Este libro habr¨ªa que quemarlo
Escribir no tiene que suscitar un nudo en la garganta o romperte el cr¨¢neo como con un hacha. No es lo m¨ªo. No s¨¦ por qu¨¦ siempre se entienden las emociones, las conmociones, como sentimientos tristes
EN EL CEMENTERIO DE LA CARRIONA, en Avil¨¦s, se?alo un cartel de Prohibido Fumar. ¡°Acabar¨¢n meti¨¦ndome un letrerito de esos dentro del ata¨²d¡±, le digo a Mar¨ªa.
¡°ES QUE LA DERECHA SE CREE QUE ESPA?A ES SUYA¡±. No es que se lo crea, es que lo es. Falta una estad¨ªstica que sume y compare la riqueza pose¨ªda por los votantes de los partidos de derecha y la pose¨ªda por los votantes de izquierda.
EN 1904 KAFKA ESCRIBE UNA CARTA A OSCAR POLLAK: ¡°Lo que necesitamos son libros que hagan en nosotros el efecto de una desgracia (...), un libro debe ser el hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro¡±.
Qu¨¦ man¨ªa.
Un libro te tiene que emocionar, que conmover, dicen. Pero no s¨¦ por qu¨¦ siempre se entienden las emociones, las conmociones, como sentimientos tristes. ?Es tambi¨¦n emocionar producir confort, provocar una sonrisa, hacer re¨ªr? Quiero suponer que s¨ª. Porque aquello de que un libro tenga que suscitar un nudo en la garganta (Foster Wallace) o romperte el cr¨¢neo como con un hacha no es lo m¨ªo. ¡°Me conmovi¨® hasta las l¨¢grimas¡±. ¡°Un libro perturbador, un libro del que no se sale indemne¡± son elogios habituales y parece que definitivos. A m¨ª me suenan a amenaza y lo mejor que me ha pasado con mis Diarios fue lo que aquella chica, en el hospital, le dijo a su hermano: ¡°Tr¨¢eme el libro de I?aki, que me sube la moral¡±. En el otro extremo est¨¢ la conmoci¨®n furiosa que mis libros han producido, que yo sepa, en al menos dos lectores. ¡°Este libro habr¨ªa que quemarlo¡±, dijo por lo visto un pariente m¨ªo. Y hubo alguien, un diarista ya muerto, que dej¨® escrito c¨®mo, al empezar el tercer volumen, se le cay¨® literalmente de las manos y se puso a darle patadas por el suelo de la habitaci¨®n. Con ese s¨ª estuve conmovedor. No s¨¦ qu¨¦ har¨ªa luego el hombre con mi pobre libro. Los suyos, sin el menor desperfecto, fueron directos a la basura.
AUTOAYUDA. La que recomendaba siempre Nietzsche, por ejemplo en Ecce homo: ¡°La f¨®rmula para expresar la grandeza de un ser humano es amor fati: que uno quiera que nada sea diferente, ni hacia adelante ni hacia atr¨¢s, ni en toda la eternidad. Que uno no se limite a soportar lo que sea necesario, y a¨²n menos a disimularlo, sino a amarlo¡±.
?Qu¨¦ buen truco!
EL PROGRESO. Para quienes viven dentro de un mito, seg¨²n John Gray, lo mitificado parece un hecho evidente. Y el progreso humano es un hecho de esta clase, un gran mito actual. Si lo aceptas, ocupas un lugar en la gran marcha de la Humanidad. La Humanidad, por supuesto ¡ªdice Gray¡ª no est¨¢ marchando a ninguna parte. La Humanidad es una ficci¨®n compuesta por miles de millones de individuos para cada uno de los cuales la vida es singular y definitiva.
Ferlosio escribi¨® en uno de sus pecios: ¡°(Como el Tour) ?De qui¨¦n es esa vida que necesitan decir que ¡®contin¨²a¡¯ o hasta que ¡®debe continuar¡¯ cada vez que alguien se ha muerto?¡±. Y termin¨® as¨ª uno de sus art¨ªculos: ¡°A la Humanidad, como especie, que la den por saco¡±.
Y Machado, menos dr¨¢stico: ¡°Por muchas vueltas que le doy ¡ªdec¨ªa Mairena¡ª no hallo manera de sumar individuos.¡±
SI TAN MARAVILLOSA TE PARECE y te ofrecieran repetirla momento a momento ?saltar¨ªas de alegr¨ªa como un ni?o a quien se le deja dar una vuelta m¨¢s en el tiovivo?
HAY COSAS QUE NO EST?N Y EST?N A LA VEZ. No hablo de f¨ªsica cu¨¢ntica. Es algo que sucede en diversos lugares. Su arquetipo son los bolsos de las mujeres.
MAL?SIMAS NOTICIAS DE LA SALUD DE M. Termino mi preocupado correo de respuesta con un ¡°A seguir rezando¡±, que es lo que me sale primero y no voy a borrar. No rezo, pero a veces tengo sentimientos que no s¨¦ expresar m¨¢s que con las palabras de la antigua religi¨®n. O con algunos de sus gestos. Recuerdo haberme santiguado sin pretenderlo tres veces en los ¨²ltimos a?os. Al abandonar Saqqara despu¨¦s de contemplar mi primera pir¨¢mide, la primera pir¨¢mide de Egipto. En una sala de El Prado al pasar por delante de una puerta desde la que, a la derecha, se ve¨ªa, a unos 30 metros, Las meninas, como cualquier feligr¨¦s distra¨ªdo con otras cosas que se santigua autom¨¢ticamente al pasar ante el altar mayor. Y una tarde, todav¨ªa viv¨ªa ama, en Toni Etxea, cuando un taxista llam¨® a las ocho, al terminar su trabajo y limpiar el coche, para decirme que hab¨ªa encontrado la cartera extraviada por m¨ª a las cuatro.
SIEMPRE, o casi siempre, que alguien se confunde con mi nombre, me llama Javi. ?Ser¨¢ el mismo Javi?
CONOZCO A VARIOS LECTORES a los que les gusta mi libro m¨¢s que a m¨ª. ?Les gustan sus libros a los escritores?
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