Soldada, caba y sargenta; no generala
Las reglas del ¡®Libro de estilo¡¯ del peri¨®dico levantan pasiones dentro y fuera de la Redacci¨®n
El combate contra la discriminaci¨®n de la mujer incluye continuos avances en el uso del lenguaje. A veces, como se sabe, con pol¨¦mica. El Libro de estilo de EL PA?S suma algunos de esos progresos en cada edici¨®n. La vigesimotercera, vigente desde el 21 de febrero, incluye nuevas normas contra la violencia machista y el sexismo, as¨ª como la feminizaci¨®n de nombres de oficios. Por ejemplo, ¡°soldada¡±. El Libro define la palabra como ¡°femenino correcto de soldado¡±. Hay lectores que no lo asumen. El diccionario de la Real Academia Espa?ola (RAE), tampoco.
La pol¨¦mica salt¨® el pasado d¨ªa 12 por una noticia con ¡°la soldada¡± Cristina de protagonista. ?lvaro Miranda Simavilla protest¨®: ¡°Siento el hartazgo del mal uso ling¨¹¨ªstico ¡ªmal uso hortera del g¨¦nero¡ª al referirse a ¡®la soldada¡±. Recordaba el lector que la RAE solo admite el t¨¦rmino ¡°la soldado¡± y que ¡°soldada¡± es, para la Academia, el ¡°haber del soldado¡±.
Otro lector, que prefiere no ser citado una vez m¨¢s en esta columna, escribi¨®: ¡°Parece ser que el Libro de estilo permite o exige que una soldado sea soldada; de haber sido la soldado cabo, ?habr¨ªa sido obligado escribir caba?¡±. Pues bien, para su sorpresa y la de muchos otros, la respuesta es s¨ª. La XXIII edici¨®n del Libro de estilo exige escribir ¡°caba¡±. Y ¡°sargenta¡±. Y ¡°capitana¡±, que hasta ahora asum¨ªa en todos los contextos salvo en el militar.
Otros lectores tambi¨¦n censuran estas licencias estil¨ªsticas con id¨¦ntico argumento: que la RAE no las admite. Quiz¨¢s prefieran buscar otras razones si descubren que la Academia acepta el femenino de grados militares pero con estas acepciones: ¡°Generala: mujer del general¡±; ¡°coronela: mujer del coronel¡±; y ¡°sargenta: mujer del sargento¡±¡. pero tambi¨¦n, ?atenci¨®n!: ¡°mujer corpulenta, hombruna y de dura condici¨®n¡±, y ¡°mujer autoritaria¡±.
EL PA?S asume ahora en toda su extensi¨®n la norma general seg¨²n la cual ¡°cargos, oficios, profesiones y t¨ªtulos observar¨¢n rigurosa concordancia de g¨¦neros con sus poseedores¡±. Resulta f¨¢cil hacerlo si el oficio o cargo acaba en o: ingeniero, ingeniera; diputado, diputada. La regla se complica si termina en consonante, salvo que se trate de una n o una r: capit¨¢n, capitana; doctor, doctora. Y resulta inviable si concluye en -ista, y por eso no se admite periodisto o electricisto.
En todo caso, conviene recordar que se trata del Libro de estilo de este peri¨®dico, no un c¨®digo de conducta para todos los hispanohablantes. Casi siempre coincide con los diccionarios oficiales de uso del castellano, pero no en todos los casos. Y, en ocasiones, es la RAE la que se adelanta. Hasta esta edici¨®n XXIII, EL PA?S no ha asumido las palabras ¡°jueza¡± o ¡°concejala¡± ¡ªpasan a ser obligatorias¡ª, admitidas como optativas por la Academia hace a?os no sin argumentadas contestaciones.
?lex Grijelmo, subdirector de Edici¨®n y coordinador del Libro de estilo, subraya que se trata de eso, de ¡°un manual de estilo¡±. ¡°Optamos por unos rasgos que nos definen y no por otros, dentro de las posibilidades que ofrece el sistema de la lengua¡±. As¨ª explica la aceptaci¨®n de soldada: ¡°No hay raz¨®n para que el ¨¢mbito militar quede fuera de la progresiva feminizaci¨®n de cargos que avanza en toda la sociedad. Y los contextos desambiguan soldada en sus dos significados del mismo modo que lo hacen con frutero o cajero. Podr¨ªamos decir sin problema ¡®el frutero se llev¨® el frutero¡¯, ¡®el cajero puso dinero en el cajero¡¯ y ¡®la soldada cobr¨® su soldada¡±.
Fijar ese tipo de reglas levanta a menudo pasiones dentro y fuera de la Redacci¨®n. El debate es tan intenso como interminable. Basta comprobar estos d¨ªas el guirigay que ha provocado la ministra Irene Montero con ese supuesto lenguaje inclusivo del ¡°escuchados, escuchadas, escuchades¡± o ¡°hijos, hijas, hijes¡±. El Libro de estilo no lo admite.
Grijelmo recuerda en su libro Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo que el acad¨¦mico mexicano Gonzalo Celorio bromea as¨ª sobre c¨®mo convertir en lenguaje inclusivo la frase ¡°el perro es el mejor amigo del hombre¡±. Ah¨ª va: ¡°El perro y la perra son el mejor amigo y la mejor amiga del hombre y de la mujer, indistinta, respectiva o excluyentemente¡±. Les aconsejo que no lo intenten con amigo, amiga y amigue.
El lenguaje est¨¢ abierto al cambio permanente y, por tanto, todo es discutible. Sin embargo, en el peri¨®dico se produce una tregua tras cada nueva edici¨®n del Libro de estilo. Una nota inicial decreta ese alto el fuego: ¡°El Libro de estilo de EL PA?S contiene normas de obligado cumpli?miento para todos los cargos del peri¨®dico, los redactores y los colaboradores. Nadie estar¨¢ exento de esta normativa¡±.
Am¨¦n¡ hasta la vigesimocuarta edici¨®n.
¡ª¡ª¡ª¡ª¡ª¡ª¡ª
Puede enviar sus cuestiones a defensor@elpais.es
O preguntar en el blog El Defensor del Lector contesta
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.