puedo renunciar a las m¨ªas. Feliz a?o tambi¨¦n para mis adversarios¡±.
Quienes critican asumen que el peri¨®dico est¨¢ en su derecho de publicar opiniones discrepantes. Las protestas vienen en los ¡°peros¡±: ¡°¡pero nada dice a favor del diario mantener a un se?or tan pr¨®ximo a la extrema derecha¡± (Ricardo Forcat); ¡°¡pero la pregunta es si los lectores queremos leer los disparates, las exageraciones, las mentiras con las que estos se?ores tratan de quitar legitimidad a un Gobierno leg¨ªtimo¡± (Julio Villanueva); Hace meses, Javier Mu?oz ?lvarez pidi¨® a los columnistas ¡°que no empleen expresiones gruesas e irrespetuosas¡±. ¡°Los lectores¡±, coment¨®, ¡°tambi¨¦n somos libres para reclamar que su l¨ªnea editorial est¨¦ en consonancia con lo que busca el lector tradicional del peri¨®dico¡±.
El subdirector y jefe de Opini¨®n, Andrea Rizzi, ve as¨ª la situaci¨®n: ¡°EL PA?S tiene entre sus valores fundacionales el compromiso de ¡®acoger todas las tendencias¡¯ dentro del marco democr¨¢tico y ¡®respetar al m¨¢ximo la voluntad¡¯ de los autores de textos de opini¨®n. As¨ª lo establece el Libro de estilo, que tambi¨¦n marca los l¨ªmites: los textos no pueden propugnar la violencia, deben ¡°basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos¡±.
¡°Algunas columnas del Sr. F¨¦lix de Az¨²a¡±, a?ade Rizzi, ¡°son cuestionables bajo este ¨²ltimo criterio. He hablado con ¨¦l al respecto, manifest¨¢ndole mi apoyo total a su libertad de criticar a quien considere oportuno pero invit¨¢ndole a no olvidar ese l¨ªmite. La secci¨®n de Opini¨®n vela por que esos criterios estatutarios se respeten e interviene cuando lo considera necesario. Lo ha hecho con el se?or de Az¨²a y otros autores desde que asum¨ª la responsabilidad del ¨¢rea hace tres meses. Pero la frontera entre libertad de opini¨®n y respeto a las personas no es una f¨®rmula matem¨¢tica. Es una gesti¨®n delicada y subjetiva. Por tanto es discutible y comprendo que haya lectores que discrepen de c¨®mo se lleva a cabo¡±.
El peri¨®dico sabe que aumentan los lectores con cardenales causados por contundentes codazos de columnistas. Unos d¨ªas m¨¢s que otros. Lo percibe as¨ª Mu?oz ?lvarez: ¡°Los martes act¨²a De Az¨²a, con licencia para insultar y ofender¡±.
No, el peri¨®dico no da esas licencias.
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