El archivo de Juan Carlos I
El rey em¨¦rito no se sentar¨¢ en el banquillo, pero la Fiscal¨ªa del Supremo describe un comportamiento impropio de un jefe de Estado
Los decretos que hizo p¨²blicos el mi¨¦rcoles la Fiscal¨ªa del Supremo archivan las tres investigaciones abiertas a Juan Carlos I, pero a la vez contienen un minucioso recuento de las irregularidades fiscales cometidas por el rey em¨¦rito. La inviolabilidad que concede la Constituci¨®n a cualquier acto del Rey, la prescripci¨®n y otras reglas b¨¢sicas del Estado de derecho impiden procesar penalmente a Juan Carlos I y consagran una impunidad que ning¨²n otro ciudadano podr¨ªa disfrutar en semejantes condiciones. Los hechos probados arrojan un resultado descorazonador y profundamente decepcionante al dar la raz¨®n a lo que este peri¨®dico ha contado durante a?os sobre las irregularidades contables y los fraudes a la Hacienda p¨²blica de quien durante 39 a?os fue el jefe de Estado de Espa?a. La conducta del rey em¨¦rito es una devastadora noticia para la democracia espa?ola por saltarse las obligaciones fiscales y actuar de forma premeditada para sortear las leyes que rigen para todos los dem¨¢s. La imposibilidad de abrir una causa penal a?ade sal a la herida democr¨¢tica que describen con crudeza los informes de la Fiscal¨ªa.
Seg¨²n la descripci¨®n de hechos que ha podido constatar la Fiscal¨ªa del Supremo durante los dos a?os de la investigaci¨®n, Juan Carlos I disfrut¨®, hasta su abdicaci¨®n el 18 de junio de 2014, de varias fortunas en el extranjero que le regalaron varias personas en distintas etapas de su reinado y de las que nunca dio cuenta a la Hacienda espa?ola. Entre 1995 y 2004, se constituyeron dos trust en Jersey (islas del Canal) con unos fondos de casi 15 millones de euros. El empresario y amigo del monarca Manuel Prado y Col¨®n de Carvajal, condenado en 2002 por apropiaci¨®n indebida a dos a?os de c¨¢rcel, hab¨ªa fundado los trust de Jersey y fue quien aconsej¨® a finales de 2003 a Juan Carlos I liquidar ese trust. Si se descubr¨ªa su existencia habr¨ªa que dar explicaciones y se producir¨ªa una situaci¨®n ¡°embarazosa¡±, seg¨²n consta literalmente en las diligencias de la Fiscal¨ªa. Solo cuatro a?os m¨¢s tarde, el entonces rey de Espa?a recibi¨® un regalo de 100 millones de d¨®lares de su ¡°hermano¡± el rey de Arabia Saud¨ª, cuyo motivo a¨²n se desconoce. Nuevamente, Juan Carlos I prefiri¨® ocultar esa fortuna, en este caso en un banco suizo a nombre de una fundaci¨®n domiciliada en Panam¨¢, llamada Lucum, de la que era principal beneficiario. Durante cuatro a?os (2008-2012) mantuvo ese dinero oculto a la Hacienda espa?ola. Cuando las autoridades bancarias suizas alertaron a Juan Carlos I del peligro de mantener esos fondos a su nombre en la entidad financiera, cerr¨® la cuenta y traspas¨® la fortuna a quien fue su amante durante algunos a?os, Corinna Larsen, como una ¡°donaci¨®n irrevocable¡±.
La Fiscal¨ªa ha llegado a la conclusi¨®n de que no puede perseguir los delitos cometidos por el rey em¨¦rito. Adem¨¢s, Juan Carlos I tuvo la habilidad de pagar deudas fiscales de los a?os en que ya no le proteg¨ªa la inviolabilidad. La Fiscal¨ªa acepta tambi¨¦n que la regularizaci¨®n fue espont¨¢nea, aunque numerosos juristas consideran que el aviso que se traslad¨® a su abogado cuando se abrieron diligencias quiebra el criterio de espontaneidad. Los entresijos t¨¦cnicos del caso no borrar¨¢n en la sociedad espa?ola la decepci¨®n ya confirmada ante una conducta impropia, ajena totalmente a los est¨¢ndares de honorabilidad exigibles a un jefe de Estado, antes, durante y despu¨¦s de ejercer el cargo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.