Inmunizados contra las cifras

Cuando en julio se conmemore el centenario del Partido Comunista Chino, su l¨ªder, Xi Jinping, sacar¨¢ pecho y presumir¨¢ de haber acabado con la pobreza. Qu¨¦ mejor forma de celebrarlo. En el pa¨ªs que durante siglos acogi¨® grandes masas de desheredados, el sue?o y la promesa de una sociedad pr¨®spera hechos realidad, incluso pese al coronavirus, y con una d¨¦cada de antelaci¨®n sobre lo previsto por Naciones Unidas en su Agenda 2030.

Era un compromiso personal del propio Xi. En los ¨²ltimos ocho a?os, China ha destinado 310.000 millones de d¨®lares a sanidad, educaci¨®n, vivienda y transferencias directas para quienes m¨¢s lo necesitaban. Es cierto que economistas internacionales cuestionan la forma de medir de las autoridades chinas, pero es innegable que el impresionante 70% de reducci¨®n de la pobreza global en las d¨¦cadas pasadas procede de los cerca de 700 millones de chinos (se dice pronto) que han salido de esa categor¨ªa.

Mientras, el resto del mundo ha pasado de reducir el n¨²mero de pobres extremos (que viven con menos de 1,90 d¨®lares al d¨ªa) en 100 millones de personas al a?o a verlo aumentado en otros 100 millones solo en 2020, debido al coronavirus. En total, 766 millones, casi un 10% de la poblaci¨®n mundial. No sorprender¨¢ a nadie que la mayor parte se encuentre en pa¨ªses de renta baja y de renta media, la mayor¨ªa en ?frica. Pero no solo. Aunque de otro tipo, la pobreza tambi¨¦n gana cada vez m¨¢s posiciones en ¨¢reas urbanas y en pa¨ªses ricos. Ah¨ª est¨¢n las colas del hambre en Estados Unidos, en Madrid.

La combinaci¨®n de covid-19, conflicto y cambio clim¨¢tico aleja la posibilidad de alcanzar en fecha el Objetivo 1 de la Agenda 2030, el fin de la pobreza. Hasta el punto de que en c¨ªrculos especializados ya se habla de la necesidad de ¡°recalibrar¡± los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Todo depender¨¢ de c¨®mo se produzca la recuperaci¨®n econ¨®mica global pospandemia. Si es en V, habr¨¢ una posibilidad de detener semejante deterioro. Tambi¨¦n podr¨ªa lograrse con una decidida y concertada acci¨®n global que ponga los ODS en el centro de las pol¨ªticas, pero, visto lo visto con el nacionalismo de las vacunas, ser¨ªa ingenuo pensar que se dan las condiciones necesarias.

Aspiramos a alcanzar la inmunidad contra el virus y este parece habernos inmunizado contra el impacto de las cifras. El conteo diario de contagios y fallecidos se ha convertido en una letan¨ªa que ya no impresiona. As¨ª que, ?qu¨¦ son 100 millones de pobres m¨¢s, sobre todo si est¨¢n lejos de casa? Y mientras Occidente mira para otro lado, ensimismado en sus problemas, China sigue adelante con su lucha contra la pobreza. En la disputa sobre la hegemon¨ªa global, ?qui¨¦n tiene m¨¢s papeletas para seguir ganando adeptos?