Wittgenstein y la m¨ªstica
Se cumplen cien a?os de su ¡®Tractatus logico-philosophicus¡¯, una obra ic¨®nica y revolucionaria, iluminadora y enigm¨¢tica
¡°Dios ha llegado. Me lo he encontrado en el tren de las 5:15¡å, escribi¨® John Maynard Keynes a su mujer en 1929, tras coincidir con Ludwig Wittgenstein. En 2021 se cumplen cien a?os de su Tractatus logico-philosophicus, una obra ic¨®nica y revolucionaria, iluminadora y enigm¨¢tica.
Es un libro escrito en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, y trata de la relaci¨®n entre el lenguaje y el mundo real. Se inspiraba en la obra de Frege y provoc¨® la admiraci¨®n de Bertrand Russell, que escribi¨® un pr¨®logo (seg¨²n Wittgenstein, Russell no hab¨ªa entendido el libro). Es un texto breve que traza la teor¨ªa figurativa del lenguaje. La contundencia de las frases le da un aire afor¨ªstico, pero tiene una estructura trabada. Es el producto de una combinaci¨®n de inteligencia e ingenuidad y lleva a una especie de repliegue. ¡°Mi idea fundamental¡±, escribe, ¡°es que las constantes l¨®gicas no act¨²an como representantes de nada. Que la l¨®gica de los hechos no consiente en tener representantes¡±, escrib¨ªa. Las proposiciones l¨®gicas y las proposiciones emp¨ªricas funcionan seg¨²n mecanismos de representaci¨®n distintos; la filosof¨ªa no es como las ciencias naturales. Muchas de las discusiones cl¨¢sicas de la filosof¨ªa eran sinsentidos. ¡°De lo que no se puede hablar, hay que callar la boca¡±, conclu¨ªa; ¡°los l¨ªmites de mi lenguaje son los l¨ªmites de mi mundo¡±.
Es un tratado filos¨®fico que elabora herramientas para desmontar buena parte de la filosof¨ªa. Nace de un contexto: algunos autores han subrayado la tradici¨®n vienesa de examen del lenguaje, otros se?alan que puede leerse como un poema vanguardista. Emplea numerosos recursos literarios y comparte con grandes obras del modernismo ¡ªen el sentido ingl¨¦s¡ª la dificultad y la ruptura, la autoconciencia, la mezcla de desasosiego y descaro, la preocupaci¨®n por el lenguaje. Sali¨® un a?o antes que el Ulises, La tierra bald¨ªa y El cuarto de Jacob.
En las ¨²ltimas p¨¢ginas un implacable rigor l¨®gico lleva a Wittgenstein a la m¨ªstica, que ¡°no consiste en c¨®mo es el mundo, sino en que sea¡±. ¡°Quien me entiende las reconoce (las proposiciones del autor) al final como sinsentidos, cuando mediante ellas ¡ªa hombros de ellas¡ª ha logrado auparse por encima de ellas. (Tiene, por as¨ª decirlo, que tirar la escalera una vez que se ha encaramado en ella.)¡±, escribe: quiz¨¢ sea la ¡°secreta escala¡± de la que hablaba San Juan de la Cruz una noche oscura. @gascondaniel
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