Fondos europeos: rigor en la gesti¨®n y en la cr¨ªtica
La gobernanza del dinero que llega de Europa es perfectible, pero no ayudan las descalificaciones desorbitadas
Los fondos que Espa?a recibir¨¢ de la UE como parte de la respuesta com¨²n a la crisis desatada por la pandemia constituyen el momento con mayor potencial transformador para este pa¨ªs en d¨¦cadas. Es preciso por tanto fiscalizar con m¨¢ximo rigor el uso que de ellos har¨¢ el Ejecutivo. Convendr¨ªa, sin embargo, que el rigor fuese acompa?ado del sosiego y no de la irracional agresividad partidista tan habitual en tanta parte del espectro parlamentario espa?ol, como se ha vuelto a constatar con la publicaci¨®n esta semana del informe del Consejo de Estado sobre el real decreto ley concebido para agilizar el desembolso de los fondos. La oposici¨®n ha usado este documento como un bast¨®n, calific¨¢ndolo de demoledor y de evidencia del absoluto descontrol en la gesti¨®n de los recursos que llegar¨¢n de la UE. Tan brutal cr¨ªtica es infundada y poco beneficiosa. Basta una atenta lectura del documento y de la versi¨®n definitiva del decreto aprobado posteriormente para concluir que esas posiciones son excesivas y propagan una da?ina visi¨®n distorsionada en Europa.
De entrada, incluso antes de las modificaciones del decreto ¡ªque recogen varias de las cr¨ªticas del informe¡ª, el mismo emit¨ªa una opini¨®n favorable sobre el conjunto del texto legislativo. Esto significa que, a juicio del supremo ¨®rgano consultivo del Gobierno, el proyecto se pod¨ªa aprobar ya como estaba. Pero, adem¨¢s, la versi¨®n final incorpora en l¨ªneas generales las recomendaciones del Consejo de Estado sobre la necesidad de reforzar los controles. Se restituye buena parte de la fiscalizaci¨®n previa y de los informes preceptivos que se hab¨ªan suprimido en los anteriores borradores con la intenci¨®n de agilizar el gasto de los fondos. La formulaci¨®n inicial esbozaba una agilizaci¨®n excesiva, pero la final lo corrige sustantivamente. Es hip¨®crita quien niega la necesidad de acelerar los procesos de ejecuci¨®n del gasto para poder encauzar la inmensa cantidad de fondos que tendr¨¢n que gastarse con rapidez. M¨¢xime con el historial de ejecuciones retrasadas que tiene Espa?a. No hacer nada no es una opci¨®n.
Todo ello no significa que no haya elementos criticables y que el andamiaje de gobernanza de los fondos no sea mejorable. El texto legislativo se est¨¢ tramitando como proyecto de ley. Los partidos tendr¨¢n el deber y la oportunidad de hacer sus enmiendas y corregir deficiencias. Hay elementos cuestionables, como la falta de definici¨®n pr¨¢ctica de los proyectos estrat¨¦gicos o PERTE, la ausencia de una memoria econ¨®mica detallada, el riesgo que el decreto genera al abrir paso a una dispersi¨®n normativa entre comunidades o el levantamiento de algunos controles previos en los convenios. En la tramitaci¨®n debe lamentarse la falta de transparencia, tanto con respecto a los informes de la Intervenci¨®n ¡ªno se pidi¨® a la General y no se remiti¨® el de la Delegada al Consejo¡ª como con el propio an¨¢lisis del Consejo de Estado.
En cuanto a la estructura de gobernanza de los fondos, el Consejo no se pronuncia sobre cu¨¢l es la soluci¨®n ¨®ptima porque se trata de una decisi¨®n pol¨ªtica. Se entiende que el Ejecutivo no organizase una instituci¨®n nueva solo para gestionar los fondos. Por un lado, esto habr¨ªa planteado problemas log¨ªsticos de conformaci¨®n de una nueva estructura eficaz en el corto plazo para semejante tarea; pero tambi¨¦n, simplemente, parece l¨®gico emplear la estructura que ya existe en los ministerios para gestionarlo. Es natural que sea el Ejecutivo la fuerza motriz gestora ¡ªprecisamente esa es su funci¨®n democr¨¢tica¡ª. Ello no excluye, sin embargo, que por sus caracter¨ªsticas extraordinarias este proyecto deber¨ªa ser especialmente inclusivo, no solo con el mundo empresarial y los poderes locales, sino tambi¨¦n con la oposici¨®n y con figuras independientes de la sociedad civil. Una idea que deber¨ªa explorarse es la constituci¨®n de un consejo asesor con expertos de reconocido prestigio, tambi¨¦n extranjeros, que acompa?en la plasmaci¨®n de esta enorme aventura.
Espa?a necesita que este proyecto vaya bien. En su forma actual, ni es el manantial de despilfarro y corrupci¨®n que alegan algunos, ni tampoco un esquema cristalino e ideal. El Gobierno debe extremar su actitud inclusiva; la oposici¨®n, abandonar la cr¨ªtica de gritos. Europa, afortunadamente, ayudar¨¢ y vigilar¨¢.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.