La deriva de la derecha
La carrera en las elecciones presidenciales de Francia exhibe el contagio del extremismo en sus posiciones cl¨¢sicas
Dos relevantes decisiones pol¨ªticas han aclarado el panorama del flanco derecho de la pol¨ªtica francesa con vistas a las elecciones presidenciales de la pr¨®xima primavera. El pasado martes formaliz¨® su candidatura al El¨ªseo el ultraderechista ?ric Zemmour, un polemista condenado en varias ocasiones por incitaci¨®n a la discriminaci¨®n racial y religiosa, agitador de la teor¨ªa de la gran sustituci¨®n, abanderado sin complejos de un ideario, como m¨ªnimo, extremadamente polarizador. El s¨¢bado, Los Republicanos (LR), formaci¨®n conservadora de tradici¨®n gaullista, culminaron sus primarias encumbrando como aspirante a la jefatura del Estado a Val¨¦rie P¨¦cresse, l¨ªder de la regi¨®n de Par¨ªs y representante del ala m¨¢s moderada del partido.
El ¨¦xito de P¨¦cresse tiene dos rasgos positivos. En primer lugar, porque se impuso en la segunda ronda de las primarias a ?ric Ciotti, un rival con planteamientos tan radicales como para resultar muy pr¨®ximos al espacio en el cual, con diferentes matices, se mueven Marine Le Pen y el propio Zemmour, que el domingo anunci¨® que su movimiento pol¨ªtico se llamar¨¢ Reconquista. En segundo lugar, porque P¨¦cresse se yergue como primera mujer que alcanza la condici¨®n de candidata de la formaci¨®n gaullista al El¨ªseo. Todo ello, sin embargo, no despeja las inquietantes nubes que se adensan en el horizonte de la derecha francesa.
En su lucha por la presidencia, P¨¦cresse afronta el trascendental reto de defender un espacio conservador moderado e inequ¨ªvocamente europe¨ªsta, una haza?a nada f¨¢cil en un ambiente pol¨ªtico que muestra m¨²ltiples signos de la difusi¨®n del ideario de la ultraderecha. Varios elementos justifican la preocupaci¨®n. De entrada, un 40% de los votantes de las primarias de LR respald¨® la opci¨®n Ciotti, que encarna una proximidad a la ultraderecha que contrasta con la historia de cord¨®n sanitario que su partido ha aplicado a esa ¨¢rea pol¨ªtica. Despu¨¦s, debe se?alarse que las primarias han descubierto un partido cuya ala moderada, bajo la presi¨®n ejercida por Le Pen y Zemmour, tambi¨¦n se ha derechizado en el eje migratorio/identitario hasta el punto de abrazar ideas peligrosas para el proyecto com¨²n europeo.
Michel Barnier, exrepresentante de la UE en la negociaci¨®n del Brexit, pol¨ªtico tradicionalmente moderado y uno de los aspirantes que qued¨® eliminado en la primera ronda de las primarias, prometi¨® durante su campa?a que, de ganar la presidencia, convocar¨ªa un refer¨¦ndum para extinguir la primac¨ªa del derecho comunitario en materia migratoria y proclamar la superioridad del franc¨¦s. Un aut¨¦ntico torpedo en la l¨ªnea de flotaci¨®n del buque de la Uni¨®n. P¨¦cresse, que lleg¨® a abandonar LR en 2019 por discrepancias con su fuerte derechizaci¨®n, no fue tan lejos como Barnier, pero s¨ª ha pronunciado declaraciones que llaman la atenci¨®n, afirmando que ¡°las leyes constitucionales, la identidad constitucional de cada Estado soberano, deben primar sobre la jurisdicci¨®n europea¡±.
El intento de frenar el avance de la ultraderecha cooptando su ideario en un apartado tan sensible como el identitario es una estrategia peligrosa. Francia y la UE necesitan s¨®lidas formaciones conservadoras moderadas y europe¨ªstas. El caso italiano, en el que el flanco derecho est¨¢ dominado por dos partidos radicales ¡ªHermanos de Italia y Liga¡ª y los moderados son ya casi irrelevantes es una se?al de alerta que no debe descuidarse. La v¨ªa que traz¨® la CDU de Angela Merkel con la innegociable distancia frente a ciertas ideas extremas es, sin duda, la m¨¢s saludable en t¨¦rminos de valores democr¨¢ticos y de futuro europeo com¨²n, pero probablemente tambi¨¦n, a medio y largo plazo, la m¨¢s eficaz en t¨¦rminos partidistas.
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