Escarmiento a Polonia
La exigencia de calidad democr¨¢tica a la que aspira la UE est¨¢ detr¨¢s de la multa a Varsovia de un mill¨®n de euros al d¨ªa
La UE es fruto del compromiso pol¨ªtico, de una memoria hist¨®rica poco rencorosa y de una calculada ambig¨¹edad normativa que deja respirar a las tradiciones de cada Estado miembro. Pero esa valiosa y fr¨¢gil creaci¨®n s¨®lo se tiene en pie si todos los socios comparten los mismos valores y preservan la seguridad jur¨ªdica imprescindible para gozar de un espacio ciudadano, judicial, monetario y comercial, sin barreras locales ni discriminaciones por nacionalidad.
Polonia y Hungr¨ªa llevan a?os poniendo en peligro esa convivencia. Y, de paso, la prosperidad sin precedentes que Europa disfruta desde que decidi¨® someterse al dictado de la ley y no de la fuerza. Eso explica la contundente reacci¨®n del Tribunal de Justicia de la UE, que no ha dudado en imponer una multa diaria de un mill¨®n de euros hasta que Varsovia acepte frenar de manera cautelar una reforma judicial que, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, pone en peligro la independencia de los jueces polacos.
La magnitud de la sanci¨®n y la rapidez del castigo (apenas un mes despu¨¦s de que la Comisi¨®n Europea lo pidiese) revelan la trascendencia que las instituciones europeas conceden a la rebeli¨®n de un gobierno que, con la excusa de defender una soberan¨ªa anacr¨®nica y mal entendida, se permite poner en peligro el artesonado jur¨ªdico tallado durante a?os para dar cobijo al mayor espacio de libertades del mundo.
Bruselas debe defender esa conquista a base de presi¨®n y tacto para garantizar que cada d¨ªa de multa no es un paso hacia el Polexit sino hacia el final de la senda autoritaria que Varsovia y Budapest han emprendido, a pesar de las graves consecuencias que puede tener para todo el club europeo. El escarmiento del TJUE al Gobierno de Mateusz Morawiecki debe sentar las bases para un entendimiento futuro con Varsovia y debe servir de aviso no solo para el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, sino tambi¨¦n para el resto de gobiernos europeos. El multazo que acaba de recibir Polonia puede entenderse como la en¨¦sima se?al de que la UE quiere elevar el list¨®n de la calidad democr¨¢tica, igual que hizo con el del rigor presupuestario para crear el euro. El auto que obliga a Varsovia a pagar un mill¨®n de euros cada 24 horas deja claro que las dificultades pol¨ªticas o constitucionales de un pa¨ªs para respetar una norma o sentencia europea no eximen de su cumplimiento. Hay demasiado en juego.
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