Frankenstein en Tierra Santa
Israel imparte una lecci¨®n de pol¨ªtica pactista y civilizada solo d¨ªas despu¨¦s de la guerra de Gaza y los disturbios ¨¦tnicos entre ¨¢rabes y jud¨ªos
Desgraciadamente ya no est¨¢ entre nosotros el ingenioso inventor del gobierno Frankenstein, idea excelente para describir la peligrosidad de una construcci¨®n pol¨ªtica armada con miembros heterog¨¦neos y con frecuencia incompatibles tomados de distintos cuerpos. Si la idea de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba hubiera superado la popularidad que cosech¨® en Espa?a y se hubiera expandido en el ¨¢mbito internacional, es probable que tambi¨¦n Benjam¨ªn Netanyahu la hubiera adoptado como arma dial¨¦ctica para mantenerse en el Gobierno.
Y con toda la raz¨®n. La distancia que hay entre varias de las ocho formaciones pol¨ªticas que han firmado un acuerdo de Gobierno en Israel este pasado mi¨¦rcoles, 20 minutos antes de que venciera el plazo para convocar nuevas elecciones, las quintas en dos a?os, es mayor que la que pueda haber entre cualquiera formaci¨®n del Parlamento espa?ol o de los Parlamentos regionales, incluido el catal¨¢n. Tres formaciones derechistas y ultras, dos centristas, dos de izquierdas e incluso una ¨¢rabe islamista han preferido dejar sus infinitas diferencias y rencores para echar a Netanyahu, 15 a?os en el poder, 12 de ellos seguidos, y ahora enjuiciado por corrupci¨®n.
En el gabinete que se prepara habr¨¢ de todo: partidarios de un solo Estado con derechos iguales para ¨¢rabes y jud¨ªos, y partidarios de un Estado palestino; promotores de las ocupaciones ilegales en Jerusal¨¦n y Cisjordania y defensores del regreso y recuperaci¨®n de los bienes de todos los palestinos de la di¨¢spora; fundamentalistas islamistas y amigos de la teocracia jud¨ªa. Pero todos los obst¨¢culos quedar¨¢n aparcados para favorecer un Gobierno que se ocupe de la pacificaci¨®n de los ¨¢nimos despu¨¦s de la guerra de Gaza y de la recuperaci¨®n de la econom¨ªa pospandemia.
La negociaci¨®n del acuerdo ha dado ya sus frutos. Naftali Bennett, el l¨ªder ultranacionalista, ha dicho de Mansur Abbas, el dirigente islamista, que es ¡°una persona decente¡± y ¡°un l¨ªder valiente¡±. No puede haber consenso pol¨ªtico ni pactos sin respeto y aprecio entre las personas. Si llega a constituirse, este ser¨¢ un Gobierno sin l¨ªneas rojas, construido con votos y no con vetos.
Ser¨¢ el fruto de una extra?a paradoja. Israel imparte ahora esta lecci¨®n de pol¨ªtica pr¨¢ctica y civilizada apenas 15 d¨ªas despu¨¦s de aterrorizar al mundo con un intercambio de mort¨ªferos cohetes y misiles entre Ham¨¢s y su ej¨¦rcito, as¨ª como el estallido de enfrentamientos ¨¦tnicos entre jud¨ªos y ¨¢rabes israel¨ªes. Sospecho que Rubalcaba estar¨ªa en esta ocasi¨®n abiertamente a favor de Frankenstein.
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