La singularidad
Los profetas modernos predicen un punto en que las m¨¢quinas nos superar¨¢n. Y se han apuntado un tanto
A los profetas de nuestro tiempo les gusta augurar ¡°la singularidad¡±, el punto cr¨ªtico en que las m¨¢quinas tomar¨¢n el mando y se convertir¨¢n en el verdadero motor del desarrollo, para angustia de los organismos de carne y delicia de los iluminados de Silicon Valley. En este contexto, el t¨¦rmino singularidad proviene de la cosmolog¨ªa y no se conforma con significar cualquier cosa poco com¨²n. Las dos singularidades m¨¢s c¨¦lebres son el origen del universo y el centro de los agujeros negros, donde las ecuaciones de Einstein se deshacen en la incertidumbre cu¨¢ntica. La singularidad anunciada por los hechiceros no es un mero cambio de tendencia, sino el alumbramiento de un mundo nuevo e impredecible. As¨ª est¨¢ el tema.
Un asunto central de la teolog¨ªa de la singularidad es el momento en que las m¨¢quinas empiecen a dise?arse a s¨ª mismas, como sostiene el jefe de ingenier¨ªa de Google, Ray Kurzweil, en su libro de 2017 La singularidad est¨¢ cerca; cuando los humanos trascendamos la biolog¨ªa. Cuidado con Kurzweil, que adem¨¢s de cient¨ªfico de la computaci¨®n y especialista en inteligencia artificial es m¨²sico, ateo, inventor, escritor y empresario. Ese tipo de perfiles poli¨¦dricos atraen mi inter¨¦s como un im¨¢n tira del hierro, y lo cierto es que la carrera de Kurzweil no ha podido ser m¨¢s exitosa. Que haya fundado una Universidad de la Singularidad en Silicon Valley me suscita dudas sobre su sensatez acad¨¦mica, pero el tipo es una m¨¢quina.
En cualquier caso, su idea de partida es bien simple: que la tecnolog¨ªa no avanza de manera lineal (como 2 3 4 5¡), sino exponencial (como 2 4 8 16¡), y esa es una curva que asciende cada vez m¨¢s deprisa y que, al final, no tiene m¨¢s remedio que superar a nuestro pobre cerebro, que fue dise?ado por la evoluci¨®n biol¨®gica para otros fines. Kurzweil calcula que ese punto cr¨ªtico en que las m¨¢quinas nos superen, la singularidad, llegar¨¢ en 2045. Predecir el futuro es la forma ideal de meter la pata, pero Kurzweil tiene ya 72 a?os, y las predicciones a 25 a?os vista le deben importar muy poco. Muchas lectoras y sus hijos, sin embargo, estar¨¢n aqu¨ª para contemplar el big bang de la tecnolog¨ªa, o la falta de ¨¦l.
Hay novedades bien curiosas, sin embargo. Azalia Mirhoseini, Anna Goldie y sus colegas del equipo de investigaci¨®n de Google en Mountain View, California, han publicado en Nature el primer sistema de inteligencia artificial que dise?a chips mejor que los ingenieros humanos. Como tantos otros, el sistema se basa en el deep learning, o aprendizaje profundo, que ha revolucionado esta disciplina en los ¨²ltimos a?os. En menos de seis horas, la m¨¢quina dise?a un chip que supera al de los humanos en eficacia energ¨¦tica, reducci¨®n de tama?o y capacidad operativa. La m¨¢quina aprende de su experiencia pasada para mejorar los chips que dise?a. ¡°Creemos¡±, concluyen las cient¨ªficas de Google, ¡°que el hardware (soporte f¨ªsico, por oposici¨®n al soporte l¨®gico, o software) dise?ado por inteligencia artificial estimular¨¢ los avances en la propia inteligencia artificial, creando una relaci¨®n simbi¨®tica entre esos dos campos¡±.
Esto no es a¨²n la singularidad, pero da un buen paso hacia ella. El mismo que dio la vida hace 4.000 millones de a?os.
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