No jueguen con el sexo de los menores

Cuando ten¨ªa 14 a?os hubiera dado lo que fuera por ser un chico. M¨¢s que el pene, a mis hermanos varones les envidiaba la libertad y los privilegios. Durante mucho tiempo me negu¨¦ a aceptar la transformaci¨®n f¨ªsica que trajo la pubertad y sus consecuencias catastr¨®ficas. Cre¨ª estar a disgusto con mi sexo, pero en realidad lo estaba con mi g¨¦nero: una construcci¨®n social sobre la diferencia biol¨®gica. Si entonces me hubieran contado que exist¨ªa la posibilidad de convertirme en un hombre, tal vez me lo hubiera planteado: cualquier cosa con tal de escapar de un cuerpo que comportaba encierro, acoso y una discriminaci¨®n de la que hasta entonces cre¨ª que me librar¨ªa. El camino m¨¢s transitado en aquella ¨¦poca (y por desgracia ahora tambi¨¦n) era el de los trastornos alimentarios: sin la carne de los rasgos sexuales cre¨ªmos poder esquivar la opresi¨®n que supon¨ªa ser mujer.

Por eso no entiendo que se insista tanto en desautorizar las opiniones m¨¦dicas cuando existen conflictos con el cuerpo, sean del tipo que sean. La atenci¨®n psicol¨®gica, si es buena, ni impone ni inventa enfermedades donde no las hay porque su principal misi¨®n es minimizar el sufrimiento del paciente. Me parece terror¨ªfica la posibilidad de que un ni?o o ni?a con 14 a?os sea completamente abandonado a su suerte en todo lo referente a su identidad sexual, que se pretenda incluso socavar la tutela de los padres. ?De verdad que vamos a contarles a los m¨¢s peque?os que es posible cambiar de sexo? ?Que si sufren disforia todos sus problemas se acabar¨¢n con un simple cambio en el Registro Civil? ?Qu¨¦ l¨®gica tiene que por un lado se llame ¡°patologizaci¨®n¡± al hecho de requerir un certificado m¨¦dico para el cambio de sexo registral pero al mismo tiempo se frivolice con procedimientos irreversibles como la cirug¨ªa o la hormonaci¨®n? ?De verdad que los padres de menores trans quieren que se les preste menos atenci¨®n?

Yo necesit¨¦ un parte m¨¦dico para inscribir a mis hijos en el Registro Civil y su nacimiento no fue una enfermedad. El ginec¨®logo no estaba all¨ª para decidir si par¨ªa o no ni qu¨¦ eran mis hijos. Simplemente dio fe de su nacimiento y extendi¨® un certificado que me permiti¨® registrarlos porque lo que se inscribe son hechos demostrados, no sentimientos ni voluntades. No entiendo a qu¨¦ l¨®gica obedece que se requiera m¨¢s tr¨¢mites para nacer o morir que para cambiar de sexo.