Hacia una civilizaci¨®n h¨ªbrida
Los cient¨ªficos sugieren informar a la sociedad y apremiar a los gobiernos a que regulen tecnolog¨ªas que permitir¨¢n leer el pensamiento de los dem¨¢s
Las previsiones de los cient¨ªficos sobre el futuro de la neurotecnolog¨ªa hacen explotar la cabeza incluso a la persona m¨¢s sobria. Los avances en el conocimiento del cerebro, en combinaci¨®n con el progreso de la inteligencia artificial, las interfaces mente/m¨¢quina y la computaci¨®n en sus variedades cl¨¢sica y cu¨¢ntica generar¨¢n ¡ªest¨¢n generando¡ª un panorama en el que podremos conectarnos a internet directamente con la mente, leer los pensamientos de los dem¨¢s y alimentar nuestros circuitos neuronales con informaci¨®n generada en el mundo externo, tambi¨¦n con habilidades aprendidas por otros en nuestro lugar. Podremos llamarnos c¨ªborgs o seres h¨ªbridos, pero los resultados ser¨¢n esos de una forma casi inevitable. Como toda t¨¦cnica, la hibridaci¨®n mente/m¨¢quina se puede utilizar bien o mal, y algunos cient¨ªficos e ingenieros creen que ha llegado el momento de informar a la sociedad y apremiar a los gobiernos a que regulen unas tecnolog¨ªas de gran poder transformativo, para lo mejor y lo peor. Ya han convencido a Chile, que hace tres meses incluy¨® la protecci¨®n de la informaci¨®n cerebral nada menos que en su Constituci¨®n.
La prospectiva no proviene de ning¨²n cham¨¢n iluminado, sino de algunos de los neurocient¨ªficos y tecn¨®logos m¨¢s destacados de nuestro tiempo. Y tambi¨¦n de las mayores empresas, desde los gigantes tecnol¨®gicos de Silicon Valley hasta las docenas de firmas que est¨¢n surgiendo ahora, todas ellas convencidas de que la hibridaci¨®n mente/m¨¢quina est¨¢ a punto de convertirse en la nueva revoluci¨®n global, como antes lo fueron internet y los tel¨¦fonos m¨®viles. Algunos como Elon Musk (SpaceX, Tesla, Neuralink) apuestan por los chips de electrodos implantados en el cerebro, pero lo primero en llegar, en no m¨¢s de 10 a?os, ser¨¢n los sistemas no invasivos como cascos o diademas electroencefalogr¨¢ficas, que no requieren cirug¨ªa para implantarse y podr¨¢n venderse en el supermercado. Leer el pensamiento de los dem¨¢s, aunque sea de una forma grosera y primitiva, se convertir¨¢ en unos a?os en un fen¨®meno de consumo global, nos guste o no.
Lo m¨¢s f¨¢cil es fijarse en los riesgos de una situaci¨®n semejante. Las interfaces mente/m¨¢quina generalizadas en la poblaci¨®n ser¨¢n objeto de rastreo por los gobiernos autoritarios, e incluso por las agencias de seguridad nacional de los pa¨ªses democr¨¢ticos. Hasta d¨®nde pueda llegar un s¨¢trapa en la utilizaci¨®n de esa informaci¨®n solo depender¨¢ de su imaginaci¨®n. Adem¨¢s, la hibridaci¨®n con las m¨¢quinas exacerbar¨¢ a¨²n m¨¢s las ya enormes desigualdades de las sociedades. Como ya ocurri¨® con el debate sobre la manipulaci¨®n gen¨¦tica de las personas, volveremos a hablar del peligro de que la humanidad se divida en dos especies, los c¨ªborgs y los silvestres. Pero los h¨ªbridos son demasiado valiosos, por ejemplo para los discapacitados, como para pensar que la mejor opci¨®n sea prohibirlo todo.
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