Viejas y nuevas razones para destruir libros
Como siempre ha ocurrido, desde la Inquisici¨®n al C¨®digo Hays, vetar la biograf¨ªa de Philip Roth se justifica con las mejores intenciones
La editorial W.W. Norton ha anunciado que suspender¨¢ la promoci¨®n y distribuci¨®n de la biograf¨ªa de Philip Roth a causa de unas acusaciones de varias mujeres contra su autor, Blake Bailey.
La biograf¨ªa autorizada de Roth era uno de los libros m¨¢s comentados de la temporada en Estados Unidos. Entre los motivos est¨¢ su importancia como novelista. Tambi¨¦n el aspecto pol¨¦mico de su obra. A veces una literatura riqu¨ªsima se reduc¨ªa a un par de escenas; otras, se atribu¨ªa al autor el comportamiento de sus personajes. La biograf¨ªa ofrec¨ªa la posibilidad de vincular la obra con la vida, los narradores con el autor. Algunos, como Cynthia Ozick, han elogiado el libro. Otros han criticado la indulgencia de su autor con su biografiado.
Poco despu¨¦s de que aparecieran las acusaciones ¡ªque aluden a actos que van desde lo moralmente reprochable a lo criminal¡ª, Bailey fue expulsado de su agencia literaria y la editorial se distanci¨®. Las acusaciones pueden ser ciertas, pero ni la agencia ni la editorial afirman que as¨ª sea: su decisi¨®n es preventiva. Lo que opera, como ha escrito David Rieff, es una presunci¨®n de culpabilidad; han ¡°puesto una cl¨¢usula de moralidad retroactiva en el contrato de Bailey¡±. No importa la culpa, sino la reputaci¨®n. Se pueden criticar la hipocres¨ªa o el momento, que a menudo se conocieran conductas cuestionables y se tolerasen durante a?os, que algunos comportamientos o su sospecha sean castigados y otros no, en un esquema donde Woody Allen es peor que Rudolf Hess. Pero solo lleva a la melancol¨ªa. Estamos frente a una combinaci¨®n de control de da?os capitalista y concepci¨®n foucaultiana del poder.
Al final se produce una suerte de censura: puedes publicar pero eres excluido de las instancias de legitimaci¨®n. Como siempre ha ocurrido, desde la Inquisici¨®n al C¨®digo Hays, el veto se justifica con las mejores intenciones.
Usamos muchas cosas sin preguntarnos por la calidad ¨¦tica de quienes las fabrican. Es posible que la aspiraci¨®n de desligar la obra del autor sea ut¨®pica: estudiamos y consumimos los productos culturales pensando en autores, admiramos a unos m¨¢s que a otros por su posici¨®n moral. No parece que la nueva ortodoxia vaya a desaparecer pronto, pero en este caso, como en muchos otros, la medida no repara a las supuestas v¨ªctimas, no aclara lo que ocurri¨® y priva a personas interesadas de un trabajo valioso. @gascondaniel
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