Agua y salud p¨²blica como prioridades
Es necesario un compromiso de financiaci¨®n p¨²blica de los servicios de agua y saneamiento, reforzando las capacidades municipales y empoderando a los ayuntamientos como responsables de estos servicios
En un momento en el que emerge la esperanza, con las vacunas y con el anuncio de los planes de reconstrucci¨®n social y econ¨®mica, ser¨ªa bueno reflexionar sobre las lecciones que nos deja el virus. Por primera vez el mundo entero se ha sentido bajo una amenaza de la que nadie puede librarse ampar¨¢ndose en superioridades econ¨®micas o cerrando fronteras. La pandemia se ha perfilado como un reto global y no como una desgracia ajena, a menudo africana o asi¨¢tica, poniendo al desnudo nuestra vulnerabilidad, desarbolando supremacismos y cuestionando el blindaje del norte rico frente al sur global empobrecido, en la medida que no habr¨¢ salud p¨²blica segura si no es para todos y todas.
En este contexto, se levantan voces que alertan sobre el acaparamiento de vacunas por los pa¨ªses ricos y sobre la imposibilidad de acceso a las mismas para buena parte de la humanidad, al no poder pagarlas. Voces que reclaman la prevalencia del inter¨¦s general de la humanidad sobre los intereses y beneficios de las grandes corporaciones farmac¨¦uticas, al tiempo que crece la necesidad de fortalecer los valores en los que Naciones Unidas fundamenta los derechos humanos, como base de esa gobernanza global democr¨¢tica cada vez m¨¢s necesaria.
Desde mi posici¨®n como relator de la ONU para los derechos humanos al agua potable y al saneamiento, veo como se han prestigiado en todo el mundo los servicios p¨²blicos de salud, en la lucha contra la pandemia, como expresi¨®n de ese ingente esfuerzo solidario, sin ¨¢nimo de lucro, que no deja a nadie atr¨¢s, al tiempo que han quedado en evidencia los modelos que tan solo garantizan cobertura sanitaria a quienes pueden pag¨¢rsela.
Sin embargo, echo a faltar una reflexi¨®n coherente en torno a los servicios de agua y saneamiento que, siendo competencias municipales, representan una pieza b¨¢sica fundamental para cualquier sistema p¨²blico de salud. Por ello resulta dif¨ªcil comprender la falta de atenci¨®n que se presta a los municipios en este frente. Con las mal llamadas estrategias de austeridad (que deber¨ªan haber recortado lo accesorio, pero no lo necesario), se impuso un proceso de anorexizaci¨®n de las finanzas municipales que han puesto contra las cuerdas a muchos ayuntamientos. Mientras se les dificultaba solicitar cr¨¦ditos, aun siendo solventes, e incluso se les prohib¨ªa, hasta hace poco, invertir sus propios ahorros y super¨¢vits, se les ha venido exigiendo hacer inversiones en los servicios de agua y saneamiento, cuya urgencia crece con el cambio clim¨¢tico. Inversiones en plantas de saneamiento, para tratar los retornos y evitar las sanciones que la Uni¨®n Europea nos anuncia; en renovaci¨®n de redes de abastecimiento obsoletas, para reducir fugas (a menudo por encima del 20% e incluso del 30%) y mejorar la garant¨ªa del abastecimiento ante los crecientes riesgos de sequ¨ªa; en sistemas de drenaje pluvial sostenible, para evitar vertidos a los r¨ªos, por desbordamiento del alcantarillado a la entrada de las depuradoras, cuando hay lluvias intensas, cada vez m¨¢s frecuentes con el cambio clim¨¢tico.
Desde esta situaci¨®n de anorexia financiera se han favorecido, por otro lado, procesos de privatizaci¨®n que, lejos de garantizar las inversiones necesarias, tienden a consagrar el debilitamiento de la autonom¨ªa municipal y de la funci¨®n p¨²blica en un frente tan sensible.
A lo largo del ¨²ltimo a?o, la reducci¨®n de ingresos tarifarios por la pandemia ha agravado los problemas, al asumirse la justa prohibici¨®n de cortar el agua a familias empobrecidas o reducirse el consumo en sectores como la hosteler¨ªa, por las restricciones del estado de alarma. Y todo ello al tiempo que constat¨¢bamos la importancia de disponer en casa de una higiene adecuada, con agua y jab¨®n, para prevenir la infecci¨®n de la covid-19. Imaginemos la trascendencia de estos servicios p¨²blicos ante una posible pandemia que se expanda por transmisi¨®n digestiva, en lugar de respiratoria.
En este contexto, no solo urge un compromiso claro para fortalecer los sistemas p¨²blicos de salud en los planes de recuperaci¨®n econ¨®mica y social, cuesti¨®n que a¨²n est¨¢ por concretar, sino tambi¨¦n un compromiso an¨¢logo de financiaci¨®n p¨²blica de los servicios de agua y saneamiento, reforzando las capacidades municipales y empoderando a los Ayuntamientos como responsables de estos servicios. Por otro lado, a mi entender, ser¨ªa necesario promover Observatorios Ciudadanos del Agua que ofrezcan una informaci¨®n p¨²blica y homologada, tanto en el plano auton¨®mico como estatal, sobre estos servicios p¨²blicos de los que dependen los derechos humanos al agua potable y al saneamiento.
Pedro Arrojo Agudo es relator especial de la ONU para los derechos humanos al agua potable y al saneamiento.
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