Un BRIC es invulnerable a las sanciones
?Rusia aislada? Debe de ser una broma. O una percepci¨®n megal¨®mana del Occidente trasatl¨¢ntico en el siglo XXI
?Se acuerdan de los BRICS? El acr¨®nimo hac¨ªa referencia a Brasil, Rusia, India, China y Sud¨¢frica, que all¨¢ por principios de los 2000 eran consideradas las cinco grandes econom¨ªas emergentes. Lo que las cuatro que no son Rusia tienen en com¨²n actualmente es que no le han impuesto sanciones. No son sus aliadas estrat¨¦gicas, pero, como muchos otros pa¨ªses del mundo, van a seguir comerciando con ella.
Por otro lado, Occidente ha hecho la mayor apuesta en la historia de la guerra econ¨®mica. Hemos congelado los activos del Banco Central ruso. Llam¨¦moslo una operaci¨®n econ¨®mica especial. Pero no lo hemos pensado bien. Que un banco central congele los activos de otro banco central no es poca cosa. Desde el punto de vista econ¨®mico, lo que esto significa es que todo el Occidente trasatl¨¢ntico ha dejado de reembolsar nuestro activo m¨¢s importante: el dinero por decreto. Las reservas del Banco Central ruso eran ganancias de ventas leg¨ªtimas, en su mayor¨ªa a Occidente. Los tribunales pueden congelar los activos si se han obtenido ilegalmente, pero este no es el caso. Rusia viola el derecho internacional con la invasi¨®n de Ucrania, pero las cuentas de su banco central en el extranjero son legales.
Con esta sanci¨®n hemos hecho todo lo siguiente: socavar la confianza en el d¨®lar estadounidense como principal moneda de reserva del mundo; frustrar cualquier desaf¨ªo que pudiera plantear el euro; reducir la solvencia de nuestros bancos centrales; animar a China y a Rusia a eludir la infraestructura financiera occidental, y convertir el bitcoin en una moneda de transacci¨®n alternativa muy respetable. Por lo menos, el blockchain no va a dejar de pagarte.
Vlad¨ªmir Putin est¨¢ jugando el juego con inteligencia. Afirma que Rusia respetar¨¢ sus contratos y sus obligaciones internacionales. No va a suspender pagos. Seguir¨¢ suministrando gas, como hizo en las guerras anteriores. Por supuesto, Europa hace bien en aspirar a una mayor independencia de la energ¨ªa rusa. La otra cara de la moneda es que Rusia tambi¨¦n se est¨¢ volviendo m¨¢s independiente de Occidente. Incluso sin ¨¦l, una Rusia rica en materias primas tiene muchos mercados a su disposici¨®n. China seguir¨¢ siendo un socio comercial s¨®lido. Tambi¨¦n lo ser¨¢n India, Pakist¨¢n e Indonesia. Y, por supuesto, Sud¨¢frica y Brasil, al igual que la mayor parte de ?frica y Latinoam¨¦rica. ?Rusia aislada? Debe de ser una broma. O una percepci¨®n megal¨®mana del Occidente trasatl¨¢ntico en el siglo XXI.
Ahora pensemos en lo que los chinos van a hacer con nuestras sanciones. El Gobierno chino sabe que su importante exposici¨®n a los activos estadounidenses tambi¨¦n representa un riesgo. Lo que ha hecho Estados Unidos al presidente Putin por Ucrania tambi¨¦n puede hac¨¦rselo al presidente Xi Jinping por los uigures. El proceso de desdolarizaci¨®n llevar¨¢ tiempo. China solo podr¨¢ salir del mercado del tesoro estadounidense con el tiempo. Pero China nunca tiene prisa.
La consecuencia directa de estas decisiones es que hemos convertido el d¨®lar y el euro, y todo lo que est¨¦ denominado en estas monedas, en activos de riesgo de facto. La probabilidad de impago de un activo denominado en d¨®lares o en euros ya no puede cifrarse en cero de manera cre¨ªble. Con una sola decisi¨®n, hemos creado un riesgo de cola.
Por supuesto, ninguna agencia de calificaci¨®n de riesgo del mundo reconocer¨ªa la congelaci¨®n de los activos de un banco central como un impago formal. Como es l¨®gico, no van a rebajar toda la econom¨ªa de Estados Unidos a la condici¨®n de basura. Nadie les pagar¨ªa unos honorarios por ello. La congelaci¨®n de los activos de los bancos centrales tampoco tendr¨¢ como efecto colateral permutas de incumplimiento, un instrumento financiero que constituye una forma de seguro de impago.
Entonces, si esto no se clasifica como incumplimiento en un sentido legal, ?qu¨¦ clase de incumplimiento es? Pensemos en ello como el incumplimiento de la promesa m¨¢s importante del dinero: permitir a sus titulares realizar transacciones legales. Desde luego, los gobiernos y los bancos centrales tienen otras maneras de devaluar el dinero, por ejemplo, mediante la inflaci¨®n. Sin embargo, contra la inflaci¨®n es posible cubrirse, mientras que contra la congelaci¨®n de cuentas no hay cobertura posible.
Ya les oigo decir que quiz¨¢ valga la pena pagar este precio para impedir a un dictador que haga la guerra. Por desgracia, no. Europa sigue pagando a Putin cerca de 800 millones de euros diarios a cambio de petr¨®leo y gas. Como expliqu¨¦ la semana pasada, un embargo del petr¨®leo y el gas es una sanci¨®n que habr¨ªa tenido consecuencias a corto plazo, y habr¨ªa limitado considerablemente la capacidad de Putin de reponer las reservas militares que est¨¢ utilizando ahora. Occidente opt¨® por las sanciones al Banco Central porque eran las que le planteaban menos problemas a corto plazo, pero lo hizo sin tener en cuenta las consecuencias a la larga.
Hemos recurrido al ¨²nico m¨¦todo de resoluci¨®n de problemas que conocemos: echar balones fuera. Hasta que damos contra una pared.
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