Desaliento

Ya s¨¦ que al despedir 2020 propuse ¡°esperanza¡±, pero me pas¨¦ de optimista, como de costumbre. La palabra que mejor refleja nuestra situaci¨®n es ¡°desaliento¡±. Lo he comprobado al sentarme a escribir esta columna para tropezarme con ella en todos los temas, noticias o aspectos de la actualidad que me han llamado la atenci¨®n en los ¨²ltimos d¨ªas. El desaliento refleja nuestra realidad como un espejo universal. Porque, si somos sinceros, que un laboratorio brit¨¢nico estafara a los espa?oles no nos habr¨ªa parecido tan extraordinario. Pero que ese laboratorio estafe a la Uni¨®n Europea, a pa¨ªses como Alemania, Francia, Holanda o Suecia, incumpliendo un contrato millonario por la cara, destroza el sue?o de la vacuna, y no ten¨ªamos otro. Si miramos hacia fuera, desaliento, si miramos hacia dentro, a¨²n peor. M¨¢s all¨¢ de las cifras de la pandemia, nuestra clase pol¨ªtica produce a diario declaraciones estrictamente insoportables, desde las piruetas circenses del Govern intentando aplazar las elecciones con el pretexto de salvar vidas para arriesgarlas inmediatamente despu¨¦s en nombre del derecho de asistir a m¨ªtines, hasta Ayuso reclamando a S¨¢nchez que, en contra del ordenamiento jur¨ªdico, de sus propias prerrogativas y hasta de la Constituci¨®n, imponga medidas en Madrid, mientras Arrimadas le exige ayudas directas como las que han prestado los pa¨ªses ricos, sin reparar en que Espa?a no lo es. Ya s¨¦ que est¨¢n en campa?a electoral, que piensan que en este momento vale todo, pero deber¨ªan tener en cuenta el desaliento de una ciudadan¨ªa deprimida, triste, exhausta, que renuncia a informarse porque no soporta tantas malas noticias seguidas. Su des¨¢nimo puede llegar a convertirse en un arma pol¨ªtica. No ser¨ªa para menos.