La cohabitaci¨®n
El pr¨®ximo l¨ªder del Consejo Coordinador Empresarial tiene todo lo que quieren las cabezas del empresariado mexicano: un representante que le guste al presidente
En los d¨ªas por venir, la nave nodriza de la patronal mexicana cambiar¨¢ de timonel. No hace falta decir el nombre de quien llegar¨¢ al puesto, dado que se da por hecho que ¨¦se posee una cualidad: ser¨¢ elegido porque su oferta es que Palacio Nacional lo ve bien. As¨ª que el pr¨®ximo l¨ªder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) tiene todo lo que quieren las cabezas del empresariado mexicano: un representante que le guste al presidente.
Que la iniciativa privada quiera llevarse bien con el mandatario en turno no tiene nada de raro. De hecho, M¨¦xico ha resentido las ¨¦pocas en que se han llevado demasiado bien. Cuando se autonombraban soldados del mandatario, cuando eran desprendidos a la hora que les pasaban la charola donde se reun¨ªan millonarios fondos para las campa?as del PRI, cuando prefer¨ªan acuerdos en lo oscuro y de espaldas a la gente, cuando de una forma u otra co-gobernaban.
Pero que en un sexenio donde la econom¨ªa no solo va mal, si no que no se ve que se quiera hacer algo real para componerla; en un tiempo en que mientras los nubarrones financieros se juntan el presidente propone una reforma energ¨¦tica que pasmar¨¢ a¨²n m¨¢s las inversiones; en una relaci¨®n en que semana a semana el Ejecutivo les receta floridas denostaciones en la ma?anera, ?por qu¨¦ los hombres de los negocios quieren, ante todo, elegir a alguien que ven plegado a la presidencia de la Rep¨²blica?
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador prometi¨® separar el poder pol¨ªtico del poder econ¨®mico. Y en sus pregones ma?aneros jura que en eso sigue. Hay que acreditarle que en este sexenio m¨²ltiples emporios han pagado impuestos millonarios que antes litigaban ¨Ca sabiendas de que le ganar¨ªan a una autoridad torpe, cambiante y, fundamentalmente, corruptible¨C. Tambi¨¦n hay apuntar rebajas a las doradas condiciones que empresas ten¨ªan en concesiones de carreteras, ductos o c¨¢rceles.
Con tal panorama, inflaci¨®n y reconcentraci¨®n de proveedur¨ªa energ¨¦tica por parte del Estado incluidas, m¨¢s la sarta de ep¨ªtetos que les propina cada ma?ana, ?qu¨¦ empresario podr¨ªa estar feliz en estos momentos del sexenio?; o dicho de otra forma, ?por qu¨¦ el principal motor del empresariado organizado decide que su postura sea la de agradar a quien los retrata casi sin matices como villanos si no que de plano corruptos o traidores?
L¨®pez Obrador ha dicho en p¨²blico varias veces que los empresarios se quejan de que el pa¨ªs va mal pero que reconocen que a ellos, incluidas sus empresas, les va bien. Los empresarios, los organizados vaya, no han desmentido al presidente. Y esta misma semana se han retratado ¨C sonrientes-- en Palacio Nacional con ¨¦l. AMLO les tiene tomada la medida.
En cambio ellos, desde el mero arranque del sexenio, mostraron que no sab¨ªan qu¨¦ hacer frente al presidente, as¨ª que una de las primeras decisiones de algunas cabezas de la Iniciativa Privada fue grabar un vide¨ªto donde saludaban el triunfo de quien doce a?os antes fue visto, por ellos mismos, como un peligro para M¨¦xico.
Ese video ten¨ªa tres defectos. El primero es que gente que rara vez da la cara en p¨²blico debut¨® en redes sociales con un mensaje tipo TikTok. Como fuera obvio que no son nativos de ese medio, y que su mensaje no solo resultaba inconsistente con su larga carrera de inaccesibilidad medi¨¢tica sino que para nada inauguraba una nueva ¨¦poca de interlocuci¨®n democr¨¢tica, ese gesto fue visto como producto de su desesperaci¨®n por obtener la indulgencia de ese a quien tanto tiempo subestimaron o, incluso, despreciaron.
El segundo error es que el mensaje de esos patrones no propon¨ªa algo para los nuevos tiempos, para la agenda de primero los pobres, austeridad y, al menos esa era la promesa, fin de la impunidad. Tercero: fundamentalmente se mostraban dispuestos a bailar al ritmo que les tocaran cuando incluso no hab¨ªa comenzado la m¨²sica del lopezobradorismo. Un nuevo amo hab¨ªa llegado y quienes estaban acostumbrados a mandar, o a comandar, se mostraban urgidos de que les invitaran al banquete de quien da y quita.
Era otra muestra de que la estrategia de L¨®pez Obrador hab¨ªa funcionado. A diferencia de la campa?a de 2006, Andr¨¦s Manuel sab¨ªa desde mediados del pe?ismo que llegar¨ªa a la elecci¨®n definitiva con empuje pero con el riesgo de que una vez m¨¢s se alinearan sus adversarios. Por eso en la ruta pact¨® lo que fuera necesario: sum¨® a sus filas a reconocidos expanistas para verse m¨¢s conciliador, a defenestrados que el sistema corrupto lleg¨® a ver como amenaza ¨Cv. gr. Santiago Nieto¡ª, y a empresarios que le dieran una p¨¢tina de confiabilidad frente al capital, como el regiomontano Alfonso Romo.
Con mayor¨ªas en las dos c¨¢maras y un mandato claro, L¨®pez Obrador ejerci¨® el poder incluso antes de tomar posesi¨®n al cancelar el nuevo aeropuerto capitalino. Y apenas iniciando el sexenio fue coleccionando renuncias de funcionarios de ¨®rganos aut¨®nomos a quienes por las ¡°buenas¡± o por las muy malas hicieron dimitir. Desde la Corte hasta el Banco de M¨¦xico, pasando por la Comisi¨®n Nacional de Hidrocarburos y la Reguladora de Energ¨ªa, fueron reconfiguradas. Esa receta fue coronada con la aprehensi¨®n de un abogado de la clase pol¨ªtica saliente.
Pero respecto a los barones del dinero Andr¨¦s Manuel hizo gala de pragmatismo. Asigna a dedo importantes obras o tareas, se asume como el ¨²nico regulador de los sectores estrat¨¦gicos, demanda lealtad de los emporios medi¨¢ticos, exige docilidad de los concesionados y, como tiene a sus ricos consentidos, anula cualquier iniciativa de que le enfrenten en bloque o cohesionados.
La f¨®rmula ha dado como resultado un panorama singular. La prensa que suele consumir la clase empresarial est¨¢ llena de columnistas que no dudan en llamar tirano al presidente, pero no pocos de los l¨ªderes de esos sindicatos de patrones, suscritos como est¨¢n a esas p¨¢ginas editoriales y a los clubes industriales, hacen votos, en p¨²blico y privado, para darle m¨¢s cr¨¦dito a las ideas y a las obras del Ejecutivo.
As¨ª que la primera duda es si los l¨ªderes de las c¨¢maras patronales ya hicieron cuentas y pasado el ecuador del sexenio creen que m¨¢s vale resistir insultos y discrecionalidad dos a?os m¨¢s, y esperar que la sucesi¨®n presidencial los ponga en condiciones de una nueva y m¨¢s ventajosa negociaci¨®n con quien se perfile a ser la pr¨®xima o el pr¨®ximo ocupante de Palacio.
Otra interrogante es cu¨¢nta de la postura de apaciguamiento es compartida por las bases de esos l¨ªderes. Si la econom¨ªa va mal, pero al gran capital le va bien, entonces los costos los deben estar poniendo otros. ?Esos otros son los millones de pobres con aun m¨¢s precarizadas ocupaciones? Es decir, los nuevos empleados del enorme sector informal. ?O los consumidores desgastados por la carest¨ªa? Pero, hablando de nuestro tema, en esos ¡°otros¡± a los que les est¨¢ yendo mal, ?debemos sumar tambi¨¦n a peque?os y medianos empresarios, tan proscritos como est¨¢n de los almuerzos de tamales de chipil¨ªn con el mero mero y eso que son la gran mayor¨ªa? ?Ser¨¢ que las c¨¢maras tienen un tema pendiente de representatividad, equidad de g¨¦nero incluido?
El hecho es que si llega con sus peores consecuencias, los empresarios ser¨¢n coautores del desastre econ¨®mico que algunos vaticinan como inevitable dadas las decisiones econ¨®micas asumidas por el presidente L¨®pez Obrador. Los del capital no podr¨¢n decir que se desmarcaron de una pol¨ªtica industrial err¨¢tica o arcaica.
Nadie ha dicho que fuera sencillo descifrar el acertijo de Andr¨¦s Manuel, y de ello da fe Carlos Salazar, el presidente saliente del CCE. En los ¨²ltimos tres a?os este regiomontano sufri¨® no solo el desgaste de lidiar con un presidente calculador, mercurial y al¨¦rgico a apoyar empresas, sino con la timorata actitud de quienes act¨²an bajo la consigna de que si yo me puedo salvar, pues ya luego a ver qu¨¦ pa¨ªs resulta, as¨ª en la pandemia como en la recesi¨®n.
Salazar se preguntaba en tiempos de la elecci¨®n de 2018 cu¨¢ntos de los votos de AMLO proven¨ªan de la falta de liderazgo de los empresarios para aportar al debate informaci¨®n que ayudara a que la promesa de una nueva justicia social se hiciera con bases s¨®lidas. Esa pregunta sigue vigente en 2022. M¨¦xico es el pa¨ªs de empresarios y presidente sonrientes en una foto del martes, tomada en medio no solo de una econom¨ªa fam¨¦lica, sino de servicios p¨²blicos ¨Csalud, educaci¨®n e infraestructura-- socavados.
AMLO sonr¨ªe en esa imagen, claramente, porque sabe qui¨¦n manda, consciente de que no separ¨® los poderes sino que los asumi¨® todos. Pero los otros que aparecen en esa fotograf¨ªa del martes, ?r¨ªen para no llorar? ?R¨ªen porque lo cort¨¦s no quita lo valiente? ?Por buena educaci¨®n? ?Porque el presidente es el presidente y nadie le dice que no? ?O porque a pesar de todo el ruido medi¨¢tico la cosa no va tan mal, o, para ellos, va francamente bien?
Como las cuentas s¨ª salen en sus negocios, como Andr¨¦s Manuel ha debilitado la autoridad antimonopolios, como ha restablecido que ¨¢rbitro hay uno: ¨¦l y nadie m¨¢s, y ese lenguaje de la negociaci¨®n en el despacho s¨ª les gusta, entonces ?qu¨¦ m¨¢s da que un d¨ªa antes de esa reuni¨®n empresarios-mandatario ¨¦ste les haya llamado m¨¢s feo a ellos ¨Cdici¨¦ndoles delincuencia organizada de cuello blanco¡ª que a los c¨¢rteles del crimen organizado mismo? ?Es un honor estar con Obrad¡?
En la parte central de esa foto aparece Carlos Salazar. Al agradecerle v¨ªa tuiter la interlocuci¨®n que tuvieron estos a?os, Andr¨¦s Manuel fue claro: no todo fue miel sobre hojuelas, dijo sobre esa relaci¨®n.
La historia del sexenio la escribir¨¢ L¨®pez Obrador en un libro, o varios, por venir. ?El presidente que no se guarda cosa alguna revelar¨¢ de veras qu¨¦ fue eso que no fue miel sobre hojuelas, qu¨¦ les pidi¨® que no le dieron, que les orden¨® que no obedecieron, qu¨¦ quiso y no recibi¨®?
Qui¨¦n sabe qui¨¦n de los que estuvieron el martes vaya a escribir o a explicar qu¨¦ se propuso ¨Ca parte de sobrevivir al menor costo o con la mayor ganancia, que es lo mismo pero peor¡ªen este sexenio en su relaci¨®n con L¨®pez Obrador, con quien por cierto tienen otra cosa en com¨²n: mucho discurso sobre igualdad de g¨¦nero pero en la realidad, y para muestra el bot¨®n de la foto, son felices en su club de Toby de siempre.
De la mano de Alfonso Romo, convidado de piedra en la foto de marras pues ya no tiene cartera que no sea la propia, y de los secretarios de Hacienda en turno este gobierno anunci¨® paquetes gigantes de inversiones. Luego de dos trimestres sin crecimiento, ?estamos como estamos porque IP y gobierno no cumplieron esos proyectos? ?O estamos como estamos a pesar de que cumplieron? En cualquier caso el balance es el mismo: esta relaci¨®n no es lo productiva que demanda el pa¨ªs, y no es solo responsabilidad de AMLO.
Qu¨¦ bueno que el CCE lo ganar¨¢ uno palomeado por la Aguilita. Cuando lleg¨® Salazar hab¨ªa duda de qu¨¦ pasar¨ªa, ahora no: tendremos menos disonancia, sabremos que, como en el pasado, hay acuerdo entre los poderes. Cohabitan sin disimulo y sin problema. Un alivio en un entorno sombr¨ªo. Bueno, sombr¨ªo para M¨¦xico, pero no para AMLO ni para esos empresarios.
Lo dem¨¢s ¨Cque si polarizaci¨®n, que si crisis, que si el mejor presidente de la historia, que si conservadores, que si populista, que si corrupto, que si golpistas, que si vamos requetebien, que si ya estamos en recesi¨®n-- ser¨¢ puro ruido en medios y redes. Felices, los que mandan sonr¨ªen a la c¨¢mara: ¡°whiskey¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.