C¨®mo usar el poder federal europeo
La capacidad sancionadora del Tribunal de Luxemburgo contra Polonia se multiplica gracias al clima generado por los eurobonos
La derrota del Gobierno iliberal polaco es estrepitosa. Acaba de reconocerla ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) al comprometerse a desmochar buena parte de su reforma judicial. La que estableci¨® un siniestro r¨¦gimen disciplinario contra los jueces, mediante una ¡°c¨¢mara disciplinaria¡± patrocinada por el Gobierno, que impone el ¡°control pol¨ªtico¡± sistem¨¢tico de sus sentencias.
Lo reconoce a su inveterado estilo populista. Con la boca peque?a y desafiante, sin car¨¢cter inmediato, sin anular los castigos ya dictados, discutiendo hasta la autoridad de la corte luxemburguesa, y disimulando el fiasco al contraataque: mediante una nueva norma para cerrar la televisi¨®n TVN, filial de la norteamericana Discovery, cr¨ªtica con el Ejecutivo de Mateusz Morawiecki, o lograr al menos que cambie de due?o.
Veremos los vaivenes de Varsovia en su manual de recular aparentando lo contrario, de enmendarse a medias, de racanear a dosis sucesivas. Lo intentar¨¢. Lo ha hecho con otras tentativas de sujetar el poder judicial al dictado gubernamental. Pero al cabo ¡ªcomo en el caso de las jubilaciones de los magistrados del Tribunal Supremo¡ª tendr¨¢ que ceder de plano.
Porque tanto exceso cuartea la coalici¨®n de los partidos del Gobierno reaccionario. Y sobre todo, si incumple la sentencia europea, se arriesga a una enorme multa de Bruselas, de 5.200 millones de euros, equivalentes a casi una anualidad de lo que Varsovia debe recibir del plan de recuperaci¨®n Next Generation, 26.800 millones.
Atenci¨®n: no es que se aplique ya la vertiente sancionadora del nuevo reglamento que condiciona la disposici¨®n de esos fondos al respeto al Estado de derecho, que llegar¨¢, y pronto. Es que la Uni¨®n dispone de m¨¢s herramientas. Como el expediente del art¨ªculo 7 del Tratado, ya ensayado pero que exhibe la debilidad de requerir un apoyo un¨¢nime de los 27. O las sanciones derivadas de los art¨ªculos 19 y 260, que permiten castigar con fuertes multas a quienes incumplan las sentencias del TJUE: las que ahora entran en danza.
Ocurre que el a?ejo poder federador del TJUE ¡ª-como garante del efecto directo y de la primac¨ªa del derecho com¨²n sobre los nacionales¡ª, se multiplica gracias a un clima favorable.
?Cu¨¢l? El generado hace un a?o por la exigencia liberal de impedir que las ayudas comunes acaben financiando el autoritarismo corrupto de algunos socios. Es otra evidencia de la impronta federal de los eurobonos. Es la naturaleza pol¨ªtica de la solidaridad econ¨®mica.
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