?Por qu¨¦ lo llaman ¡°humanitario¡± cuando quieren decir inter¨¦s?
No parece importar a nadie la situaci¨®n de la covid en el S¨¢hara Occidental. Nombrar las cosas por su nombre suele ser ¨²til
Nombrar las cosas por su nombre suele ser ¨²til para afrontar las consecuencias cuando las tocamos, las movemos o ¡ªpeor a¨²n¡ª cuando empiezan a moverse por su cuenta y a adquirir vida propia. Y aqu¨ª hay varias que merecen ese esfuerzo sin el maquillaje al que nos acostumbran.
Que el l¨ªder polisario haya sido acogido en Espa?a por ¡°razones humanitarias¡± es la primera impostura. Brahim Gali fue bienvenido en un hospital espa?ol porque nos lo pidi¨® Argelia, nuestra gran suministradora de gas, sin que nos haya importado demasiado hasta la fecha c¨®mo est¨¢n pasando la covid los saharauis en los campos de refugiados de Tinduf. Cualquier b¨²squeda de informaci¨®n al respecto es frustrante. Seg¨²n la fuente m¨¢s fiable, el Centro Europeo de Prevenci¨®n y Control de Enfermedades, en S¨¢hara Occidental solo se ha contabilizado un muerto por covid, mientras Argelia cuenta 3.418 y Marruecos, 9.122. Una broma, ?no es cierto? Qu¨¦ mala suerte tuvo el l¨ªder polisario al contagiarse en un entorno tan seguro y qu¨¦ buena al encontrar en Espa?a esos brazos abiertos ¡ªy eso no est¨¢ en cuesti¨®n¡ª, pero llamemos a las cosas por su nombre: no ha sido por humanidad, sino por inter¨¦s. Por pol¨ªtica.
Segundo. Que la entrada masiva de inmigrantes no tuvo nada que ver con la estancia de Gali fue el sapo que intentaron que trag¨¢ramos tanto el Gobierno espa?ol en los primeros d¨ªas de la crisis como el r¨¦gimen de Marruecos, cuyas fuerzas de seguridad hac¨ªan cri cri mientras sus ni?os se arrojaban al mar a pelo o con flotadores hechos de botellas de pl¨¢stico, y a las madres se les aflojaba el hatillo en el que llevaban el beb¨¦. Verg¨¹enza. Esos chavales fueron rehenes de Marruecos, que los ha utilizado en venganza por la acogida de Gali y en su estrategia para presionar por el reconocimiento de su dominio del S¨¢hara Occidental. Venenosa herencia de Trump.
Tercero. Hay diferencias. Mientras el rey de Marruecos se enriquece con un pr¨®spero holding e intereses en sectores como banca, seguros, telefon¨ªa, de espaldas a una enorme parte de su juventud que hoy est¨¢ en la calle sin los empleos informales del turismo por culpa de la pandemia, nuestro em¨¦rito al menos tuvo que abdicar y est¨¢ investigado por intentarlo a su manera. Es una diferencia. Y el actual monarca, Felipe VI, se vacun¨® como todo hijo de vecino en el WiZink Center de Madrid el s¨¢bado pasado mientras lidia con entereza en su vida cotidiana contra la sombra de su padre. Espa?a es una democracia. Marruecos, un vecino, por no pasarnos de frenada a la hora de nombrar las cosas.
Por ¨²ltimo. ?Nadie pedir¨¢ explicaciones a Pablo Casado por sus reuniones y complicidades con partidos marroqu¨ªes que reclaman Ceuta y Melilla en contra del Gobierno espa?ol? ?No se llama eso traici¨®n? Las cosas, por su nombre.
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