Reyes mentirosos
Juan Carlos I es hoy el principal propagandista de una rep¨²blica. Parece no importarle que lo pague su sucesor
Despu¨¦s de su abdicaci¨®n, conocemos mejor a Juan Carlos I. Habl¨¦ cierto tiempo con ¨¦l, en julio de 1988, y me pareci¨® un hombre arrogante, pero que privilegiaba a la instituci¨®n. ¡°He dado una patada a la Corona y veremos donde cae¡±, anunci¨® a Felipe al producirse el golpe del 23-F, y para explicar el enfado de su padre, por aceptar la sucesi¨®n de Franco, que hab¨ªa decidido llegar a la Corona por encima de todo. La reciente experiencia introduce una sensible modificaci¨®n. Vemos que no alud¨ªa a la Corona como s¨ªmbolo institucional, sino a modo de patrimonio personal propio, siendo heredero de un linaje de reyes.
En sus discusiones de 1981 con Adolfo Su¨¢rez, el presidente hablaba de votos, ¨¦l de Historia, olvidando el balance de todos los monarcas desde Carlos IV a Alfonso XIII. ¡°Para siempre desterrar, del Borb¨®n la raza infiel¡±, era el veredicto popular, ya en 1840, eco de medio siglo de reinados deplorables.
En el plano judicial, Juan Carlos I se salva por la aplicaci¨®n formalista de una cl¨¢usula constitucional, la no responsabilidad del Rey hasta su abdicaci¨®n, cuyo esp¨ªritu, seg¨²n la Constituci¨®n francesa de 1791, otorg¨® la inviolabilidad pol¨ªtica a Luis XVI borrando la huida de Varennes. No para que el rey cometiese cr¨ªmenes o delitos graves, de corrupci¨®n en nuestro caso, escapando as¨ª a la responsabilidad penal. Escapado est¨¢, pero los hechos siguen ah¨ª. Para nada es inocente.
M¨¢s cuando tras Botsuana, vulnerando su petici¨®n de perd¨®n, minti¨® abiertamente a los ciudadanos. Sigui¨® practicando corrupciones millonarias. Esto aconseja revisar su papel de salvador en el 23-F. Hoy sabemos de la persistencia de su militarismo ¡ªatenuado por el precedente de Constantino¡ª, la marginaci¨®n de usos democr¨¢ticos para expulsar a Su¨¢rez y la intensa vinculaci¨®n previa con el golpista Armada. Quiz¨¢s involuntariamente Tejero nos salv¨® esa noche e hizo del Rey un h¨¦roe constitucional.
Juan Carlos es hoy el principal propagandista de una rep¨²blica, imitando a sus antepasados. Parece no importarle que lo pague su sucesor, un rey discreto, que dir¨ªa Graci¨¢n, defensor de la Constituci¨®n tras el 1-O y seg¨²n sus pronunciamientos, favorable a restaurar un ambiente pol¨ªtico de convivencia. Enfrente, un exrey contra la Corona.
¡°Rey mentiroso¡±, concepto persa antiguo, es tambi¨¦n el gobernante que rehuye la verdad para perpetuar su poder. Ah¨ª est¨¢ en S¨¢nchez el constante encubrimiento de la pandemia, evitando la palabra en sus discursos y medios, esquivando la responsabilidad gestora propia del cargo. Vacunar era imprescindible, no suficiente. Sin tests. Inh¨ªbese para ser votado, como Ayuso. Nuestra oposici¨®n no es manca a la hora de mentir y obrar con incre¨ªble zafiedad (ejemplo: Almeida) Hasta hacer bueno a quien gobierna. ?Qu¨¦ decir finalmente sobre la ceguera voluntaria ante Otegi/Pla, ETA en Bildu?
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