La derecha diestra
El PP llega a acuerdos con Vox, impl¨ªcitos o expl¨ªcitos, pero los de Abascal no se sientan en los sillones de gobierno
En el pa¨ªs m¨¢s de izquierdas del mundo desarrollado (Espa?a), y en el curso pol¨ªtico m¨¢s de izquierdas (con la pandemia y el ejemplo de Biden impulsando el gasto p¨²blico), sube curiosamente la derecha. Ganan las elecciones auton¨®micas y encabezan las encuestas para las generales. La raz¨®n es que los partidos conservadores (PP y Vox) est¨¢n mejor coordinados que sus adversarios. Y no porque se lleven particularmente bien, sino precisamente por lo contrario: porque mantienen una distancia prudencial.
A diferencia del PSOE y UP, populares y Vox no gobiernan juntos. Y por eso se complementan. Cada uno se especializa en uno de los dos objetivos que, como recuerda el experto en formaciones de derechas Crist¨®bal Rovira, tienen los partidos: exigir pol¨ªticas y ocupar cargos p¨²blicos. Vox pide, con fuerza, pol¨ªticas de derechas y el PP toma, con suavidad, el poder.
En la derecha, impera la divisi¨®n de trabajo. PP y Vox tienen diferencias program¨¢ticas notables, pero comparten la cl¨¢sica definici¨®n de derechas de Norberto Bobbio: creen que las desigualdades dentro de una sociedad son naturales y se encuentran fundamentalmente fuera del alcance del Estado. Para la gente de derechas, el ogro del cuento es la naturaleza. En contraste, los de izquierdas entienden que el ogro es la sociedad y, por tanto, el Estado debe intervenir.
La divergencia entre la derecha tradicional, liberal o conservadora, y la nueva, de cariz nacional-populista, es que la primera defiende su ideolog¨ªa con lealtad a las Instituciones. El Frente Nacional, Alternativa por Alemania y Vox, no. Y esa deslealtad genera rechazo en gran parte de los votantes. As¨ª, si PP y Vox forjaran Ejecutivos de coalici¨®n, el segundo manchar¨ªa al primero con su tinte antisistema.
Es el problema estructural del Gobierno de S¨¢nchez. Indeleblemente, Podemos salpica al PSOE. Unas medidas fiscales, educativas o de igualdad, que, decididas por el PSOE en solitario se calificar¨ªan de templadas, son tildadas de radicales simplemente porque tambi¨¦n llevan la etiqueta morada.
La derecha evita esa confusi¨®n. El PP llega a acuerdos con Vox, impl¨ªcitos o expl¨ªcitos, pero los de Abascal no se sientan en los sillones de gobierno. Eso s¨ª, este equilibrio es inestable: s¨®lo durar¨¢ mientras los de Vox prefieran que suene el himno nacional en las escuelas antes que el coche oficial en su casa. @VictorLapuente
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