Nicaragua tirana
La condena a la excandidata Cristiana Chamorro confirma la deriva desp¨®tica del r¨¦gimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo
El r¨¦gimen de Nicaragua, liderado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, no deja de ahondar su deriva desp¨®tica. La condena a la excandidata presidencial Cristiana Chamorro, principal figura de la oposici¨®n, tras un juicio sin pruebas y con polic¨ªas mercenarios como testigos, es la ¨²ltima muestra de su desprecio a la democracia y a los derechos procesales. Los calificativos para referirse a la autocracia centroamericana se agotan, mientras son evidentes las grietas en su interior, como han demostrado las palabras del propio embajador nicarag¨¹ense ante la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), calificando al r¨¦gimen de ¡°dictadura¡±.
La mal llamada justicia de Nicaragua, controlada al mil¨ªmetro por Ortega y Murillo, ha condenado a ocho a?os de prisi¨®n a Cristiana Chamorro, en arresto domiciliario desde junio. La hija de la expresidenta Violeta Chamorro y de un l¨ªder opositor asesinado en 1978 por la dictadura somocista fue detenida, bajo hilarantes acusaciones de lavado de dinero, cuando era considerada, seg¨²n las encuestas, la favorita entre el electorado nicarag¨¹ense para derrotar al otrora revolucionario Daniel Ortega en las elecciones de noviembre, que devinieron en una farsa monumental. La Fiscal¨ªa no ha podido probar el delito de lavado de dinero. De hecho, ni siquiera lleg¨® a presentar el peritaje que demostrara la querella impulsada contra Chamorro.
Buscar cualquier explicaci¨®n o argumento legal no es m¨¢s que una p¨¦rdida de tiempo a estas alturas. El ¨²nico objetivo de la condena a la excandidata es retirarla de la vida pol¨ªtica, como ha ocurrido y ocurrir¨¢ con el resto de los detenidos durante los ¨²ltimos meses en el pa¨ªs centroamericano, se llamen Lesther Alem¨¢n, el joven que os¨® criticar en p¨²blico a Ortega, o Hugo Torres, quien fuera aliado del presidente hace d¨¦cadas y que muri¨® en prisi¨®n, pese a los continuos llamamientos a ponerlo en libertad por motivos de salud.
En este escenario cobran relevancia las palabras del embajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, quien como periodista mostr¨® una lealtad absoluta a la pareja presidencial, premiada con continuos ascensos diplom¨¢ticos. McFields ha roto con sus jefes y denunciado las arbitrariedades de la ¡°dictadura¡± al afirmar que en su pa¨ªs no hay libertad de prensa ni separaci¨®n de poderes, y ha abogado por la liberaci¨®n de los m¨¢s de 170 presos pol¨ªticos del r¨¦gimen. Un diagn¨®stico sobradamente conocido por todo el mundo y del que McFields ha sido c¨®mplice durante muchos a?os. Es notable, sin embargo, que alguien de la m¨¢xima confianza de Ortega y Murillo d¨¦ un salto de este calibre, con las consecuencias que tendr¨¢ para ¨¦l y sus allegados. Las declaraciones de McFields evidencian que el hartazgo ya anida en las propias entra?as del r¨¦gimen, a la espera de que otros miembros del entramado de poder rompan con la pareja presidencial y ampl¨ªen el aislamiento de los tiranos.
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