Inmersi¨®n reforzada

La propuesta de ley registrada el jueves en el Parlamento catal¨¢n por los partidos de gobierno, ERC y Junts ¡ªaunque anoche esta formaci¨®n amagaba con descolgarse¡ª, y dos grupos de la oposici¨®n, PSC y los comunes, significa la sustancial normalizaci¨®n del catal¨¢n y el castellano en la escuela. Por primera vez de forma expl¨ªcita, la Ley de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica reconoce a los centros escolares la facultad de decidir el uso del castellano para garantizar el pleno conocimiento de ambos idiomas al terminar los estudios de secundaria. La iniciativa conjunta de los partidos se adelanta por un d¨ªa a la exigencia ¡ªque culminaba este viernes¡ª de aplicar el 25% de castellano establecido por el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a. El mismo tribunal reconoc¨ªa su incomodidad al intervenir en una funci¨®n que no le corresponde, pero ha sido la presi¨®n de la sentencia la que ha logrado que una amplia mayor¨ªa de la C¨¢mara (106 de 135 diputados) negociase una reforma que ratifica la coexistencia en las aulas de las dos lenguas mayoritarias que conviven en Catalu?a. El acuerdo pone en manos de la direcci¨®n de los centros la capacidad de determinar ¡°los instrumentos de control, evaluaci¨®n y mejora de las competencias ling¨¹¨ªsticas¡± en cada idioma, de acuerdo con la situaci¨®n socioling¨¹¨ªstica de la escuela en la geograf¨ªa de esa comunidad. El catal¨¢n seguir¨¢ siendo la lengua vehicular, mientras que el castellano ¡°tendr¨¢ garantizada una presencia adecuada en los curr¨ªculums y en los proyectos educativos¡±.

La reforma da un paso relevante hacia la erradicaci¨®n del uso de la lengua como munici¨®n pol¨ªtica y transmite a la poblaci¨®n un mensaje de cordura pacificadora. Flexibilizar el sistema de la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica significa hacerlo m¨¢s fuerte para que en aquellos lugares donde el dominio del castellano sea socialmente preponderante el catal¨¢n tenga una presencia compensatoria en la escuela, y a la inversa en los lugares donde suceda lo contrario. Las diferencias socioling¨¹¨ªsticas en Catalu?a son significativas, como lo son en las grandes ciudades y en sus distintos barrios. Es esa realidad plural la que debe determinar las pr¨¢cticas curriculares.

Hace bien el pre¨¢mbulo de la propuesta en subrayar que tambi¨¦n la escuela est¨¢ en transformaci¨®n, como el resto de la sociedad, y tanto la ense?anza digital como el multiling¨¹ismo que ha aportado la inmigraci¨®n del siglo XXI son ya una realidad com¨²n. Eso puede haber acentuado la heteroglosia, es decir, el uso de uno u otro idioma en funci¨®n de la naturaleza de la comunicaci¨®n: el objetivo de reducirla ¡ªy que el catal¨¢n o el castellano no sirvan solo para el recreo, las matem¨¢ticas o la gimnasia¡ª solo puede beneficiar la escolarizaci¨®n de muchachos capaces de usar con la misma suficiencia ambas lenguas. Ese es un objetivo de pa¨ªs del que no es f¨¢cil entender que se autoexcluyan tanto Ciudadanos como el PP, aunque tampoco es f¨¢cil comprender el rechazo del expresidente Quim Torra, las dudas de ¨²ltima hora de Junts o la lectura apocal¨ªptica de la CUP al creer que la ley termina con la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica, cuando en realidad la culmina y perfecciona. La realidad social catalana es menos angosta, monol¨ªtica y excluyente de lo que algunos sectores sue?an. El acuerdo, por el contrario, inyecta realismo y credibilidad en una escuela demasiadas veces usada como espacio de enfrentamiento pol¨ªtico.