Johnson y la inmigraci¨®n
El Gobierno brit¨¢nico busca una salida f¨¢cil al endurecer las medidas contra las personas que llegan irregularmente a sus costas

En su desafortunada respuesta legal al problema de la inmigraci¨®n irregular, que en el Reino Unido no llega a una fracci¨®n de lo que supone en otras partes de Europa, el Gobierno de Boris Johnson ha mezclado en el mismo saco a v¨ªctimas y verdugos. Y ha demostrado que le queda por practicar mucha diplomacia si aspira a lograr la cooperaci¨®n de pa¨ªses vecinos, especialmente de Francia. 2021 ha terminado con cifras r¨¦cord de inmigrantes interceptados cuando intentaban cruzar el canal de la Mancha para alcanzar las costas brit¨¢nicas. Unas 30.000 personas, aproximadamente. Un control reforzado de las v¨ªas terrestres de comunicaci¨®n con el continente, hasta hace poco el acceso habitual de la inmigraci¨®n irregular, ha estimulado el tr¨¢fico mar¨ªtimo de personas. Acierta el Gobierno de Johnson, en su proyecto de Ley de Nacionalidades y Fronteras, al endurecer las penas contra las bandas criminales que se enriquecen con esta tragedia humana. Pero yerra completamente al extender de modo general la sospecha sobre la mayor¨ªa de los inmigrantes, y alimenta de este modo el discurso xen¨®fobo que aviv¨® la llama del Brexit. El Ministerio del Interior de Priti Patel, una pol¨ªtica hija de padres indios de Uganda, se?ala a los reci¨¦n llegados como ¡°emigrantes econ¨®micos¡± y los culpa del colapso actual en el sistema de concesi¨®n de asilo y refugio. Las autoridades brit¨¢nicas juegan con la idea confusa y provocadora de que los que llegan a sus costas ¡ªj¨®venes, hombres, fuertes y capaces de pagar el costoso viaje a los traficantes¡ª roban de ese modo la oportunidad de protecci¨®n a las mujeres y ni?os indefensos que quedan atr¨¢s. Las estad¨ªsticas desmienten ese prejuicio. M¨¢s de un 60% de los iran¨ªes, sirios, iraqu¨ªes o afganos que llegan al Reino Unido logran demostrar su necesidad de amparo legal, frente a una media del 50% del resto de nacionalidades.
Londres querr¨ªa un mayor control a lo largo de los cientos de kil¨®metros de la costa francesa, y culpa a Par¨ªs de no hacer lo suficiente para frenar el aluvi¨®n de inmigrantes. Los reproches solo han servido para aumentar la incomprensi¨®n entre Johnson y Macron. El presidente franc¨¦s ha llegado a echar en cara al primer ministro brit¨¢nico su falta de seriedad. Downing Street desear¨ªa poder devolver autom¨¢ticamente a Francia los inmigrantes interceptados procedentes de ese pa¨ªs, e incluso mandar a sus soldados a patrullar las playas del continente. El Gobierno brit¨¢nico, que siempre opt¨® por mantenerse al margen de la crisis migratoria que afect¨® a la UE en 2015, quiere ahora soluciones r¨¢pidas y ventajosas. No ha entendido a¨²n que es el principal causante de su actual frustraci¨®n, y que no hay una respuesta f¨¢cil para una tragedia compleja.
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