Todos necesitamos un psiquiatra
Pretender mitigar depresiones graves, ansiedad cr¨®nica o estr¨¦s severo con yoga o libros de autoayuda es tan peligroso como pretender extirparse el ap¨¦ndice uno mismo
En las representaciones mainstream es el especialista que siempre aparece como inquietante, cuando no es directamente el malo de la pel¨ªcula. Al psiquiatra se le suele dibujar como un terrible manipulador capaz de controlar la mente de sus pacientes o bien como quien se ocupa de trastornos ps¨ªquicos graves. Pocas personas admiten visitar al psiquiatra, no sea que se les tome por locos, mientras que ir al psic¨®logo o al terapeuta parece denotar un malestar menos grave, incluso se puede concebir como un simple apoyo para la tarea de vivir. Nada que ver con perder la cabeza.
En realidad todo profesional de la salud mental, si es bueno, tiene el mismo objetivo que cualquier otro especialista: aliviar el sufrimiento de sus pacientes, conseguir que recuperen un estado de salud ¨®ptimo y, por lo tanto, que puedan vivir la mejor vida posible dentro de sus propias circunstancias. Casi todo el mundo que recela de los psiquiatras es por el hecho de que pueden prescribir medicamentos, como si fuera lo ¨²nico que hacen. Algo, por otro lado, que no nos har¨ªa desconfiar de un cardi¨®logo, pongamos por caso. Por eso se conciben los psicof¨¢rmacos y la psicoterapia como opciones opuestas y excluyentes. En realidad no es m¨¢s grave tomar un antidepresivo que un medicamento para la tensi¨®n o la diabetes, pero hay un miedo general a la medicaci¨®n destinada a restablecer el equilibrio de este ¨®rgano tan particular que es el cerebro. Miedo a la dependencia, a los efectos secundarios, a que cambie nuestra personalidad o a que nos anestesiemos con una alegr¨ªa artificial. ?D¨®nde queda mi identidad individual si una diminuta pastillita consigue que pase de ser una pesimista fatalista a una simp¨¢tica optimista? Y es que el dolor, incluso el ps¨ªquico, cuando persiste en el tiempo acaba convirti¨¦ndose en rasgo distintivo.
Hay dolencias imposibles de curar solamente con psicoterapia, hay momentos de crisis que afectan la qu¨ªmica de nuestros tejidos porque, en efecto, la separaci¨®n entre cuerpo y mente no existe, es una simple organizaci¨®n conceptual para pensarnos mejor. Incluso en situaciones de enorme sufrimiento nos resistimos a ser medicados, algo que nunca har¨ªamos con una pierna rota o una infecci¨®n. Por otro lado, no toda psicoterapia es necesariamente inocua. Pretender mitigar depresiones graves, ansiedad cr¨®nica o estr¨¦s severo con mindfulness, yoga o libros de autoayuda es tan peligroso como pretender extirparse el ap¨¦ndice uno mismo o con la ayuda del curandero del pueblo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.