El chico m¨¢s bello en el pueblo m¨¢s bonito
Los lectores nos recuerdan que debemos eludir cualquier tipo de sensacionalismo
Siete de las 15 noticias m¨¢s le¨ªdas en EL PA?S en los ¨²ltimos doce meses tienen que ver con la pandemia. L¨®gico. Otras, con las elecciones de Estados Unidos o Per¨². Normal. ?Resulta l¨®gico, por el contrario, que en esa lista se haya colado un texto titulado `El chico m¨¢s bello del mundo?: el dolor de Tadzio? Pues s¨ª, por ser ¡°el m¨¢s¡¡±, que en este caso simplemente reproduce el t¨ªtulo de una pel¨ªcula. Solo por ese encabezamiento que lleva esta misma columna (¡°el m¨¢s...¡± por duplicado), acumular¨¢ seguramente m¨¢s lectores de lo habitual.
Un objetivo elemental de los periodistas consiste en que sus piezas las lea el mayor n¨²mero posible de personas. Para conseguirlo, sus titulares deben ser atractivos. Internet est¨¢ lleno de consejos al respecto pero, a menudo, esas recomendaciones sobrepasan los l¨ªmites ¨¦ticos del periodismo. Ya se sabe que un encabezamiento que incluya ¡°el m¨¢s¡±, ¡°lo mejor¡±, ¡°el peor¡±, ¡°hist¨®rico¡±, ¡°todos¡±, ¡°nunca¡±¡ o cualquier otro concepto superlativo tendr¨¢ m¨¢s opciones de ser pinchado en la web. Sin embargo, el abuso de esa pr¨¢ctica, su uso indebido, contraviene este principio del Libro de estilo: ¡°Los titulares han de ser ajenos a cualquier clase de sensacionalismo¡±. Los lectores nos lo recuerdan continuamente.
Hace dos semanas, en la lista diaria de los diez textos m¨¢s le¨ªdos se mantuvo varias jornadas una informaci¨®n con este encabezamiento: Nuevo Bazt¨¢n, el invento m¨¢s ins¨®lito de un visionario navarro. La villa dieciochesca triplica sus visitas durante 2021 despu¨¦s de que Turismo la elija como `el pueblo m¨¢s bonito? de Espa?a. ¡°El m¨¢s¡± por partida doble¡, pero no era cierto. Luc¨ªa Rilo Castelao escribi¨® al peri¨®dico para decir que existe una asociaci¨®n privada que engloba a decenas de pueblos considerados ¡°los m¨¢s bonitos de Espa?a¡± ¡ªse ha incorporado ahora Nuevo Bazt¨¢n¡ª, pero que no los clasifica por orden alguno. Por tanto, ni ¡°Turismo¡± ni ¡°el m¨¢s bonito¡±. El autor lo asume: la informaci¨®n ¡°peca de optimista o de imprecisa¡±, pero al error, explica, lo indujo un comunicado poco claro.
Apabulla la acumulaci¨®n de titulares superlativos: La luz marcar¨¢ hoy el s¨¢bado m¨¢s caro de la historia, El precio de hoy ser¨¢ el segundo m¨¢s alto de la historia, El lado m¨¢s salvaje de la vida, La ¨²ltima plaga, Las horas m¨¢s bajas de Matteo Salvini, El Sheriff m¨¢s inaudito, El barrio m¨¢s amenazado de Kabul, Mart¨ªn Cuenca retrata las pulsiones m¨¢s primitivas¡
El uso del t¨¦rmino ¡°todos¡± tambi¨¦n es un buen anzuelo que los lectores critican por innecesario en muchos casos. Dos de esas 15 informaciones m¨¢s le¨ªdas lo inclu¨ªan: Todos los mayores de edad podr¨¢n ser movilizados¡, ¡°¡todos se han hecho ricos, menos ¨¦l¡±. El abuso de ¡°todo¡±, ¡°todos¡± o ¡°total¡± ha provocado que, en una sola cr¨®nica, se haya llegado a emplear una decena de veces. O a forzar la expresi¨®n ¡°todo o nada¡±: ¡°¡le apoyaron en cada comunidad en el pulso que mantuvo a todo o nada contra Susana D¨ªaz¡± (pasado d¨ªa 18), ¡°¡la estrategia del todo o nada¡¡±, ¡°¡el debate a todo o nada¡¡±
Por incluir expresiones alejadas de ese rigor que exige el Libro de estilo ¡ªlos titulares deben ser ¡°inequ¨ªvocos¡±, ¡°concretos¡±, ¡°escuetos¡±¡ª, dos lectores han afeado que public¨¢ramos en portada que el ¨²ltimo Nobel de Literatura, Abdulrazak Gurnah, es ¡°un desconocido¡±.
El lector I. Rojo expres¨® su sorpresa porque un premio Nobel, dijo, ser¨¢ ¡°desconocido¡± para quien pone ese titular, pero no para mucha gente. Y Mar¨ªa Dolores Gauna escribi¨® cinco d¨ªas despu¨¦s para celebrar que el cr¨ªtico del peri¨®dico Javier Rodr¨ªguez Marcos pusiera ¡°en su sitio¡± al peri¨®dico en la columna titulada La tumba del escritor desconocido, en la que se?alaba: ¡°No existe un escritor desconocido que pueda llevarse un premio as¨ª. Desconocido es un calificativo que dice m¨¢s de quien lo pronuncia que de la persona a quien se le atribuye¡±.
No menos sorprendente le pareci¨® a Ana Mar¨ªa G¨®mez que un reportaje sobre el rescate a toda prisa de objetos valiosos en viviendas de La Palma por parte de sus propietarios lo titul¨¢ramos as¨ª: ¡°Ladrones en su propia casa¡± (edici¨®n impresa del 13 de octubre). Obviamente, se trataba de una met¨¢fora, pero para la lectora se convirti¨® en prueba de ¡°poca sensibilidad¡±. Y Juan Carlos Sanz Polka se queja de ¡°la tendencia de titulares impactantes¡± que llevan a ¡°una magnificaci¨®n y exageraci¨®n de la actualidad¡±. Lo comenta a ra¨ªz de este encabezamiento: Erupci¨®n volc¨¢nica en La Palma: el d¨ªa despu¨¦s de la hecatombe. ?Hecatombe sin una sola v¨ªctima mortal?
El Libro de estilo destaca estas dos lapidarias frases: ¡°Los titulares constituyen el principal elemento de una informaci¨®n. La calidad del titular da la medida de la calidad de la noticia¡±. Pues eso.
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