M¨¢s vivienda p¨²blica en alquiler
El aumento de la oferta es la mejor soluci¨®n para garantizar precios accesibles
Los ¨²ltimos datos sobre vivienda protegida en Espa?a muestran que poco m¨¢s de una de cada diez casas construidas con ayudas p¨²blicas en los ¨²ltimos cinco a?os ten¨ªan por finalidad el alquiler. La estad¨ªstica ilustra a las claras d¨®nde est¨¢ la base del problema de accesibilidad a la vivienda en nuestro pa¨ªs: la escasez de parque social en alquiler. El reto de corregir esa situaci¨®n, y acercarse a los est¨¢ndares de algunos vecinos europeos, debe centrar el esfuerzo de las administraciones y ser la v¨ªa prioritaria para garantizar el derecho a la vivienda.
La promoci¨®n de edificios residenciales es un proceso lento, que solo da frutos en el medio plazo. No es posible construir un bloque de viviendas de un d¨ªa para otro. Pero la ampliaci¨®n de la oferta es mejor soluci¨®n que el control de precios para el problema de acceso, y por ello es preciso impulsar cuanto antes la tarea pendiente. El Gobierno prometi¨®, sin ponerle fecha, la construcci¨®n de hasta 44.000 nuevos pisos en alquiler social y asequible que deben salir de proyectos estatales, auton¨®micos y municipales. Cuanto antes, mejor. M¨¢xime tras una d¨¦cada de ausencia de estas pol¨ªticas y de presupuestos menguantes.
La crisis del coronavirus y el empeoramiento de la situaci¨®n econ¨®mica se traducen en mayores problemas para muchas familias con los gastos de la vivienda. Pero tambi¨¦n ha dado un respiro, al menos temporal, a los precios de los alquileres. Las rentas han bajado tras a?os de fuertes tensiones, sobre todo en las principales ciudades, seg¨²n los escasos datos disponibles. No debe desaprovecharse este relativo respiro para activar pol¨ªticas que den respuestas a medio y largo plazo.
El Ejecutivo se ha planteado obligar a que la mitad de los suelos reservados para levantar vivienda protegida deban destinarse a pisos de alquiler. Tambi¨¦n que la figura de protecci¨®n p¨²blica no desaparezca. Este es uno de los males que han afectado a Espa?a en el pasado, con el trasvase de millones de viviendas de protecci¨®n oficial ¡ªhechas con dinero p¨²blico¡ª al mercado y controvertidas ventas de viviendas sociales a fondos de inversi¨®n.
A las iniciativas mencionadas se une el impulso de las ayudas europeas. El plan de recuperaci¨®n reserva 1.000 millones para edificar viviendas sociales que deber¨¢n llevar por fuerza, Bruselas obliga, el sello de la eficiencia energ¨¦tica. La colaboraci¨®n entre instituciones y con el sector privado se antoja imprescindible para dar el m¨¢ximo rendimiento a esos fondos. En definitiva, hay voluntad y m¨¢s medios de los previstos para acercarse al objetivo. Opciones como las deducciones fiscales son herramientas razonables para paliar el problema, pero la v¨ªa maestra es la ampliaci¨®n de la oferta. Espa?a deber¨ªa activarse con vigor para avanzar en esta senda.
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