Bulos y bulos
La proliferaci¨®n de mentiras difundidas en redes exige a las democracias una respuesta acorde con la gravedad de sus da?os potenciales
Muchas cosas han cambiado en Francia como para que una insidia transf¨®bica sea usada como munici¨®n electoral. El bulo en cuesti¨®n afecta a la primera dama, Brigitte Macron, y seg¨²n el mismo, la esposa del presidente ser¨ªa originalmente un hombre llamado Jean-Michel Trogneux, antes de haber cambiado de sexo. M¨¢s all¨¢ del mero chisme, el episodio revela un trasfondo de car¨¢cter m¨¢s general. La deriva trumpista de la vida pol¨ªtica francesa causada por la ultraderecha ser¨ªa el m¨¢s importante de ellos, especialmente si las presidenciales de 2022 terminan enzarzadas en perversas teor¨ªas de la conspiraci¨®n, como ha sucedido con las dos ¨²ltimas estadounidenses. Las similitudes producen cierto escalofr¨ªo. Se trata de un bulo lanzado por una mujer, Natacha Rey, muy ligada a grupos antisemitas y antivacunas, y a c¨ªrculos de QAnon y la teor¨ªa de la conspiraci¨®n creada por la extrema derecha estadounidense durante el mandato de Donald Trump. Tras difundirse en YouTube, cumple la misma secuencia seguida por la acusaci¨®n hecha a Hillary Clinton en 2016 sobre su supuesta implicaci¨®n en el Pizzagate ¡ªel bulo sobre una red de ped¨®filos relacionado con una pizzer¨ªa de Washington¡ª, y ratifica la estigmatizaci¨®n que aplica la ultraderecha en particular con las mujeres p¨²blicas: el mismo bulo que afecta hoy a Brigitte Macron afect¨® a Michelle Obama y a Jacinda Ardern en 2018.
La estrategia sobre la que gira el bulo de la ultraderecha es de sobra conocida: mostrar la aberraci¨®n moral y la decadencia de los valores de las ¨¦lites. Que ocurra en Francia indica el grado de trumpismo que progresivamente va transformando su vida pol¨ªtica. El propio Macron fue v¨ªctima de otro rumor en las presidenciales de 2017 cuando se habl¨® de su posible homosexualidad en un pa¨ªs muy tolerante. En aquel momento Macron reaccion¨® con acierto al se?alar que no tendr¨ªa por qu¨¦ ocultar algo como su homosexualidad en el caso de que fuera cierto, aunque el hecho de que su matrimonio con una mujer 24 a?os mayor que ¨¦l sea foco de tantos ataques desprende un fuerte hedor machista. Esta vez, la demanda que ha presentado Brigitte Macron ha tenido como consecuencia inmediata que la mentira ha ganado en cobertura medi¨¢tica y ha alcanzado un peso desproporcionado en las redes sociales. Hace as¨ª un flaco favor a la calidad de la conversaci¨®n p¨²blica de una democracia en v¨ªsperas de una elecci¨®n presidencial en la que dos candidatos de extrema derecha tienen opciones de pasar a la segunda vuelta.
La visibilidad de las tesis marginales que lanza la ultraderecha no solo se consigue con los algoritmos de las plataformas digitales. Francia debe prepararse para una campa?a dura y sucia, incluida la circulaci¨®n paranoica, instigada por los seguidores franc¨®fonos de QAnon, de teor¨ªas conspiranoicas sobre fraude electoral. Es una grav¨ªsima amenaza y el debate sobre cu¨¢l es la mejor respuesta sigue abierto m¨¢s all¨¢ de las acciones legales para combatir un bulo sobre la identidad sexual de la primera dama.
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