El empleo avanza; la econom¨ªa, menos
Negar el descenso del paro es poco inteligente y cicatero con la sociedad, pero hay que acelerar el crecimiento
Los ¨²ltimos datos del mercado laboral espa?ol son espectaculares. Y esperanzadores. El paro ha ca¨ªdo a 3,1 millones de personas, como en 2018, antes de la crisis. Las afiliaciones a la Seguridad Social rozan los 20 millones, duplicando los registros de los a?os ochenta. La creaci¨®n de nuevo empleo en noviembre es la m¨¢s alta de la historia en este mes, en general malo, y la contrataci¨®n indefinida, aunque modesta (14% del total), tambi¨¦n marca r¨¦cord hist¨®rico: cerca de 300.000 trabajadores.
En suma, el mercado laboral espa?ol ha recuperado las cifras anteriores a la pandemia. Rebajar o relativizar la relevancia de estas cifras porque todav¨ªa no cancelan el diferencial de desempleo espa?ol con la UE es poco inteligente porque aportan una clave relevante de la coyuntura actual. Esa potente recuperaci¨®n del empleo no solo se debe al efecto f¨ªsico del rebote habitual en las econom¨ªas tras las recesiones. Tambi¨¦n est¨¢ motivada por la pol¨ªtica econ¨®mica expansiva desarrollada desde 2020 por el Gobierno y por toda la UE, por la cooperaci¨®n de distintas administraciones, por el empuje inversor empresarial y la prudencia salarial de los sindicatos. Tambi¨¦n han tenido que ver los datos de vacunaci¨®n en Espa?a, y todo junto trasluce m¨¦ritos tanto de su sistema sanitario como de la actitud de confianza de la poblaci¨®n, nada propensa a negacionismos.
El empuje de la actividad se refleja en otros datos contundentes. La compraventa de viviendas aument¨® en octubre un 14%, superando las cifras de 2019, y las hipotecas, m¨¢s de un 57% durante los primeros nueve meses del a?o sobre igual periodo de 2020. La recaudaci¨®n fiscal, restaurada desde mayo en relaci¨®n con la precrisis, aumenta hasta octubre el 16,3% sobre 2020. Y la inversi¨®n crediticia de la gran banca se equipara ya con la de 2020, excepcional gracias al mecanismo de los pr¨¦stamos p¨²blicos del ICO.
Pero no todo son alegr¨ªas. El aumento de los precios energ¨¦ticos y los cuellos de botella en las cadenas de producci¨®n incrementan la inflaci¨®n, al menos temporalmente, hasta un 5,6% en noviembre (y a un 3% en el a?o). Los costes industriales se dispararon en octubre casi un tercio, y sectores como la automoci¨®n ni pueden producir ni vender lo que hab¨ªan proyectado. Tambi¨¦n el coste de la cesta de la compra sube en perjuicio sobre todo de las clases populares, cuyos ingresos, mellados por los precios, se dedican en mayor medida que la media a los gastos b¨¢sicos. No es raro, pues, que el consumo de bastantes hogares flaquee y que el conjunto de la econom¨ªa deba acabar el a?o unos seis puntos por debajo de 2019.
La rebaja en la aceleraci¨®n econ¨®mica que proyectan organismos nacionales e internacionales (del FMI a la OCDE y la Comisi¨®n) desplaza as¨ª a Espa?a desde la cabecera de la recuperaci¨®n europea a su furg¨®n de cola, fi¨¢ndola a 2023. Los problemas estad¨ªsticos de captura de esta realidad, tan cambiante, que atenazan al INE, y en cascada a otros institutos, seguramente no agoten la explicaci¨®n del desacople entre el pujante mercado de trabajo y la contabilizaci¨®n de un PIB menos airoso, aunque refleje m¨¢s un retraso solventable que una menor aceleraci¨®n enquistada. Tampoco dan cuenta de las diferencias con pa¨ªses similares, como Italia, a la que Espa?a adelantaba hace poco y ahora la supera.
La menor velocidad econ¨®mica se explica probablemente por el impacto energ¨¦tico, la expectativa de menor intensidad de unos Presupuestos para 2022 de perfiles relativamente ¡°contractivos¡±, seg¨²n Bruselas, la menor densidad industrial por el peso de los servicios y de la especializaci¨®n tur¨ªstica y tambi¨¦n por el despliegue muy garantista ¡ªy en sus pasos iniciales, lento¡ª de los proyectos del plan de recuperaci¨®n y resiliencia. Si esas son las causas, las recetas obvias aconsejan acelerar inversiones y ultimar cuanto antes los proyectos tractores del plan de recuperaci¨®n. En s¨ª mismos deben aumentar la productividad declinante y son factores de estimulaci¨®n de una moral colectiva a la que nunca es ajena la din¨¢mica econ¨®mica.
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