Pandora en Chile
El presidente Pi?era mantiene explicaciones de rutina ante una situaci¨®n potencialmente desestabilizadora
Vuelven los fantasmas del pasado. Sebasti¨¢n Pi?era est¨¢ de nuevo bajo presi¨®n por la relaci¨®n conflictiva entre sus negocios personales y sus obligaciones como presidente de Chile. Los Papeles de Pandora, publicados por este peri¨®dico y un consorcio de medios nacionales e internacionales, han aportado nuevos elementos sobre esta pol¨¦mica relaci¨®n. Pi?era vendi¨® en 2010 a un amigo por m¨¢s de 150 millones de d¨®lares su parte del proyecto minero Dominga. Utiliz¨® para ello una empresa offshore en las Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas. Una cl¨¢usula de ese contrato condicionaba el cobro de la ¨²ltima cuota de Dominga a una decisi¨®n administrativa que estuvo bajo la ¨®rbita de Pi?era cuando este ya era presidente. La justicia investig¨® y sobresey¨® en 2017 el caso, pero la aparici¨®n del contrato en ingl¨¦s de aquella venta ha reactivado la intervenci¨®n de la Fiscal¨ªa, que ha abierto de oficio una investigaci¨®n para delimitar si se incurri¨® en un presunto conflicto de intereses.
Pi?era argumenta que la venta de Dominga es ¡°cosa juzgada¡±. En paralelo con el proceso penal, la oposici¨®n est¨¢ dispuesta a iniciar esta misma semana un juicio pol¨ªtico que podr¨ªa precipitar el final del mandato presidencial, que termina en marzo. Aflora, en las ra¨ªces de esa acusaci¨®n, el tal¨®n de Aquiles de un presidente que tiene la cuarta mayor fortuna del pa¨ªs, forjada, en muchos casos, en empresas reguladas por el Estado.
Desde el regreso a la democracia en 1990, ning¨²n jefe de Estado chileno ha tenido que afrontar una destituci¨®n y todos han terminado sus mandatos. El escenario hoy, sin embargo, es particularmente complejo y las informaciones de los Papeles de Pandora reabren viejas cuestiones nunca del todo olvidadas sobre la frontera entre la pol¨ªtica y los negocios. El pa¨ªs est¨¢ a seis semanas de unas elecciones presidenciales cruciales, donde la izquierda disputa a la derecha y la extrema derecha la administraci¨®n de una naci¨®n que vive tiempos convulsos. Hace un a?o, una ola de violentas revueltas contra el ¡°modelo chileno¡± puso patas arriba la estabilidad que tanto envidiaban los pa¨ªses vecinos. La soluci¨®n pol¨ªtica fue la convocatoria a una Asamblea Constituyente que debate ahora un texto que entierre la Carta Magna heredada de la dictadura de Pinochet.
Pero los votantes dejaron de lado a los partidos tradicionales y pusieron en manos de independientes, con agendas tan variadas como contradictorias, el futuro del pa¨ªs. La mezcla de crispaci¨®n social e incertidumbre tensiona al m¨¢ximo a una sociedad cuya econom¨ªa muestra visibles signos de agotamiento. Un posible juicio contra Pi?era pende ahora sobre este escenario. El panorama est¨¢ muy abierto, ninguna posibilidad penal est¨¢ cerrada, la popularidad del presidente est¨¢ bajo m¨ªnimos, pero Pi?era no act¨²a de acuerdo con la gravedad de la situaci¨®n cuando se escuda en f¨®rmulas rutinarias o incapaces de ofrecer la transparencia que la sociedad chilena le demanda.
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