La UE puede aprender de Serbia en la estrategia de vacunaci¨®n
El pa¨ªs balc¨¢nico ha adquirido indistintamente vacunas chinas, rusas y europeas, y se ha colocado a la cabeza del continente en porcentaje de inmunizados
Despu¨¦s de treinta a?os de mi vida en Espa?a, tuve que coger el vuelo hacia Serbia, mi pa¨ªs de origen, por otros motivos que los habituales: para vacunarme contra la covid-19. Si para algo pr¨¢ctico me ha servido mi dedicaci¨®n profesional al estudio de la cultura rusa, es para no tener prejuicios respecto a la vacuna Sputnik V, desarrollada por el Centro Nacional de Investigaci¨®n de Epidemiolog¨ªa y Microbiolog¨ªa Gamaleya de Rusia. Junto con una escasa cantidad de vacunas Pfizer-BioNTech y un mill¨®n de Sinopharm, procedentes de China, Sputnik V hab¨ªa llegado al peque?o pa¨ªs eslavo en las ¨²ltimas semanas. En la vecina Croacia, muchos ciudadanos se manifiestan ante la embajada rusa de Zagreb, pidiendo que su pa¨ªs tambi¨¦n compre la Sputnik V, pero esto ahora no se puede hacer sin el consentimiento de la Agencia Europea de Medicamentos. Adem¨¢s, desde Bruselas se ha aportado mucho dinero para el desarrollo y fabricaci¨®n de vacunas europeas; ?ir a comprarlas m¨¢s al Este comportar¨ªa un conflicto de intereses?
En este momento, y solamente tras el Reino Unido, Serbia, que no forma parte de la UE, lidera Europa en porcentaje de habitantes vacunados. Y las razones parecen m¨¢s geopol¨ªticas que sanitarias. Para entenderlo, hay que acudir al pasado yugoslavo, y a¨²n m¨¢s hacia atr¨¢s, ya que desde la historia m¨¢s remota esta parte de Europa fue el lugar del encuentro ¨Co de confrontaci¨®n¨C entre Oriente y Occidente. Esto se traduce ahora en el hecho de no tener problemas para abastecerse de vacunas de diferentes procedencias (l¨¦ase: de no permitirse el lujo de depender ¨²nicamente de las occidentales). En Europa occidental esto a¨²n no pasa, seguramente m¨¢s por cuestiones psicol¨®gicas que materiales. Es decir: no fiarse de las vacunas no occidentales y depender ¨²nicamente de los contingentes que pueden llegar desde Suiza, Inglaterra o Estados Unidos. Cuando la inmunizaci¨®n significa lo mismo que salvar vidas, aparte de salvar la salud mental, la econom¨ªa y un largo etc¨¦tera, ?es esta la estrategia ¨®ptima?
Tambi¨¦n podemos decir que UE prioriza la seguridad antes que la emergencia. Pero si al inicio los rusos administraban las vacunas antes de acabar todas las pruebas (justificando que una vacuna que usa un vector adenoviral tiene unas altas probabilidades de no causar problemas), ya al inicio del febrero The Lancet, una de las revistas cient¨ªficas de mayor prestigio, public¨® los resultados de la fase tres de Sputnik-V, que confirman la gran eficacia de la vacuna rusa, un 92,5%, evitando en un 100% la gravedad del contagio.
¡°Saldr¨¢s volando ahora con el Sputnik¡± bromean, no obstante, escasos colegas que encuentro por la universidad, pero presiento que m¨¢s de uno se atraganta al escuchar lo de atreverse a poner la vacuna rusa. ¡°Rusia es para Europa uno de los enigmas de la esfinge¡±, escribi¨® Dostoyevski hace m¨¢s de un siglo y medio. Y concluy¨®: ¡°Se descubrir¨¢ el perpetuum mobile o el elixir de la vida antes de que Occidente comprenda la verdad de Rusia, su car¨¢cter y sus aspiraciones¡±.
Personalmente, considero el momento de salir con la vacuna puesta de uno de los pabellones de la Feria de Belgrado, donde citan a los habitantes para la vacunaci¨®n masiva, como uno de los m¨¢s alegres de mi vida. Adem¨¢s, solo puede tranquilizar el hecho de que Sputnik-V sale de un instituto nacional, sin estar condicionada por una compa?¨ªa farmac¨¦utica privada.
La vir¨®loga Juana D¨ªez, investigadora del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Universitat Pompeu Fabra, explica que Sputnik funciona mejor que la de Astrazeneca por un mejor dise?o: ¡°Aunque ambas usan vectores adenovirales , los de Astrazeneca usaban el mismo vector para las dos dosis y en el Sputnik usan dos vectores diferentes. Esto funciona mejor porque cuando usas el mismo vector en las dos dosis el sistema inmune hace que se pueda generar una respuesta inmunitaria frente al vector usado en la primera dosis y, por tanto, afectar a la expresi¨®n de la prote¨ªna espiga¡±. Los expertos rusos parecen estar dispuestos a ceder su f¨®rmula para que se pueda fabricar en laboratorios de otros pa¨ªses y asimismo ayudar a los ingleses a mejorar la suya. La vacuna china Sinopharm, por otro lado, utiliza la estrategia del virus desactivado y es la ¨²nica que puede administrarse tambi¨¦n a los ni?os. Este tipo de vacunas funciona mediante el uso de part¨ªculas virales muertas para exponer al sistema inmunol¨®gico al virus de la covid-19 sin riesgo de una enfermedad grave, me siguen explicando los colegas del departamento de la Universidad que se dedican a la investigaci¨®n biom¨¦dica.
?Qu¨¦ espera la Europa comunitaria para abrir la oferta hacia las vacunas no occidentales? ?Se trata de falta de informaci¨®n, de lentitud o de pol¨ªtica? ?Se quiere evitar que China o Rusia salgan bien paradas al nivel geoestrat¨¦gico si se reconoce que sus vacunas no son inferiores? En este momento hay que evitar confundir el tema del poder pol¨ªtico con la cuesti¨®n m¨¦dica. Y si se me permite el ¨²ltimo ejemplo con relaci¨®n a Serbia, un pa¨ªs al que en las ¨²ltimas d¨¦cadas sol¨ªan relacionarse solo noticias negativas (con la excepci¨®n de las victorias de Djokovic): desde el Ministerio de Sanidad se han abierto formularios online donde cada ciudadano expresa, si es el caso, su voluntad a vacunarse. Esto ayuda a recoger datos estad¨ªsticos y establecer colas y prioridades con m¨¢s precisi¨®n. Porque hay casos como una persona que acaba de superar el virus y no correr¨¢ a vacunarse, otros que no piensan hacerlo, y un largo etc¨¦tera.
El miedo, la incertidumbre y muchas vidas perdidas es lo que, lamentablemente, m¨¢s ha unido la humanidad en el ¨²ltimo a?o. En mi pa¨ªs de origen, la primera ministra se vacun¨® con la Pfizer, el presidente del Congreso con la Sputnik-V y el ministro de Sanidad con la china Sinopharm. Es un raro ejemplo de c¨®mo una estrategia pol¨ªtica puede beneficiar la salud de la poblaci¨®n. Europa occidental deber¨ªa superar su prepotencia, aprovechando una de las pocas ocasiones en las que puede aprender de pa¨ªses m¨¢s peque?os y m¨¢s fr¨¢giles.
Tamara Djermanovic es profesora en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, donde dirige el seminario de Estudios Eslavos.
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