?Gracias, Tokio!
Los lectores escriben de los Juegos Ol¨ªmpicos, los contagios de coronavirus, el cambio clim¨¢tico y la obsolescencia programada
Un gran y elevado pebetero y su resplandor televisado. Por nada del mundo nos habr¨ªamos perdido la ceremonia. Cuando se enciende la llama ol¨ªmpica se renueva tambi¨¦n una esperanza en nuestros corazones. Bienvenida sea la llama que prende un deporte que se postula noble, limpio y solidario. En esta ocasi¨®n el silencio nos puede unir m¨¢s all¨¢ de los v¨ªtores particulares y el desbordado barullo. El anhelo puede tornar m¨¢s f¨¢cilmente planetario, el triunfo m¨¢s compartido, los diferentes dorsales m¨¢s de todos. Dicen que son los ¡°Juegos del Silencio¡±, pero en el silencio nos encontramos, renacemos. El silencio nos puede situar m¨¢s arriba en la grada, nos puede ceder m¨¢s ¨¢ngulo y panor¨¢mica. Los asientos de los estadios japoneses permanecer¨¢n vac¨ªos, pero los corazones estar¨¢n llenos por esa nueva oportunidad de reunirnos todos los humanos. ?Gracias, Tokio!
Koldo Aldai. Artaza (Navarra)
Ahora se buscan culpables
Lleg¨® la quinta ola, mira que se lo hemos puesto f¨¢cil de nuevo al bicho. Volvemos a tropezar por cuarta vez en la misma piedra y ahora se buscan culpables porque es muy espa?ol eso de echar la culpa siempre al otro. Las desescaladas han sido precipitadas y err¨¢ticas, a¨²n estamos esperando la ley de pandemias que se prometi¨® para no tener que dejar las decisiones al albur de los jueces. La culpa, en parte, s¨ª es de esos j¨®venes irresponsables que han pensado que todo estaba solucionado con la vacuna, ?Qu¨¦ esper¨¢bamos? Y suerte que a¨²n nos queda un buen porcentaje de juventud cabal y familias sensatas. Pero los culpables de verdad son esos cerebritos pol¨ªticos que haciendo caso omiso de los expertos, han preferido intentar contentar a todos fastidiando a los de siempre, la gente que est¨¢ en primera l¨ªnea trabajando de verdad. ?Qu¨¦ pena! Como en el parch¨ªs, de nuevo, vuelta a la casilla de salida.
Luis Solanas Cebolla. Zaragoza
Siempre estamos generalizando
La juventud por aqu¨ª, la juventud por all¨¢. ?Y si dej¨¢ramos de generalizar para condenar o elogiar a las personas por razones de edad y nos limit¨¢ramos a condenar a los irresponsables que incumplen las normas, tan visibles en los medios, y a elogiar a quienes, invisibles porque son discretos, las acatan?
Jos¨¦ Carlos Herrero Yuste. Legan¨¦s (Madrid)
Reflexi¨®n
Se han alcanzado casi los 50 grados en Canad¨¢, vemos temperaturas de r¨¦cord en pa¨ªses tan distantes como Estados Unidos y Turqu¨ªa, somos testigos de las inundaciones catastr¨®ficas que se han producido en centro Europa y m¨¢s recientemente tambi¨¦n en China, han tenido la primera alerta por calor extremo de la historia en el Reino Unido, hay devastadores incendios forestales en Norteam¨¦rica, olas de calor sofocante en Espa?a y otros pa¨ªses... ?ser¨¢ todo esto pura casualidad, o este verano de fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos tendr¨¢ algo que ver con la reacci¨®n del sistema Tierra ¡ªo ¡°Gaia¡±, seg¨²n James Lovelock¡ª a los excesivos efectos de la acci¨®n humana sobre el medio ambiente y sobre el clima?
Pedro Feal Veira. A Coru?a
Obsolescencias
Sustituimos miles de productos, equipamientos deportivos, m¨®viles, electrodom¨¦sticos o un sinf¨ªn de ejemplos m¨¢s con el argumento de que se han dejado de usar por obsolescencia programada. Por cuestiones funcionales, psicol¨®gicas, de dise?o, tecnol¨®gicas... ya no sirven. Consuela que desde el pasado mes de marzo est¨¢ en vigor en la Uni¨®n Europea el denominado derecho a la reparaci¨®n que obliga a las empresas que vendan electrodom¨¦sticos a garantizar que sus aparatos pueden repararse hasta diez a?os despu¨¦s de su venta. Mayor drama y que adem¨¢s va en aumento es la obsolescencia laboral y profesional: proceso por el que los empleados pierden el conocimiento o las habilidades necesarias o son sustituidos por la digitalizaci¨®n o la rob¨®tica.
Fernando Serrano Echeverria. Eibar (Gipuzkoa)
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