Cuando a los demonios no les gustaba que se gritase
Una afirmaci¨®n de un exorcista del Vaticano me llev¨® a pensar que hoy, entre los pol¨ªticos, los demonios tambi¨¦n han evolucionado porque a buena parte de ellos les falta reflexi¨®n y compostura
Hubo un tiempo en el que a los demonios no les gustaba que se gritase. Me lo asegur¨® hace a?os, cuando yo era corresponsal de este diario en Italia, el entonces exorcista oficial del Vaticano, monse?or Corrado Balducci, ya fallecido, que era llamado para tratar los casos m¨¢s graves de posesi¨®n diab¨®lica.
Consegu¨ª una entrevista con ¨¦l tras una serie de peripecias. Lo encontr¨¦ en su despacho dentro del peque?o y poderoso Estado del Vaticano. Me recibi¨® cordial, pero me advirti¨® enseguida que procurase hablar en voz baja ya que, seg¨²n ¨¦l, ¡°a los demonios no les gustaba que se gritase¡±. ?C¨®mo lo sabe?, le pregunt¨¦. Me respondi¨®, sin m¨¢s detalles, que ¡°por propia experiencia¡±. Y as¨ª la entrevista se realiz¨® en voz baja.
Recuerdo a¨²n hoy algunos detalles curiosos que consegu¨ª arrancarle aunque me pidi¨® que no los incluyera en la entrevista. Por ejemplo, que existen tambi¨¦n animales pose¨ªdos por el demonio. Y me dio el ejemplo de su caballo que a veces amanec¨ªa pose¨ªdo. Le pregunt¨¦ c¨®mo lo sab¨ªa y me explic¨® que en esos casos, el animal ¡°estaba con todos los pelos de su rabo erizados¡±.
La afirmaci¨®n del exorcista vaticano de que a los demonios no les gustan los gritos, me ha hecho pensar que hoy entre los pol¨ªticos los demonios tambi¨¦n han evolucionado ya que so.
Aquella afirmaci¨®n del exorcista vaticano de que a los demonios no les gustan los gritos me ha hecho recordar el griter¨ªo y la confusi¨®n que el presidente Jair Bolsonaro y su comitiva crearon durante su estancia reciente en Nueva York para participar a la Asamblea General de la ONU. La prensa brasile?a e internacional ya han contado todas las peripecias ocurridas desde el hecho de que el Presidente brasile?o tuvo que comer una pizza de pie en la calle al no dejarle entrar en un restaurante por no estar vacunado hasta el gesto obsceno realizado por el ministro de Sanidad, Marcelo Queiroga, contra los manifestantes.
Hay un detalle que, sin embargo, pas¨® desapercibido y que podr¨ªa ser una met¨¢fora de la actual pol¨ªtica bolsonarista. En la ceremonia de apertura de la asamblea de la ONU, abierta seg¨²n la tradici¨®n con el discurso del presidente de Brasil, hubo un detalle poco conocido y que fue filmado por los medios americanos. Nada m¨¢s acabar su discurso el mandatario brasile?o y antes de que hablara el presidente americano Joe Biden, el pupitre desde el que acababa de hablar fue r¨¢pidamente higienizado.
En aquel momento ya se sab¨ªa que el presidente brasile?o no se hab¨ªa vacunado contra la covid y hab¨ªa miedo de que Bolsonaro pudiera contagiar al resto de los presentes. Y quiz¨¢s por ello regres¨® a Brasil sin que pudiera encontrarse con el presidente americano.
Sin embargo, la escena del p¨²lpito desde donde habl¨® Bolsonaro siendo higienizado de prisa y corriendo, podr¨ªa ser le¨ªda tambi¨¦n como met¨¢fora de la peligrosidad pol¨ªtica que supon¨ªa el negacionista de extrema derecha, Bolsonaro, en el pa¨ªs considerado el mayor defensor de la democracia y de las libertades. Es como si aquel ritual de desinfectar el lugar donde hab¨ªa discursado el presidente brasile?o fuese visto como un exorcismo contra los demonios de la discordia, de la mentira, del odio, del gusto por las dictaduras, del culto a las armas y a la muerte.
La higienizaci¨®n del lugar donde discurs¨® Bolsonaro quedar¨¢ para la historia y deber¨ªa ahora ser una lecci¨®n para los pocos brasile?os que contin¨²an apoy¨¢ndolo. Hay a veces peque?os gestos que pueden pasar desapercibidos pero que acaban haciendo historia.
La escena de desinfectar la tribuna el Presidente brasile?o fue m¨¢s que una simple escena de limpieza. Denle ustedes el nombre que prefieran.
Una cosa es cierta y es que quien suceda a Bolsonaro en el Planalto, algo que la gran mayor¨ªa de los brasile?os est¨¢ deseando como indican todos los sondeos, deber¨¢ antes de nada desinfectar aquel lugar junto con el cercadillo donde el capit¨¢n cada ma?ana vomita a sus seguidores m¨¢s fieles los demonios que le hacen lanzar anatemas, amenazas y mentiras. ¡°Es que ¨¦l es asi¡±, dicen quienes le siguen de cerca. Es cierto, pero tambi¨¦n son as¨ª los desequilibrados ps¨ªquicos, los incapaces de enhebrar dos frases con sentido, los que hablan lo que les viene a la boca sin esos filtros que todos necesitamos como explica el psicoan¨¢lisis. Lo que ocurre es que personalidades de esa tipolog¨ªa deber¨ªan ser incapacitados para presidir y gobernar a una naci¨®n.
Esos pol¨ªticos que sue?an con el poder absoluto son como volcanes siempre en peligro de erupci¨®n que provocan desastres y muerte. Quien tenga que sustituir en la Presidencia al capit¨¢n deber¨¢ darse prisa para desinfectar con urgencia ese un pedazo de historia de este pa¨ªs al que le est¨¢n impidiendo con so?ar d¨ªas mejores sin miedos a ser devorados por el virus de una pol¨ªtica que preocupa al mundo y engendra miedo y pobreza en esos millones de personas para quienes se han quedado muy lejos los tiempos en que se cre¨ªa que Dios era brasile?o. Quiz¨¢s no lo fue nunca pues la historia del pa¨ªs arrastra a¨²n mucha injusticia, violencia y segregaci¨®n social, pero el peligro de hoy es que ese ¡°Dios por encima de todo¡±, lema del presidente, se haya metamorfoseado en un demonio de la discordia y del desgarro existencial.
No soy de los que minimizo la peligrosidad de los mediocres que en pol¨ªtica se creen dioses encarnados y acaban actuando como los nuevos demonios de la discordia. La Historia est¨¢ llena de dictadores que eran insignificantes cuando entraron en el poder y acabaron arrastrando el pa¨ªs al infierno. Nada peor, en efecto, que un despreparado que se cree enviado por los dioses mientras aparece m¨¢s bien como la encarnaci¨®n de los nuevos demonios del fascismo y de la intolerancia que hoy parecen estar resucitando en el mundo y de los que querr¨ªan que Brasil fuera su epicentro pol¨ªtico.
Es posible que a los demonios de hoy s¨ª les guste gritar y mentir, pero lo que sigue siendo cierto es que los dioses prefieren el silencio, la reflexi¨®n, los valores que enaltecen, la compasi¨®n que cura y no el gusto por la violencia, la discordia, la mentira y la muerte.
?Alguien ser¨¢ capaz de higienizar la pol¨ªtica brasile?a para detener que el virus de la intolerancia y del fascismo sigan contamin¨¢ndola dejando regueros de dolor y desesperanza ?engendrados por quienes gobiernan al pa¨ªs?
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.