Hay que darse prisa
Washington y Bruselas deben resucitar el acuerdo nuclear firmado por Obama en 2015 y destruido por Trump en 2018
Queda poco para la elecci¨®n presidencial en Ir¨¢n, el 18 de junio. No hay candidato a la vista que pueda proseguir los esfuerzos de Hasan Rohan¨ª para abrir la Rep¨²blica Isl¨¢mica al mundo. Es el tiempo que les resta a los diplom¨¢ticos de Washington y Bruselas para resucitar el acuerdo nuclear firmado por Obama en 2015 y destruido por Trump en 2018.
El da?o infligido al desarme nuclear y al multilateralismo por aquella ruptura es incalculable. Ir¨¢n est¨¢ m¨¢s cerca ahora que entonces de obtener el arma nuclear. La tensi¨®n entre Ir¨¢n y sus adversarios se ha incrementado, especialmente tras el asesinato de Qasem Soleimani por un dron estadounidense. En la polarizaci¨®n se han fortalecido todos los extremistas.
No ser¨¢ f¨¢cil reparar el destrozo, especialmente severo para los ciudadanos iran¨ªes. Son m¨¢s de 1.500 las medidas de retorsi¨®n introducidas por Trump despu¨¦s de su retirada del acuerdo nuclear. Incluyen un veto al pr¨¦stamo de 5.000 millones de d¨®lares que Ir¨¢n hab¨ªa pedido al FMI para combatir la covid-19. Para frenar de nuevo la producci¨®n de uranio enriquecido, Teher¨¢n exige la retirada previa e incondicional de todas las sanciones.
Cuando nadie quiere ni puede dar el primer paso, alguien debe echar una mano. Es lo que ha hecho la diplomacia de Bruselas, con la convocatoria de una reuni¨®n del grupo 5+1 firmante del acuerdo nuclear (los cinco miembros del Consejo de Seguridad adem¨¢s de Alemania). Los diplom¨¢ticos europeos fueron los que estuvieron en el origen del acuerdo, bajo presidencia de Bush en 2008, y ahora protagonizan su rescate. Javier Solana, como alto representante de la Pol¨ªtica Exterior, fue el primer explorador, con la f¨®rmula ¡°congelaci¨®n [de la producci¨®n de uranio] por congelaci¨®n [de las sanciones]¡±, y ahora Enrique Mora, como director del Servicio Europeo de Acci¨®n Exterior, en representaci¨®n de Josep Borrell, es quien ofrece la f¨®rmula simult¨¢nea de ¡°cumplimiento [del levantamiento de sanciones por parte de Washington] por cumplimiento [de la desnuclearizaci¨®n por parte de Teher¨¢n]¡±.
No faltan las razones para el escepticismo. Era insuficiente aquel acuerdo de 2015, a pesar de sus excelentes resultados, arruinados luego por Trump. No inclu¨ªa la actividad terrorista de Ir¨¢n en la regi¨®n ni el control de misiles. Y caduca pronto, en 2025, cuando prescribe la resoluci¨®n del Consejo de Seguridad que lo soporta. Tambi¨¦n hay razones para el optimismo: los negociadores iran¨ªes y estadounidense son los mismos ahora que en 2013, cuando la llegada de Hasan Rohan¨ª a la presidencia ofreci¨® la oportunidad de unas negociaciones secretas, antecedente de las actuales negociaciones indirectas.
Regresan la diplomacia y el multilateralismo. Con China y Rusia de nuevo en el mismo barco que Europa y Estados Unidos, este episodio desmiente la fatalidad de una escalada hacia una nueva guerra fr¨ªa.
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