Mi abuela ¡®zero waste¡¯
A ella le sorprender¨ªa ver que aquello que ella usaba porque era lo barato y estaba m¨¢s al alcance, es ahora lo m¨¢s caro

Nosotros, los que volv¨ªamos todos los veranos procedentes del mundo civilizado, nos burl¨¢bamos de sus primitivas costumbres: mi abuela viv¨ªa en una casa hecha de adobe que encalaba todos los a?os, barr¨ªa con una escoba ¡°de mano¡± que hac¨ªa ella misma con ramitas recogidas aqu¨ª y all¨¢. Fregaba el suelo con agua de lavar las verduras o la hierbabuena y un trapo que en realidad era alg¨²n jersey viejo ya irreconocible. Tostaba el pan del d¨ªa anterior para el desayuno y remojaba los mendrugos en agua, los mezclaba con salvado y se lo tiraba a las gallinas. Los huesos iban para el perro, los restos de comida a un rinc¨®n de fuera de casa que acababa de abono de los campos. Lavaba los platos con estropajo de esparto, si alguna mancha se resist¨ªa la frotaba con barro. La ropa la restregaba contra una gran piedra a orillas del r¨ªo con su pastilla de jab¨®n. Cuando ya no pod¨ªa remendarse m¨¢s, la cortaba a tiras y tej¨ªa con ellas coloridas alfombras. Limpiaba pacientemente las pieles de cordero con piedra de alumbre y luego las us¨¢bamos para sentarnos en el suelo. Fuimos nosotros quienes le llevamos deslumbrantes utensilios que invadieron su casa de todo tipo de pl¨¢sticos.
Si se paseara por el barrio gentrificado en el que vivo, a mi abuela la asombrar¨ªa descubrir que las tiendas m¨¢s modernas se dedican a vender y difundir sus m¨¦todos tradicionales. Compresas de tela, pa?ales lavables, productos a granel y cereales sin refinar. Estoy segura de que lo que m¨¢s la sorprender¨ªa ser¨ªa fijarse en los precios y que aquello que ella usaba porque era lo barato y estaba m¨¢s al alcance, es ahora lo m¨¢s caro. La harina de cebada con la que pastaba el pan de cada d¨ªa triplica el precio de la de trigo refinada. A ver c¨®mo le cuento yo que lo antiguo se ha vuelto nuevo porque despu¨¦s de muchos a?os de abrazar un progreso que en realidad se ha demostrado destructivo (podr¨ªa leerle el discurso que hizo Miguel Delibes al entrar en la Real Academia), muchas personas se han dado cuenta de que usar y tirar todo y llenar nuestras vidas de veneno no es precisamente una buena idea. Lo m¨¢s dif¨ªcil ser¨ªa tener que describirle el ecopijismo: que lo sencillo, simple y barato se haya convertido ahora en un signo de estatus social.
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