Catalu?a y el miedo a la abstenci¨®n
Usted como ciudadano tiene derecho a votar y la administraci¨®n est¨¢ obligada a que se pueda hacer de modo efectivo y seguro. Que nunca se nos olvide
Viva el caos. Las pr¨®ximas elecciones catalanas ser¨¢n la convocatoria m¨¢s aparatosa de nuestra historia reciente; un decreto de aplazamiento ilegal en plena pandemia revocado por unos tribunales que, a su vez, han fallado sobre el fondo cuando la campa?a electoral ya estaba en marcha. En realidad, nada peor que este laberinto para ver derechos conculcados. Narrativas electoralistas al margen, la institucionalidad catalana est¨¢ ante su en¨¦simo roto.
Un argumento muy repetido es que esta coyuntura anticipa un incremento de la abstenci¨®n. Antes de este embrollo eso ya era posible que pasara; la elevada participaci¨®n de los ¨²ltimos comicios tuvo mucho que ver con la polarizaci¨®n del tema territorial.
Dicho de otro modo, la divisi¨®n y la movilizaci¨®n social ayudaron a una afluencia masiva a las urnas. Sin embargo, como ahora la cuesti¨®n independentista ha perdido peso en la agenda, lo previsible ser¨ªa cierta subida de la abstenci¨®n. Pero, incluso as¨ª, hay dos factores que todav¨ªa pueden empujarla m¨¢s al alza.
El primero es el propio impacto de la pandemia. Como han mostrado Tania Fern¨¢ndez Navia y sus coautores para las auton¨®micas vascas, en los municipios de mayor incidencia de la covid-19 la abstenci¨®n creci¨® entre 2,5 y 3,8 puntos. Esto, adem¨¢s, ocurri¨® en julio, cuando se supon¨ªa que la primera ola estaba en retroceso. Si en el contexto actual estamos en una incidencia mucho m¨¢s alta, dicho efecto podr¨ªa ser superior.
El segundo factor es que algunos partidos, agentes clave en la movilizaci¨®n del electorado, est¨¢n haciendo ¨¦nfasis en el miedo a votar, lo que podr¨ªa empujar la participaci¨®n a la baja.
Esto no deja de ser parad¨®jico porque, aunque as¨ª avalen su posici¨®n previa a favor del aplazamiento (y de paso desgasten al candidato-ministro de Sanidad), lo que menos les interesa es que no acudan a las urnas sus propios votantes.
Ahora bien, dado el contexto, no es descartable que la abstenci¨®n se convierta en una profec¨ªa autocumplida. Al ponerse continuamente el ¨¦nfasis en el riesgo y la inseguridad, se puede terminar generando que m¨¢s catalanes se queden en casa. Y, aunque es posible que esa abstenci¨®n no sea sim¨¦trica entre electores (sospecho que puede subir m¨¢s entre no independentistas), jug¨¢rsela a desactivar al rival es muy arriesgado.
Pero, en todo caso, desde una perspectiva democr¨¢tica, lo importante es que la administraci¨®n electoral ya est¨¢ poniendo los medios para minimizar cualquier riesgo sanitario. Medios que, adem¨¢s, deber¨ªan acompa?arse de una campa?a informativa que insista en que ir a un colegio electoral no entra?a peligro. Usted como ciudadano tiene derecho a votar y la administraci¨®n est¨¢ obligada a que se pueda hacer de modo efectivo y seguro. Que nunca se nos olvide.
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