Cuba, reformar o matar es el dilema
Quiz¨¢ estas protestas no sean el final, pero s¨ª pueden ser el principio del fin
Una unidad policial asalta sorpresivamente una casa en un apacible barrio de la capital estadounidense. El jefe de la unidad captura a Howard Marks mientras le dice: ¡°Por mandato de la unidad de pre-crimen del distrito de Columbia est¨¢ usted arrestado por el futuro asesinato de Sara Marks y Donald Dubin¡±. Es el a?o 2054 y esta es la primera escena de la pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n Sentencia Previa de Steven Spielberg. Presenta el sistema de seguridad m¨¢s eficaz del mundo, basado en actuar antes de que un crimen ocurra. Existe un viejo debate sobre por qu¨¦ el r¨¦gimen cubano ha sobrevivido en condiciones extremas ?Por qu¨¦ en Cuba no ocurr¨ªan protestas masivas a pesar del total fracaso econ¨®mico, mientras s¨ª las hay en Chile con una econom¨ªa exitosa?; ?por qu¨¦ en Cuba el hambre y la escasez sist¨¦mica no generaba descontento y Gobiernos democr¨¢ticos pierden el poder con un peque?o aumento de la inflaci¨®n? Luego de 62 a?os, decir que los cubanos aman la revoluci¨®n es comida para tontos.
Las protestas que est¨¢n ocurriendo en Cuba no tienen precedentes, nunca hab¨ªan sido masivas, simult¨¢neas y a nivel nacional, nunca hab¨ªa habido saqueos, nunca hab¨ªan destruido veh¨ªculos oficiales, nunca hab¨ªan roto fotos de Fidel Castro y nunca hab¨ªan demandado abiertamente el fin de la dictadura. La respuesta al debate acerca de la sobrevivencia del r¨¦gimen no es el carisma Fidel, ni la salud subsidiada con dinero de otros. El castrismo, luego de consolidarse en el poder fusilando a muchos, logr¨® construir un sistema de seguridad basado en el mismo principio de la pel¨ªcula de Spielberg: enterarse antes, disuadir antes y actuar antes. Las dictaduras de la derecha latinoamericana ten¨ªan sistemas represivos que asesinaban y desaparec¨ªan abiertamente. La dictadura cubana es diferente, funciona con un sistema preventivo que reprime selectivamente a partir de la inteligencia que le proporciona un control social masivo.
Cuando los sandinistas derrocaron a Somoza sufrieron una gran frustraci¨®n al encontrar los archivos de inteligencia. El supuesto es que exist¨ªa un sistema muy sofisticado, pero lo que encontraron fueron fotos viejas, fichas mal escritas y escasa informaci¨®n seria. Los archivos de la antigua seguridad del Estado de la Alemania Oriental estaban compuestos por millones de documentos que 32 a?os despu¨¦s de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn es muy poco lo que se ha estudiado. Casi todos los habitantes ten¨ªan una ficha. El documental Stasi, de Christian Gierke, muestra estos inmensos archivos y hace una excelente descripci¨®n hist¨®rica y conceptual sobre c¨®mo funcionaba el sistema. Uno de sus principios era ¡°evitar matar¡± y para ello necesitaba espiar masivamente. Los 15.000 efectivos de la temida Gestapo de los nazis fueron nada comparados con las m¨¢s de 200 instalaciones y los cientos de miles de miembros de la Stasi, sin contar los informantes. La seguridad cubana fue construida a imagen y semejanza de la Stasi. Ambos pa¨ªses eran fronteras directas con su enemigo, adem¨¢s Berl¨ªn y La Habana eran vitrinas del comunismo.
En Cuba, los hijos esp¨ªan a los padres y estos a sus hijos, los vigilantes de las prisiones esp¨ªan a los presos y estos a los vigilantes, en fin, todo mundo esp¨ªa a todo mundo hasta arraigar el principio central del sistema: ¡°miedo y desconfianza¡±. El Partido Comunista de Cuba tiene cientos de miles de militantes y quienes integran los comit¨¦s de defensa de la revoluci¨®n son millones. Espiar asegura privilegios y ser descubierto como potencial opositor asegura castigos de exclusi¨®n en comida, salud y estudios. En Cuba no hay miles de desaparecidos como en la dictadura argentina ni masacres como las de los militares centroamericanos. Las capturas son selectivas, la tortura no debe dejar huella y algunos opositores, en vez de ser asesinados, mueren en ¡°accidentes¡± o se ¡°suicidan¡±. Las actuales protestas superaron a los grupos de choque que golpeaban a las damas de blanco y, lo m¨¢s importante, han derrumbado el extenso sistema de espionaje y prevenci¨®n. El Gobierno esta vez ni se enter¨®; se debilit¨® el miedo y su autoridad sobre los de abajo.
No hay soluci¨®n posible a la crisis social porque nadie va a subsidiar al r¨¦gimen, Rusia se cans¨®, China no regala y Venezuela est¨¢ acabada. En 1980 no hab¨ªa hambruna y 10.000 cubanos pidieron asilo diplom¨¢tico en la Embajada de Per¨². El mayor caso de asilo en la historia del mundo. Luego m¨¢s de 100.000 cubanos salieron de la Isla en el ¨¦xodo de Mariel. Las protestas de 1994 en el Malec¨®n, que control¨® el propio Fidel Castro, demandaban igualmente que se les dejara salir de Cuba y la soluci¨®n fue la crisis de los balseros que permiti¨® que miles escaparan de la Isla. El problema para el r¨¦gimen es que ahora las protestas no exigen escapar, sino quedarse y por eso demandan libertad. Expulsar gente es un negocio redondo para dictadores, se quitan presi¨®n interna, reciben remesas y utilizan la emigraci¨®n como arma diplom¨¢tica: ¡°si me impones sanciones, millones emigraran, dejaran de ser mi problema y se convertir¨¢n en el tuyo¡±. Lo que est¨¢ ocurriendo en Cuba es un golpe a la pol¨ªtica de chantaje migratorio cubana que tambi¨¦n ha usado Venezuela.
El discurso de D¨ªaz-Canel llamando a la represi¨®n masiva es una bofetada a la paciencia que europeos y canadienses han tenido con el r¨¦gimen. Adem¨¢s, conlleva enormes riesgos internos porque es un cambio severo en su doctrina de seguridad basada en evitar matar. Hacen sentido las informaciones sobre polic¨ªas que se niegan a reprimir o de otros que abandonan sus uniformes, algo que de alguna manera el Gramma reconoce cuando dice que hay revolucionarios confundidos en las protestas. Ya hay muertos y desaparecidos, la pregunta es entonces, ?saldr¨¢n las Fuerzas Armadas a matar a cubanos hambrientos para defender un modelo que el propio Fidel Castro reconoci¨® que no funciona? Las protestas han colocado a la dictadura frente al aparente dilema de: ¡°matar o no matar¡±, si no matan crece la protesta y si matan el r¨¦gimen se suicida.
La despedida del comunismo cubano ha sido demasiado larga y esto es peligroso. Quiz¨¢ estas protestas no sean el final, pero s¨ª pueden ser el principio del fin. La soluci¨®n no es matar, sino reformar. Cuba no necesita una matanza de su pueblo ni un final tr¨¢gico para quienes gobiernan. La salida deber¨ªa ser negociar una apertura democr¨¢tica, permitir partidos y medios de comunicaci¨®n independientes, realizar elecciones, reconciliarse con el exilio, abrir la econom¨ªa a la inversi¨®n externa y liberar las capacidades empresariales de los cubanos. En fin, construir una salida donde nadie necesite irse y todos puedan regresar. Los hermanos Castro perdieron la oportunidad de entenderse con Carter y Clinton y se burlaron de los acuerdos con Obama. Pero nunca es tarde para corregir. Pocos d¨ªas antes de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, Erich Honecker, primer ministro de Alemania Oriental, rechazaba realizar reformas y pronunci¨® un discurso donde presumi¨® que su pa¨ªs era la 10? econom¨ªa del mundo. Mija¨ªl Gorbachov dijo entonces unas palabras prof¨¦ticas: ¡°La vida castiga a quienes la posponen¡±. Lo que vino despu¨¦s todos lo conocemos.
Joaqu¨ªn Villalobos es consultor para la resoluci¨®n de conflictos internacionales.
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