?Socorro!

Pienso a menudo en los grandes inventos de la humanidad: la semana y el microondas, por ejemplo. La semana y el microondas no tienen nada que ver, pero lo cierto es que ahora es lunes y que yo me encuentro observando c¨®mo gira la taza dentro del aparato mencionado. El agua hierve en 90 segundos. Cuando la saque, seguir¨¢ siendo lunes. Entonces yo introducir¨¦ en el agua una bolsita de t¨¦ y dejar¨¦ pasar un par de minutos antes de extraerla. Y seguir¨¢ siendo lunes. Cuando empiece a beberme la infusi¨®n, seguir¨¢ siendo lunes. La idea empieza a fascinarme, como si hubiera ingerido un estupefaciente. Son las ocho de la ma?ana, de modo que cuando abandone la cocina para regresar a mis ocupaciones el lunes seguir¨¢ ah¨ª, igual que el microondas. El microondas no desaparece cuando dejas de usarlo. Lo usamos poco para lo que cuesta. Tal vez ser¨ªa m¨¢s sensato compartirlo con el vecino: que hubiera un solo microondas por cada dos viviendas. Econom¨ªa colaborativa. Comparto con el vecino otras cosas: el lunes, por ejemplo. A m¨ª me gustar¨ªa que hoy, para m¨ª, fuera martes: soy poco sociable y no me gusta estar en el mismo sitio que el resto de la gente. Pero me tengo que conformar. El lunes se invent¨® para ser compartido. El microondas, sin embargo, no. Se deduce que el microondas es m¨¢s capitalista que el lunes.

?Hay cosas intr¨ªnsecamente capitalistas? El machismo, por ejemplo. ?Puede una sociedad abandonar del todo el machismo sin haber superado el capitalismo? Quiz¨¢ no. El capitalismo es un productor incesante de desigualdad. Estar¨ªa bien organizar una mesa redonda sobre capitalismo y misoginia. A todo esto, ya me he bebido el t¨¦ y sigue siendo lunes. Ahora estoy haciendo la cama y seguir¨¢ siendo lunes cuando alise delicadamente la colcha. Es desesperante. Me siento encerrado en el delirio terror¨ªfico de otro. ?Ay¨²denme!