La plaga
?Cu¨¢ndo y c¨®mo empez¨® la epidemia de estupidez masiva que a veces se llama ¡°populismo¡±?
![La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Econom¨ªa Social, Yolanda D¨ªaz, interviene en una sesi¨®n de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados el pasado 15 de septiembre.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EX7EVE3TTFHPTASMXUUQ5AHQEU.jpg?auth=74d1e892dd9036015dba4c4698b025c53ffda5ac5578070b4d92838271d2b046&width=414)
?Cu¨¢ndo y c¨®mo empez¨® la epidemia de estupidez masiva que a veces se llama ¡°populismo¡±? Tiene y ha tenido cap¨ªtulos hist¨®ricos: la presidencia de Trump, las bufonadas de Boris Johnson, las chuler¨ªas de Berlusconi en Italia, los nacionalismos decimon¨®nicos en Espa?a. Pero, sobre todo, la hecatombe educativa, el infantilismo perverso de los dirigentes, el hundimiento del pensamiento o el ascenso de los narcisistas entre las as¨ª llamadas ¡°identidades¡±, que no son sino caprichos min¨²sculos frente a la tragedia real de la poblaci¨®n. ?Cu¨¢ndo comenz¨®? ?En el viaje de la french theory a los campus yanquis? ?En su regreso a Europa convertida en comida basura para cerebros obesos?
Quiz¨¢s sea el efecto inmenso de muchas d¨¦cadas de machaque t¨¦cnico y publicitario hasta la licuefacci¨®n del cerebro occidental. Digamos, una exigencia del tejido tecnol¨®gico, incompatible con la inteligencia. Esta infecci¨®n sigilosa, con los a?os ha ido tomando proporciones gigantescas hasta desplazar el centro del poder mundial a China, donde ya casi no existe individuaci¨®n. Siempre nos vencer¨¢n en la ruina mental que conduce a los bancos de anchoas humanas armadas con misiles at¨®micos.
El ataque de la bacteria idiota es global, pero afecta en mayor medida a aquellos pa¨ªses que, como Espa?a, siempre han combatido la educaci¨®n, el talento art¨ªstico, el m¨¦rito intelectual, la visi¨®n cient¨ªfica. Si en todas partes la estupidez ha producido desolaci¨®n, en Espa?a empuja al suicidio porque nunca podremos convertirnos en disciplinadas masas chinas, sacrificadas y trabajadoras. Ser¨¢ por esto que nuestra ministra de Trabajo y Econom¨ªa Social (?por qu¨¦ ¡°social¡±? ?no es social toda econom¨ªa?) ha prologado el rancio Manifiesto comunista, como invitaci¨®n a una deriva pro china en nuestra sociedad.
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